La Cross Bones (atraviesa huesos) tiene a las siglas FLSTBS Softail a sus marcadores genéticos, así que pertenece a la misma familia que las Night Train o Fat Boy, por poner dos ejemplos. Esto implica igualmente que en el interior de su bastidor tubular se aloja el motor más «gordo» de Harley-Davidson, el Twin Cam refrigerado por aire de 1.584 cc alimentado por inyección electrónica secuencial. De tacto y carácter único e inconfundible, como todos los de la casa, en el caso de la Cross Bones derrocha par y un sonido embriagador. Es una delicia conducirlo al «tran tran» en marchas largas, especialmente en la sexta velocidad que te permite su transmisión Drive. El cambio es duro y ruidoso, pero no importa porque le da personalidad, y además se acciona mediante una doble palanca de punta-tacón.
Este gran bicilíndrico transmite las palpitaciones justas que te hacen sentir tu montura al máximo, pero sin molestar. En esta grata impresión tiene mucho que ver su asiento individual tipo «sprung», que soportado por dos muelles ajustables en dos posiciones filtra las vibraciones más incómodas cuando ruedas a una velocidad constante durante un tiempo considerable. Este elemento, unido al buen hacer de su suspensión Softail (los amortiguadores traseros se ocultan bajo el chasis de aspecto clásico «hardtail»), y en conjunción con las grandes plataformas para los pies y la confortable y erguida posición de conducción (en lo que también tiene mucho que ver su manillar caído tipo «ape anger») , te permiten disfrutar al máximo de tus paseos a los mandos de esta nueva Harley-Davidson.
Especial
Con sólo echar un vistazo a las fotos que ilustran estas páginas puedes adivinar que estamos frente a un modelo muy especial, que tiene en su imponente tamaño, cuidado en los detalles y particular estética las claves de su personalidad. Una moto que como todas las Harley-Davidson no pasa inadvertida, pero en su caso probablemente todavía más gracias a algunos elementos diferenciadores.
Entre los que más llaman la atención, sin duda se encuentra la suspensión delantera tipo Springer (sistema por muelles a la vista), que viene acompañada en este caso por un guardabarros delantero muy recortado, unas llantas negras de radios de 16”, y un neumático de 135 mm de ancho. Alojado en su interior encontramos un único disco mordido por una pinza de un pistón, que sin duda tiene una potencia más que suficiente circulando por ciudad o rodando tranquilo, aunque también hay que reconocer que se muestra algo perezoso cuando lanzas la Cross Bones cerca de sus prestaciones límite.
Detrás encontramos un guardabarros de nuevo recortado y con los soportes cromados, un doble escape estilo «Deluxe», y un ancho neumático de 200 mm con llanta de 17”. Esta equipa un disco mordido por dos pistones de mejor tacto que el delantero y más potente.
Completando sus marcadores estéticos, se encuentran el depósito de combustible con detalles tribales (también presentes en el guardabarros delantero); la consola «Gloss Black» con indicadores tipo «cat eye» (ojos de gato), que incluyen el velocímetro electrónico con un display digital para los cuentakilómetros y el reloj, así como un indicador de nivel de combustible; la correa de piel que recorre el propio depósito hasta la parte delantera del asiento, la tapa del filtro ovalada, la insignia de la patente en el depósito de combustible, y las plataformas para los pies de media luna con el pedal de freno ovalado.
Cara al viento
En la práctica, la Cross Bones es una moto tremendamente noble y estable que ha de ser conducida sin prisas. Sus más de 300 kg de peso te invitan a realizar las maniobras en parado y a baja velocidad con cautela, y en marcha las plataformas enseguida rozan en el suelo para advertirte que no has de superar un ritmo tranquilo. En línea recta es imperturbable y acepta de buen grado que le estrujes de vez en cuando el puño derecho. Y además es capaz de mantenerte a una velocidad por encima de la permitida en muchos casos con total confort. El tacto de las suspensiones es seco, pero no incómodo, y la mayor pega que se le puede encontrar es la dificultad para plegar la pata de cabra, ya que queda bastante alejada del puesto de conducción y si no tienes las piernas largas cuesta mucho llegar.
Para terminar, requiere mención especial su variada y cuidada diversidad cromática que acentúa su espíritu rebelde. Así, la Cross Bones está disponible en «vivid black», «olive peral», «black benim» y «dark blue Denia» y aunque en su versión original viene equipada con el asiento del conductor únicamente, recuerda que dispone de una completa gama de accesorios, entre ellos el asiento y reposapiés del pasajero. Para que podáis ser dos los que la sintáis en vuestros huesos.