Harley Davidson XR 1200 X

Presentación dinámica. Para 2010, Harley-Davidson ha dado una vuelta de tuerca al concepto XR, y nos citó en Toledo para comprobar los resultados. Ya te adelanto que, si has probado alguna Sportster normal, la base de la que salió la XR y ahora la XR X, que el éxito de la mejora es como Toledo... ¡Imperial!

Guillermo Artola / Fotos: H-D España

Harley Davidson XR 1200 X
Harley Davidson XR 1200 X

Antes de subirnos a lomos de la XR 1200 X, los responsables de Harley-Davidson España nos explicaron un poco el porqué de esta moto. Viene a ser una civilización de la moto que participaba en las BBQ series, ya homologada y preparada para matricular sin necesidad de seguir los pasos que han completado muchos de los compradores de las anteriores XR 1200. Primero la moto, luego los escapes, después las suspensiones... al final te gastas lo mismo, pero pierdes un tiempo precioso de disfrute de tu moto mientras está en el taller siendo transformada.

Mientras las Sportster han sido siempre vistas por la marca como el escalón de entrada a su gama para los neófitos, la XR 1200 tiene unas especificaciones, y sobre todo un precio, que le dan una orientación distinta. Además de suponer ya un buen tanto por ciento en las ventas de H-D en España (y más aún en otras partes de Europa), la XR 1200 ha establecido en la temporada pasada que su usuario tipo es un hombre de 30 a 40 años, que vive en la ciudad, que ha tenido motos y acumula una experiencia superior a los 4 años, con un buen nivel adquisitivo (un tercio es autónomo o empresario) y en más de la mitad de los casos no ha tenido una Harley con anterioridad.

Y tengo que decir que es una pena que la XR no desplace a las XL como puerta de entrada al mundo Harley-Davidson, porque los afortunados aprenderían con una moto de verdad. El precio es el que establece a las Sportster como «la moto para el que nunca ha tenido una Harley y no sabe si invertir un dinero en ello», pero a cambio creo que se paga un precio en manejabilidad, frenos, suspensiones y ergonomía (efectividad de la parte ciclo, en definitiva) y también en un motor perezoso y poco brillante (que quizás es así para no comprometer aún más al resto de la moto). Por el contrario, el que conozca a la gama Harley mediante una XR 1200 X va a tener una moto más «europea», que no compromete la calidad técnica por un «look» o una filosofía de vida.

Ciudad Real
Estás en Toledo y, si quieres ir a Ciudad Real, tienes un itinerario muy apetecible que nos prepararon los hombres de H-D España para probar las XR 1200 X, que se adentra en la comarca de los Montes de Toledo. Carreteras rápidas, con buen firme y mejor asfalto y, llegado un punto, con buenas curvas donde explayarse.

Por las vías más rápidas le dimos lo que se merece (gas, para más señas), y nos devolvió lo que buscábamos (velocidad, sensaciones; moto, en definitiva). La XR corre lo suficiente (va a rozar los 180-190 km/h de velocidad punta) y lo hace sin aspavientos, toses o quejas del motor. Suave, sin enormes vibraciones que este mismo motor tiene en otras configuraciones, responde con buen par motor cuando se lo solicitas y sube de vueltas más de lo que te esperas. Luego, cuando la carretera se retuerce y hay que bajar el ritmo, te sorprende con una frenada contundente, por lo que no necesitas anticipar demasiado o te darán ganas de soltar los frenos y volver a dar gas antes de la curva.

Una vez en ésta, los neumáticos tienen el agarre que se prevé, y las suspensiones funcionan bien, por lo que sólo tienes que preocuparte de lo que roza por el suelo, que a pesar de la posición de los estribos, ocurre. Este detalle es, probablemente, lo único que no me gustó de la XR 1200 X, porque te produce una inseguridad que no cuadra con lo que te ofrece el resto de la moto, que es justo lo contrario.

Alguien dirá, ¿cómo puede quejarse de roces este tío, que se pasa la vida probando motos custom y lijando sus plataformas con el asfalto? Pues sí, es así, pero en el caso de una custom grande vas más tranquilo, no tienes ninguna pretensión deportiva, llevas los pies adelantados y todo roza antes, con lo que el momento en que oyes el «jjjjrrrr» no es delicado (o tienes la sensación de que lo es menos). Por lo demás no puedes quejarte de su comportamiento en curva, sobre todo teniendo en cuenta sus 250 kg en seco declarados, lo que la coloca a un lado de las deportivas puras, llámense naked sport, streetfighter o la categoría en que quieras inscribirlas.

Luego, hablando de las suspensiones, que son la otra novedad junto a los discos flotantes, hay que decir que las regulaciones funcionan, y cuando volvimos hacia el hotel tomamos una carretera bacheada («bañereada» más bien, porque los baches apenas se veían), y nuestros riñones hubieran pedido una parada para aflojar los hidráulicos, pero esto es una prueba de que efectivamente funcionan.

 

La posición de conducción es relajada, expuesta al viento si quieres (puedes agacharte sin perder el control), con los estribos ergonómicamente bien colocados y con un asiento suficientemente cómodo. Si tras doscientos cincuenta kilómetros te duele esa parte de tu cuerpo llamada culo, a lo mejor es que te pasa como a mí, que hace ya veinticinco años que hicimos la mili...

En definitiva, me ha parecido una moto «cachonda», divertida para alguien que sepa que nunca va a ser campeón del mundo, muy útil en ciudad y con una clase y un carisma que sólo tiene una Harley (o casi). Si te decides vas a tener lo que resulta una moto ágil, potente, rápida y con buena parte ciclo para la inmensa mayoría de los mortales. No le eches carreras a los amigos con deportivas japonesas, y piensa que si llegas el último a la terraza de moda, tú y tu moto sois los que vais a dar el golpe...