En los años 50 en EE.UU el nombre de Thunderbird, proveniente de la mitología nativa, fue trasladado a varios sectores, por un lado se llamó así al escuadrón de acrobacia de la fuerza aérea estadounidense y Ford bautizó así a uno de sus modelos icónicos. Tomando la imagen del conocido coche Triumph dio vida a esta gama de cruiser, que en 2014 se ha renovado con un motor de mayor cilindrada y bastantes cambios tanto de chasis como de acabados. Dentro de la familia hay cuatro modelos, la Thunderbird, la Thunderbird Storm, la Thunderbird Commander y esta la Thunderbird LT. Las siglas se corresponden con Light Touring, dado que es la más indicada para hacer turismo gracias a su pantalla, a las alforjas y a las luces de niebla. Y por otro lado, la que tiene una estética más clásica, en la que mucho tienen que decir las llantas de radios de 16 pulgadas y los novedosos neumáticos radiales con flanco blanco.
Estilo
El primer contacto visual es contundente, es una mezcla entre una moto de diseño clásico y una poderosa cruiser. Los cromados, que se extienden por numerosos componentes de la carrocería del motor, las líneas de esta decoración en particular y los neumáticos con los flancos blancos son un conjunto muy llamativo. Así que desde que la ves tienes ganas de darte una vuelta con ella, es algo así como sacar a bailar a la chica guapa. Sobre ella sigues teniendo esas sensación de encanto, debido a su conseguido aspecto y a sus acabados. Coger el manillar es como agarrar al toro por los cuernos, ya que su forma recuerda a las astas del animal. En cualquier caso es cómodo, ya que si bien está alejado del piloto se encuentra a una altura media que proporciona al cuerpo una posición natural. Los puños son de un diámetro algo mayor de lo habitual y desde ellos se manejan bien todos los mandos, así como la información del cuadro desde un pulsador situado en la piña derecha. Los datos que ofrece el cuadro son los justos y necesarios, como el nivel de combustible, los parciales, la hora y la autonomía. No tiene cuentarrevoluciones, tan solo velocímetro, pero en este tipo de motos tampoco es algo tan necesario.
El mencionado manillar se combina con un asiento tremendamente cómodo, de doble capa y doble densidad, que acoge muy bien al piloto gracias a su refuerzo lumbar y que tiene un mullido excelente. Ese tacto tan agradable se extiende a las plataformas, que están en una posición correcta y tienen un recubrimiento de goma. Además, el sistema punta-tacón del cambio permite la regulación de altura de las palancas para dejarlo a tu gusto. De manera que sobre la LT te encuentras como en un sofá, eso sí en uno de calidad. Cuenta con dos alforjas que permiten transportar objetos de tamaño medio o el equipaje sin problemas, pero no disponen de cierre con llave, ni cabe un casco integral. Aún así siempre es una ayuda tener la capacidad de carga que ofrecen.
Músculo
El bicilíndrico en línea calado a 270º, para darle ese carácter propio de los motores en V, ha crecido en esta nueva versión hasta los 1.699 cc y es uno de los puntos fuertes de nuestra protagonista. Sus principales características son las grandes dosis de par y el largo desarrollo, de modo que lo que te transmite es un enorme poder y una elasticidad infinita. Es una combinación excelente, ya que puedes ir muy bajo de vueltas y tener una respuesta suave y progresiva a tu disposición y al mismo tiempo estirar el motor y encontrar una buena pegada desde la zona media hasta arriba. Es decir, que te permite rodar en sexta a 80 km/h sin «coceos» y al mismo tiempo estirar esa relación del cambio hasta más allá de los 160 km/h, si esa fuera tu intención. Así que no hace falta preocuparse del cambio, en cualquier caso se acciona mediante un sistema de punta-tacón que es preciso y hace pasar desapercibida la dureza de las primeras relaciones.
Las vibraciones son muy bajas, pero eso no quiere decir que sea un motor si personalidad, ya que el mencionado calado del cigüeñal hace que tengo un pulso especial. La transmisión secundaria se realiza mediante una correa dentada, que ahorra trabajo en cuanto al mantenimiento y que no tiene ninguna reacción extraña en la transmisión, de modo que el sistema pasa totalmente desapercibido.
Grande
En cuanto avanzas unos metros te sientes poderoso a sus mandos, tanto por la postura que adoptas, como por el porte de la LT. Aunque también tienes que serlo un poco, ya que con sus 387 kg en lleno requiere fuerza para moverla en parado y también para girar el manillar a baja velocidad. Es cierto que una vez alcanza cierta velocidad se equilibra y se percibe más ligera. Triumph suele hacer unos buenos reglajes de chasis y suspensiones, de manera que la gran mayoría de sus motos se comportan de una manera precisa. Gestionar los casi 400 kilos no es fácil y aun así la Thunderbird se aguanta muy bien en todo tipo de curvas, ya sean de autopista o de carretera. Cuando estás inclinado en curvas de baja velocidad, como una rotonda, puedes sentir en el manillar el gran esfuerzo que tiene que hacer para mantenerse en la línea, en forma de unas leves oscilaciones, pero no afectan en absoluto a la conducción.
En todos los demás aspectos no tiene pega, ya que teniendo en cuenta sus dimensiones se mueve bien en los cambios de dirección y entra en curva con mucha más facilidad de la que te imaginas. Se puede inclinar bastante antes de llegar al roce de las plataformas con el asfalto, de tal manera que puedes conducir relajado. Las suspensiones Showa, a pesar a ser sencillas y sin apenas regulaciones, son capaces de aguantar perfectamente las exigencias del conjunto y también de absorber los baches con eficacia, uno de los puntos débiles de las grandes motos con dos amortiguadores traseros de poco recorrido. El cómodo asiento también ayuda a filtrar lo que llega a tu espalda, así que se puede considerar una moto cómoda en este aspecto. Algo menos conseguida está la protección aerodinámica, dado que a pesar de la gran pantalla que distingue a este modelo, se genera cierta turbulencia detrás de ella que llega a la zona del pecho. También las piernas quedan muy expuestas a la fuerza del viento, todo esto se percibe especialmente por encima de 120 km/h. Los frenos, con pinzas Nissin, tienen un funcionamiento muy acertado, ya que el delantero cumple con su misión y el trasero es potente y dosificable. El equipo está asistido por un ABS efectivo, pero que deja bastante libertad al tren trasero y puedes llegar a derrapar levemente. Señal de que solo actúa en el último momento, algo más efectivo que cuando son excesivamente intrusivos. Buen trabajo como siempre el de los Hinckley en una parte ciclo que hace que la LT sea cómoda y agradable.
Conclusión
Estéticamente me parece una moto muy conseguida y que tiene un encanto especial. Es capaz de combinar el estilo de los ingleses con el aire clásico americano. Pero lo bueno es que cuando la conduces te encuentras con la grata sorpresa de que va muy bien, algo que no siempre se da en motos de este tipo. Todo es agradable y la posición está marcada por un asiento muy cómodo, tanto para el piloto como para el pasajero. El motor tiene una excelente relación entre las prestaciones, la suavidad de marcha y las sensaciones que transmite. La buena gestión del bicilíndrico le da equilibrio al conjunto, que tampoco desentona por parte ciclo, gracias al tarado de las suspensiones y a la firmeza del chasis. Es una moto grande y pesada, pero como llegas bien al suelo la manejas con confianza y un poco de esfuerzo. Tiene un buen equipamiento, que te facilita la vida al viajar, como la pantalla grande y las alforjas. Así que los amantes de este género tienen ante ellos una moto con muy pocos puntos débiles y de gran atractivo.