Prueba: Royal Enfield Continental GT

Desde la India nos llega esta moto con antepasados ingleses. La Continental GT de Royal Enfield mezcla con acierto detalles clásicos con modernos, erigiéndose como una moto con mucho encanto.

Víctor Gancedo Acción: Ildefonso García Fotos: Jaime de Diego

Prueba: Royal Enfield Continental GT
Prueba: Royal Enfield Continental GT

Royal Enfield es una marca con mucha historia. Más de un siglo ha pasado desde que fue fundada en Inglaterra. Tras unos años fabricando bicicletas y otros vehículos especiales, fue en 1903 cuando creó su primera motocicleta. Pasaron los años y a mediados del siglo XX abrió una fábrica en la India por motivos militares. Gracias a ese acontecimiento, hoy se mantiene viva, puesto que la factoría de Inglaterra cerró en 1971 al no resistir el desembarco de las marcas japonesas en Europa.

Su producción fue muy reducida hasta mediada la década de los 90. Entonces decidió modernizar sus instalaciones y ampliarlas, al tiempo que comenzó su expansión por el mundo, llegando en la actualidad a más de 50 países. Respecto a esto último, en España estamos de enhorabuena. Desde hace poco contamos con un importador con garantías y buen servicio post-venta. Royal Enfield ha comenzado a ser comercializada en nuestro mercado por el grupo valenciano Onex. Desde hace unos años también se encarga de la importación de Ducati (Desmotrón), además de Daelim, Hyosung, LML, TGB, Riya, Hanway y Scomadi, estas siete firmas englobadas dentro de la empresa Motorien.

Este hecho, además, ha llegado acompañado por un importante descenso en los precios de los modelos del fabricante indio. El de la Continental ha bajado cerca de 1.500 euros. Aun así, cuesta 5.199 euros, una cantidad todavía importante para el tipo de moto que es.

Royal Enfield cuenta en la actualidad con una serie de modelos que por diseño y concepto se pueden considerar como muy clásicos al no haber evolucionado apenas desde hace muchos años. Sin embargo, entre todos hay uno que destaca sobre el resto y que se puede considerar como novedoso de acuerdo a su estampa y a sus características técnicas. Se trata de la Continental GT, una moto que llegó al mercado hace poco más de un año y que puede ser considerada como una «revolución» para la marca india con sede en la localidad de Chennai.

Inédita

A diferencia de sus hermanas, la Continental GT gira en torno a un nuevo chasis de doble cuna de acero acompañado de componentes italianos como son los frenos de disco Brembo, los amortiguadores Paioli o los neumáticos Pirelli. Además, es la única en utilizar el nuevo monocilíndrico de 535 cc, con refrigeración por aire, distribución por varillas y balancines, embrague multidisco en aceite, caja de cambios de cinco relaciones y sistema de arranque doble (eléctrico y por palanca). Hasta la llegada de la protagonista de estas líenas, las máximas exponentes de la marca utilizaban motores de 499 cc. Por otro lado, también es destacable que incorpora un sistema de inyección electrónica desarrollado por la firma japonesa Keihin.

Su carrocería también es exclusiva, a más de uno de los que formamos la redacción de MOTOCICLISMO nos ha recordado a la mítica Ducati 24 horas. La verdad es que Royal Enfield ha creado un conjunto realmente atractivo y sin grandes complicaciones. El depósito «jorobado» con cerca de 14 litros de capacidad, el asiento con un colín redondeado a juego con la carrocería y los semimanillares, además de la pareja de amortiguadores Paioli con depósito de gas incorporado y muelle pintada en amarillo, le dan un aspecto de auténtica Café Racer.

Atendiendo a esta estética un tanto deportiva, la posición de conducción puede parecer radical, pero nada más lejos de la realidad. La moto es estrecha, de dimensiones contenidas y con un peso con gasolina de 189 «kilos», por lo que no resulta difícil moverla en parado y acceder a ella. Una vez sentado sobre su asiento y después de que las ruedas comienzan a girar, sorprende por una posición de conducción bastante cómoda. Sí es cierto que lo estribos están algo elevados, pero no están muy retrasados y nuestras piernas no se flexionan demasiado.

Por otro lado, los semimanillares se anclan por encima de la pletina de la dirección, por lo que los puños se ubican altos y no hay que hacer ningún esfuerzo para agarrarse a ellos. De este modo, se puede decir que la posición de conducción es similar a la de una confortable sport-turismo.

Suavidad

Cuando arrancas su gran monocilíndrico por primera vez, aunque se percibe claramente su palpitar, sorprende por la suavidad con la que gira a bajas revoluciones. También la operación de presionar la maneta del embrague y engranar la primera relación de cambio se produce con sutileza.

Con 24 CV verificados, las prestaciones son discretas, pero la verdad es que esta Royal Enfield responde con prontitud y permite rodar por todo tipo de vías, con una velocidad máxima de 145 km/h.

También es cierto que para verificar el consumo a 120 km/h, en muchas ocasiones hemos circulado con el acelerador girado a tope y aun así, en algunos momentos no hemos alcanzado la velocidad deseada. De este modo, es una moto cuyo consumo medio (3,8 litros/100 km) es inferior al obtenido a 120 km/h mantenidos (4,2 litros/100 km), algo anómalo en nuestras pruebas.

La Continental GT rueda suave y «suelta» si no exprimimos su motor a tope. Aunque sube de vueltas hasta superar las 5.000 rpm, lo suyo es mantenerlo entre 3.000 y 4.000 rpm. Así no percibimos las vibraciones que aparecen a alto régimen, que además de sentirse en estribos y semimanillares, también se visualizan en los espejos retrovisores.

Ágil

En ciudad es manejable y ligera de dirección, conduciéndose de manera muy sencilla. Luego en carreteras de curvas te permite ciertas alegrías, con unas suspensiones que trabajan de forma aceptable y unos frenos que tampoco desentonan, siempre que nos acordemos de apoyarnos en el disco trasero más de lo que últimamente se puede considerar como habitual.

Conclusión

A pesar de su simpleza, la Continental GT llama la atención allá por donde pasa. Sin grandes complicaciones y sin componentes de alta gama, Royal Enfield ha acertado con su diseño «italiano». Está claro que no es una moto para largos trayectos, ni tampoco para ser utilizada con asiduidad a diario, pero es cierto que sorprende por su posición de conducción confortable y por un buen funcionamiento si no abusamos de regímenes máximos.

Además, su comportamiento es aceptable y sus prestaciones, aunque discretas, nos permiten circular por todo tipo de vías. La Continental GT nos ha sorprendido positivamente a todos los que la hemos probado.