KTM 1290 Super Duke R SE, la versión más especial de la moto austriaca

La KTM 1290 Super Duke R SE es una versión especial que aglutina la colección del catálogo de Power Parts para la versión estándar.

Sergio Romero. Fotos: Jaime de Diego. Colabora: circuitodr7.com

KTM 1290 Super Duke R SE, la versión más especial de la moto austriaca
KTM 1290 Super Duke R SE, la versión más especial de la moto austriaca

La KTM 1290 Super Duke R SE es una moto maxinaked con mucho carácter, equipada con muchas piezas especiales del catálgo de Power Parts que hacen que se diferencie de la versión estándar, la KTM 1290 Super Duke R, que fue la gran apuesta de la marca austríaca el año pasado dentro de su gama de motos KTM de carretera.

Todos sus componentes tienen una misión tanto estética como práctica, como por ejemplo el silenciador Akrapovic, que reduce el peso además de conseguir un sonido fascinante. También se montan unos discos de freno tipo «Wave», más vistoso y que mejoran el tacto de los frenos. Las tijas triples son más rígidas, mientras que las palancas pasan a ser multirregulables, para mejorar la ergonomía y su ajuste. El remate visual se consigue con una decoración exclusiva, con las PowerParts de aluminio anodizado en naranja, y las tapas del motor en fibra de carbono.

Muchas mejoras en el motor

La KTM 1290 Super Duke R ha sido una revolución en todos los sentidos si la comparamos con su predecesora e incluso si lo hacemos con la deportiva de la marca, la KTM RC8 R, de la que toma la base del motor. El salto en esta generación ha sido brutal, tanto en su estética, en su gestión electrónica, como en la potencia, ya que ahora la marca declara nada más y nada menos que 173 CV. Lo bueno es que también evolucionó su electrónica y está a la última en este aspecto.

El verdadero potencial comienza en el momento que aprietas el botón de arranque, ahí el rugido del bicilíndrico en V a 75º a través del escape Akrapovic la hace todavía más poderosa. Lo bueno es que como dije en su día, es una moto que con 180 CV declarados le sacarán partido los más experimentados pero no por ello los demás se tienen que asustar. Y eso es así porque está controlada por una electrónica muy completa, que combina tres modos de conducción, Rain, Street y Sport, que tienen asociados curvas de potencia y diferentes niveles de control de tracción. Además, puedes apagar el sistema y hay un ABS de Bosch que permite utilizarlo en modo normal, Supermoto (solo actúa sobre el tren delantero), o desconectarlo.

El motor ha rendido en nuestro banco de potencia 160 CV, una cifra que la sitúa entre las motos realmente potentes, así que no es difícil imaginar cómo acelera cuando le damos rienda suelta a través del conseguido acelerador electrónico. Es noble en bajos especialmente por encima de 3.000 rpm y medios, pero si estás en el lugar adecuado para superar las 7.000 rpm, tuve la suerte de rodar en circuito con ella, te encuentras con una gran patada que te catapulta hacia adelante como si fueses a los mandos de un caza.

El control de tracción interfiere poco, de manera que te deja margen para acelerar cómo quieras sin quitarte potencia y puedes incluso hacer deslizar un poco el neumático trasero, antes de que la luz de aviso de su entrada aparezca en el cuadro. Destaca la buena gestión de las vibraciones que ha hecho sobre este gran bicilíndrico.

Todas estas posibilidades se pueden controlar desde la instrumentación, que se maneja con los cuatro pulsadores de la piña izquierda. Resumiendo lo más destacable con un par de toques puedes regular el modo de motor, que afecta a la cantidad de potencia y a su entrega, desactivar el control de tracción y el ABS o poner este último en modo Supermoto.

Para hacer estos últimos cambios, la moto tiene que estar parada, pero los modos de motor se pueden variar en marcha. Además hay mucha información en cuatro pantallas, tanta como en una moto de turismo, con temperaturas, consumos, autonomía, incluso aviso de hielo y una pantalla con los datos favoritos, entre otras muchas cosas. Gracias a las posibilidades de ajuste puedes poner la moto a tu gusto a cada condición que te encuentres.

Es una moto naked con mucho carácter

Su comportamiento dinámico no difiere tanto de la versión estándar, una moto naked con carácter, alma y tecnología de moto deportiva. El manillar ancho y el cómodo asiento, que se muestran muy naturales en conducción normal, también te sirven para tener un buen control de la moto cuando vas en busca de sus máximas prestaciones. Por su parte, los estribos quedan un poco más altos de la cuenta para una conducción, digamos, más turística, pero se muestran muy bien ubicados para no rozar incluso en grandes inclinadas.

La parte ciclo es muy neutra en la vida diaria, dado que es una moto ágil y fácil de llevar, pero llama la atención lo estable que resulta en vías rápidas, algo de lo que no todas las naked pueden presumir. La diversión empieza de verdad cuando seleccionas el modo Sport y tienes el circuito para ti o una carretera de curvas y buen asfalto. Ahí es donde puedes disfrutar de una moto nacida del concepto de diversión que tiene el equipo de desarrollo de KTM, uno muy bueno...

La parte ciclo funciona bien, es más alta que otras naked y hay más transferencia de pesos que en una moto deportiva, pero gracias a eso mantiene la esencia que la marca siempre deja en cada modelo que crea. La Super Duke R se mueve bien y es tan ligera como su silueta te indica, de manera que incluso en un trazado muy lento y revirado puedes sacarle partido. Así que puedes rodar con ella en pista o rodar por un puerto de montaña y se dibujará una sonrisa en tu cara cuando encuentres su lado deportivo.

Los frenos son ya en la versión de la que deriva muy potentes y modernos, gracias al equipo Brembo con pinzas M50 monobloque de cuatro pistones que además tiene el apoyo del mencionado ABS Bosch. Éste crea muy pocas interferencias, pero si a alguien no le gusta lo puede desconectar completamente. En esta «SE» se utilizan unos discos lobulados que todavía le dan un tacto más deportivo, aunque puedes notar su fricción a baja velocidad.

Las suspensiones WP son otra parte importante del buen comportamiento de la KTM en conducción deportiva. El tren delantero tiene el mismo recorrido que una moto deportiva, pero ofrece un tacto un poco más suave, en cualquier caso puedes regular los hidráulicos sin necesidad de herramientas, para frenar un poco sus movimientos (extensión y compresión). Lo único que se echa en falta es una regulación de la precarga de muelle, especialmente para los usuarios más radicales. Es cierto que este ajuste es más necesario para rodar en circuito y aunque la Super Duke R SE se comporta muy bien en pista, su uso mayoritario será en carretera, donde no se le exige tanto al tren delantero. Los accesorios que la diferencian le dan ese toque estético que refuerzan todavía más su línea poderosa. Es una moto que enamora, a los que la miran y también a los que la conducen.

Así es la KTM 1290 Super Duke R SE, por Sergio Romero

Hay un tipo de motos que están diseñadas para enamorar por su aspecto y otras que te conquistan por sus prestaciones, pues la versión SE de la KTM 1290 Super Duke R es capaz de unir las dos premisas. Hay que verla en directo para apreciar esos pequeños detalles que la diferencian, porque a estas alturas no hace falta decir lo efectiva y potente que es. Si os gustan las motos especiales y las naked de gran cilindrada, esta KTM lo tiene todo.