Suzuki Crosscage

Primera toma de contacto de la concept bike eléctrica. Se puso en escena por primera vez en el último Salón de Tokio a modo de concept bike, pero Suzuki parece que tiene ya planes para llegar a producirla en serie. Un prototipo andante de la Crosscage se ha presentado recientemente en Japón y parece ser que funciona más que correctamente. La primera moto propulsada por una pila de combustible de células de hidrógeno bien pudiera llegar a nuestras tiendas en un futuro más o menos cercano.

Yasunori Ogawa / Víctor Gancedo / Fotos: Motorcyclist

Suzuki Crosscage
Suzuki Crosscage

Es sabido que el petróleo, más tarde o más temprano, pasará a formar parte de la historia. Subirá, subirá y subirá, hasta que llegue un momento en que muy pocos serán capaces de pagar su desorbitado precio. También hay muchos que se hacen la pregunta si será el mundo el que acabe con el petróleo o, aunque resulte crudo pensarlo, será el propio crudo (valga la redundancia) el que acabe con la vida. Para los optimistas, para los que pensamos lo primero, las marcas trabajan ya desde hace unos años en vehículos propulsados por energías alternativas que puedan llegar a sustituir algún día al llamado «oro negro». Al respecto, los fabricantes japonesas parecen llevar la delantera, como pudimos ver en último Salón de Tokio, que abrió sus puertas a finales de octubre del año pasado.

La feria japonesa cumplía cuarenta años y para celebrarlo debidamente, las cuatro grandes marcas niponas intentaron enseñarnos cómo pueden ser las motos del porvenir. Como ya informamos en su momento, Suzuki hizo un impresionante despliegue de medios entonces, y entre los modelos futuritas que puso en escena, algunos más propios de la ficción que de la realidad, se encontraba la Crosscage que ilustra estas páginas. Esta moto está propulsada por un motor ecológico desarrollado en gran parte por la empresa británica Intelligent Energy. Esta firma y Suzuki anunciaron en el Salón de Tokio una ampliación de su acuerdo para desarrollar células de combustible de hidrógeno para dar vida a diversos motocicletas.

Pues bien, recientemente esta Crosscage ha sido puesta de nuevo en escena en Japón, concretamente en el paddock del circuito de Ryuyo (centro de pruebas de Suzuki) y algunos probadores de la prensa local han podido realizar un primer contacto a sus mandos.

El nombre de esta moto le viene dado por su particular diseño. Se puede traducir como «aula cruzada», que para que nos entendamos, hace alusión a un chasis de estructura mixta de aluminio/acero, con unos tubos que se cruzan a ambos lados en forma de X y que «encierran» una célula de combustible en la parte superior, un depósito de hidrógeno en el medio y una batería de iones de litio en la parte más baja o en la quilla. La verdad es que por ahora no resulta fácil entender cómo llega a andar una moto así. A grandes rasgos, se puede decir que estos tres elementos se combinan y consiguen generar la suficiente energía como para hacer funcionar un motor eléctrico ubicado en el basculante monobrazo, más o menos a la altura del eje de la rueda posterior. La recarga de hidrógeno se realiza mediante una boca de llenado provista de una válvula específica que se encuentra bajo el asiento monoplaza. Aquí es donde podemos encontrar el inconveniente principal de la Crosscage y es que por ahora no deben existir en el mundo muchas estaciones de servicio que suministren hidrógeno. Bueno, esto tampoco es un problema todavía, porque por ahora sólo existen dos prototipos de la Crosscage, uno el que se mostró en el Salón de Tokio y otro que es el que podemos ver en las fotos de este articulo. Está claro que todavía es un poco pronto para ver motos así circulando por nuestras calles, pero todo se andará.

Ligera, silenciosa y ecológica
Por prestaciones y velocidad máxima, la Crosscage, más que a una moto de alta cilindrada, se puede comparar mejor a un ciclomotor o casi a una 125 4T. También su ligereza y equipamiento se aproximan más al de un vehículo de estas características. Según lo declarado en su presentación en Japón, el peso en orden de marcha es de 140 kg y la potencia que puede llegar a desarrollar su propulsor eléctrico ronda los 8 CV. Sus llantas son de 17”, pero montan neumáticos estrechos de 100/80 y 120/80 delante y detrás, respectivamente. Gracias a ellos y al contenido tamaño del conjunto, consigue moverse con una gran agilidad. Se siente muy estrecha ente las piernas y también te llama la atención la gran calidad de sus acabados. Pero aún hay otra cosa más llamativa desde el momento que sus ruedas comienzan a girar y es que, ¡no hace apenas ruido! Tan sólo puedes escuchar un agradable y suave silbido producido por los piñones que se encargan de su transmisión final. El funcionamiento del motor tampoco emite gases, ni olores extraños.

La instrumentación es totalmente digital y se distribuye en dos grupos, uno que da mucha información, ubicado sobre el puente que une los semimanillares y otro que incorpora el velocímetro sobre la tapa del falso depósito. El equipo de frenos es sencillo, con un disco en cada eje de 265 mm, mordido el delantero por una pinza de tres pistones paralelos y por una de simple pistón el trasero. La potencia de frenada que proporcionan es más que suficiente para una moto de las prestaciones de la Crosscage. Además, es reseñable que sus respectivos mandos se encuentran en los semimanillares, con una maneta en cada uno al estilo bicicleta. Otro aspecto llamativo de este prototipo de Suzuki es el tren delantero formado por un monobrazo con un sistema telescópico central con una gruesa una barra. También llaman la atención las llantas de aleación formadas por cinco palos desdoblados y en los cuales Suzuki ha instalado diodos luminosos que la hacen muy visible en la oscuridad.

La Crosscage ha demostrado en este primer contacto que funciona de verdad. Con respecto a su autonomía, todavía no se puede hablar de datos verificados, pero según lo declarado, con una sólo carga se pueden llegar recorrer hasta 200 km. La verdad es que no está nada mal.

Además, circular a sus mandos por un puerto de montaña y sin hacer prácticamente ruido puede llegar a ser una sensación indescriptible. Por hacer una comparación, pude llegar a ser como circular en bicicleta, pero siempre como si fueras cuesta abajo, sin necesidad de dar a los pedales. La Suzuki Crosscage es todavía un prototipo, pero está claro que ha abierto una nueva brecha en el mercado. El futuro ha llegado. Algunos ya han tenido la suerte de poderlo tocar con sus dedos.