Una moto -o un scooter- eléctrico es un vehículo de mecánica sencillísima y, con la tecnología actualmente disponible, algo perfectamente realizable en la práctica para que sea funcional. Sin embargo, apenas existe ninguna, porque no hay demanda y porque las marcas no se atreven a comercializar algo cuya tecnología puede dar saltos grandes cada pocos meses y, por lo tanto, es muy arriesgado salvo para pequeños fabricantes. Aprovechando ese hueco, en su día te presentamos las suizas Quantya y ahora te mostramos las americanas Zero Motorcycles, motos que podríamos decir son casi artesanales de no ser porque realmente en su California natal han montado una factoría muy seria para hacer frente a la creciente demanda que tienen.
Dos familias componen su gama: motos de campo (las X y MX), sencillas y ligeras, y motos matriculables (las S, supermotard y DS, trail) también sencillas y ligeras pero «menos» al tener mucha mayor autonomía, contar con luces y un cuadro de instrumentos más completo, y llevar a cuestas el cargador para poder rellenar la batería donde encontremos un enchufe. Las de campo tienen otra filosofía, en ellas la batería puede desmontarse fácilmente abriendo una viga del chasis (se tarda menos de un minuto y sin herramientas, lo hicimos para las fotos) y el cargador es externo, de hecho podríamos tener más de una batería para para lo justo en nuestras salidas.
En cuanto a la tecnología empleada, básicamente comentar que los chasis son en ambos casos de diseño propio y realización externa (son enteros de aluminio con excelente fabricación y soldaduras), y que las baterías representan lo más avanzado actualmente disponible (los elementos que las conforman proceden de la empresa canadiense Molicel y son de Ion-Litio cilíndricos), mientras que la propulsión (motor y regulador Alltrax) hace uso de la probada tecnología del motor de corriente continua y escobillas, con rendimiento apenas inferior al de un motor trifásico sin escobillas pero con mucha mayor sencillez. Los componentes proceden de la industria general aunque hay muchas piezas de origen ciclista, tanto en frenos como suspensiones, que debido al bajo peso de las de campo cumplen eficazmente. El diseño estético en las S o DS es algo particular, diríamos «americano» pues nos recuerda a las Buell. La diferencia clave está en la batería: 2 kWh de capacidad para las de campo (cuyo peso en orden de marcha ronda los 68-70 kg), y 4 kWh para las de calle (que pesan 122 kg).
Se rueda... en silencio
La verdad es que cuando pruebas motos eléctricas "de verdad» como éstas te preguntas por qué no hay más oferta. Incluso con el modelo S, una preserie con los normales fallitos de acabado (agravados porque había pasado por muchas manos), fue un placer poderse dar un buen paseo por las semidesérticas calles del Madrid de agosto y ver no pocas caras de sorpresa en los semáforos: la aceleración (controlada electrónicamente para ser muy suave en este modelo) está al nivel de un scooter 125 aunque a partir de media velocidad es mayor, hasta alcanzar rápidamente los 90 km/h autolimitados, y el tacto del acelerador es siempre suave pero eficaz. Todo, en absoluto silencio y con buenas sensaciones, y una autonomía que rondará los 80 km en uso normal: con el cargador incorporado, la batería se carga entera en cuatro horas (a las dos horas está aproximadamente al 80 por ciento), es decir, que esta moto será perfectamente válida para quien la use por ciudad a diario, se nos antoja que en forma de scooter sería toda una alternativa a los 125-150 para este uso.
Mejores pero sobre todo más intensas sensaciones son las que ofrecen las «pequeñas»: aunque su batería tiene la mitad de capacidad (y peso) la electrónica permite, si así lo queremos (tiene dos conmutadores para seleccionar qué nivel de limitación o suavidad queremos), dejar rienda suelta al piloto. En el modo más agresivo créeme que no echarás de menos la gasolina, la aceleración es instantánea y la potencia, al nivel de una 125 dos tiempos pero con un par muy superior, te permite divertirte de verdad a sus mandos, aunque lógicamente la autonomía será menor y, si abusamos, en media hora estará reclamando una recarga... pero en excursiones normales será fácil rondar la hora e incluso el doble en plan tranquilo.
Estas motos ya están disponibles a través de la web del fabricante, www.zeromotorcycles.com, pero las S y DS (matriculables) no estarán legalizadas hasta finales de septiembre. Los precios van de los 7.290 euros de la X a los 9.790 de las S y DS, que por cierto recibirán 1.200 euros de descuento gracias a la ayuda ya aprobada del plan MOVELE. Una vez en tus manos el mantenimiento es inexistente (sacarles el polvo y engrasar la cadena de vez en cuando) y el consumo mínimo o, según dónde las enchufes, cero.