Husqvarna ha creado la Vitpilen 701 para seguir las últimas tendencias que le han dado la vuelta al mundo de la moto. Volver a la idea pura de la moto, es sinónimo de simplicidad y es precisamente el lema que han utilizado para diseñarla. Nos es fácil conseguir un diseño tan llamativo con un par de trazos, pero los austriacos, que han recuperado la marca en este último periodo, han llevado su idea de simplicidad a otro nivel. Para los que todavía no saben de dónde viene su nombre, Vitpilen quiere decir flecha blanca en sueco, y con él se rinde homenaje a la Silverpilen de 1955.
De la que también toma inspiración en la línea marcada por un conjunto depósito-asiento que forma un único elemento a nivel visual. Husqvarna eligió Barcelona para la presentación internacional, un escenario excelente para probar su faceta urbana y las carreteras de sus alrededores para ver de qué el capaz fuera de la ciudad.
Husqvarna Vitpilen 701 en vivo
Lo cierto es que la moto ya habíamos visto la Vitpilen 701 en los salones como prototipo en 2014 y como versión definitiva el año siguiente, pero no es lo mismo que verla en la acera esperándote. Sus dimensiones son contenidas, con un asiento bajo y de líneas muy bien estudiadas, que además está hecho de un material que ofrece un buen confort a pesar de su reducida altura. Prácticamente cualquiera que se ponga a sus mandos, sea hombre o mujer, llega bien al suelo. Tu cuerpo cae ligeramente sobre los semimanillares, que son un claro guiño a las cafe racer, le dan el sabor deportivo pero no hacen que su conducción sea incómoda. Hay un elemento, que no sea de última generación, cumple su misión: la instrumentación. Se compone de un solo reloj digital que se integra de tal manera en la parte frontal de la moto que es lo único que hay entre tú y la carretera.
Esos son los detalles que te llevan a otro tiempo, donde el motociclismo se llevaba a su esencia: moto y carretera.
El punto mejorable es que hay que manejar la información y las posibilidades de ajuste de la electrónica desde el propio cuadro. Así que antes de salir debes decidir si quieres desconectar el control de tracción o el ABS. También es verdad que en la mayoría de los casos no hace falta desconectar nada ya que tanto el control de tracción como el ABS funcionan bien y te ayudan cuando tienen que hacerlo. También es diferente la llave de contacto, situada en la propia tija como en algunas motos de hace décadas.
La base de esta moto es conocida y está muy probada pero los que no hayan tenido la suerte de disfrutar de sus virtudes se sorprenderán cuando lo hagan. El chasis multubular tiene una calidad de fabricación excelente y un buen equilibrio entre su rigidez y su peso.
Pero un chasis sin unas buenas suspensiones no sirve de mucho, de modo que se montan suspensiones WP para que todo funcione en sintonía. Todo esto se lee muy bien sobre el papel, pero en las motos hay que conseguir que las sensaciones que recibe el piloto sean de una manera determinada. Para llegar a las curvas lo normal es que tengamos que recorrer antes las calles de la ciudad, que es uno de los escenarios donde la Vitpilen 701 se encuentra como en casa. El embrague hidráulico tiene un tacto muy suave, así que empezamos bien, y además su maneta es muy curiosa, ya que es más corta de lo habitual y tiene el diseño para utilizarla solo con dos dedos. Una vez la sueltas el monocilíndrico de 693 cc tarda 2.000 rpm en dar lo mejor de sí mismo y a partir de ahí gira redondo y con una suavidad impropia de su configuración. También es un motor muy moderno, como os contamos en el recuadro de la técnica, y eso se nota en el tacto del acelerador electrónico, la ausencia de vibraciones cuando mantienes una velocidad crucero y en su pegada.
Recorriendo las calles de la ciudad la mueves con facilidad, gira lo suficiente y te hace sentir que tienes el control en cualquier situación. Además, cada parada en un semáforo se convierte en un momento que el piloto disfruta viendo las formas del depósito y su tapón, y los transeúntes viendo la moto.
Vitpilen 701, deportiva con piel de clásica
Tras la parte de ciudad tomamos un tramo de autovía en busca de las carreteras de curvas. En ese punto ya hemos podido comprobar los bien que funciona y lo cómodo que es el cambio con “quickshiter” para subir y bajar de marcha. Y eso que el embrague es suave pero en el momento que dejas utilizar la primera te puedes olvidar de él, el corte está pensado que subiendo de marcha el sistema funcione bien en una amplia gama de revoluciones y reduciendo tampoco tiene pegas.
Lo curioso es que el sistema está alojado dentro del cambio y desde fuera no se ve ningún rastro de él. Siendo un “mono” es normal que de lo mejor de sí mismo en medios, pero lo que se sale de la media son sus 75 CV, una cifra que la sitúa en línea con muchos motores monocilíndricos. Si esa cifra le sumamos que es una moto realmente ligera, 157 kg en vacío declarados, tenemos una combinación muy divertida. Ahí es donde Husqvarna ha elegido un camino diferente en el que no hay tantas motos, en el que mezcla un “estilo de moda” con un comportamiento de primera.
La moto es rápida de dirección y vas enlazando viraje sin el más mínimo esfuerzo y al mismo tiempo mantiene un tacto preciso de la dirección. Puedes llegar a las curvas cerradas frenando fuerte y meterla sin problemas, y eso que el equipo Brembo con pinza de cuatro pistones y anclaje radial es potente a pesar de contar con un solo disco. Una vez en medio de la curva no roza y es tan estable como en la autopista a alta velocidad. La postura de conducción, con ese toque deportiva, también acompaña si te animas, que lo acabas haciendo por su buen comportamiento… Las suspensiones aguantan todo lo que les pidas, con una horquilla invertida WP firme que pisa muy bien. Además puedes cambiar sus hidráulicos en un semáforo, ya que en cada botella está una de las regulaciones y se pueden manipular incluso con el guante puesto. Así que con su tarado de serie absorbe bien las sorpresas de la ciudad y con un par de clicks te da mucha firmeza en carretera. El amortiguador trasero, con bieletas en este caso, es polivalente y nunca se hace notar, lo que es siempre una buena noticia.
Los 75 CV cunden mucho, como decía, pero no imponen y eso que si te animas acelerando fuerte en segunda el control de tracción tiene que ponerse a trabajar para que no se levante la rueda delantera. Algo que sabes qué pasa cuando vez la luz de aviso en el cuadro, llama la atención que también se enciende cuando actúa el ABS. Lo importante es concentrarse en la conducción sabiendo que las ayudas están ahí como garantía de seguridad. En cualquier caso no es fácil hacer saltar el control de tracción porque tiene muy buena motricidad y una entrega progresiva de potencia. Puedes estirar el motor hasta 9.000 rpm y disfrutar mucho de su pegada hasta que la luz de aviso de sobrerrégimen te sugiere que cambies poco antes del corte de encendido. Contado así parece que hable de una moto deportiva pero lo cierto es que es muy fácil de llevar y cualquiera puede rodar con ella por poca experiencia que tenga, mientras que los que ya tengan kilómetros a sus espaldas encontrarán un juguete muy divertido.
Lo mejor:
-
Diseño
-
Tacto de motor y comportamiento
Mejorable:
-
Vibraciones a altas revoluciones
-
Precio