A principios de los 60, la moto en España todavía era básicamente un medio de transporte barato, pero al tiempo su popularidad había provocado que las principales firmas derivasen hacia conceptos más deportivos en algunos modelos con el fin de lograr diferenciarse de la competencia y lograr notoriedad entre los aficionados.
Derbi había iniciado su producción en la postguerra a partir de un propulsor Jawa, que desde 1955 era el que equipaban, en diversas cilindradas, sus motos. Las de menor cubicaje, las 74 cc, derivaban de la planta de 98 cc, pero a principios de los 60 era necesaria una base más moderna para sus futuros ciclomotores. Desde 1957, las ventajas fiscales asociadas a estos vehículos se aplicaban a los modelos de menos de 74 cc, pero en 1962 se limitaron a los de menos de 50 cc y Derbi eligió un motor Sachs de 65 cc como punto de partida para su nueva generación de motos, y esta base común aumentó y disminuyó de cilindrada para adaptarse a diferentes modelos desde los 50 cc a los 74 cc.
La primera en llegar fue la 65 cc, en 1961. Era una moto deportiva con chasis de espina central de tubo redondo, y tras ella, con un motor de 74 cc gracias al aumento del diámetro del cilindro, llegó la Sprint, una versión más turística. Estos dos modelos se mantuvieron «en cartel» hasta 1964, la fecha de nacimiento del modelo de estas páginas, la Derbi 74 Gran Sport.
Estamos en 1964 y Derbi decide que lo que el público juvenil demanda es una moto de mayores prestaciones y estética y comportamiento más deportivo, y lanza la Gran Sport 75. La base de la moto sigue siendo la de la 65 cc, pero cambia radicalmente tanto la estética como el concepto. Se elimina lo superfluo, se crea una posición de conducción plenamente deportiva, y la marca declara más de 8 CV de potencia máxima, frente a los menos de 5 CV de la 65 cc, aunque lo cierto era que las primeras versiones compartían elementos, entre los que se encontraban cilindro y culata de la 75 Sprint.
La Gran Sport supuso todo un éxito. Por una parte, era una moto que anulaba a su competencia, y por otra sirvió de base para que los chavales de la época hiciesen sus primeros pinitos legales e ilegales en las carreras. No era fácil sacar mucha más potencia del motor, pero esos 9 ó 10 CV que se lograban en buenas manos la convertían en el arma ideal para la multitud de carreras en cuesta y en circuitos urbanos en las categorías de iniciación. Hay que tener en cuenta que lo que ahora conocemos de los escapes de dos tiempos estaba todavía en pañales, y que un tubarro era entonces un tubo con un cierto cono en la parte posterior y poco más.
La versión de 74 cc de la Derbi Gran Sport se complementó con otra de 49 cc, pero básicamente destinada a la exportación, ya que en 1965 se restringieron las prestaciones de los ciclomotores y no tenía mucho sentido una versión limitada de una moto tan deportiva. En cualquier caso, en algunos mercados, especialmente el francés, la versión más pequeña tuvo mucho éxito.
Para 1970 la Gran Sport era ya una moto muy conocida, y Derbi decidió hacer una puesta al día creando el modelo que te presentamos. Estéticamente, destacaba la presencia de un colín con el faro integrado, un chasis que incorporaba una falsa doble cuna, la horquilla delantera modificada, y un nuevo encendido de tipo electrónico que provocó que su denominación cambiase a GSEE con el añadido de «Especial Electrónica». En cualquier caso, este sistema se abandonó rápidamente y se volvió al sistema de ruptor previo hasta el final de su producción, que tuvo lugar en 1972.
La Gran Sport a lo largo de casi una década consolidó el nombre de Derbi como empresa de motos deportivas de pequeña cilindrada, sobre todo porque su fama se fraguó en los circuitos nacionales y posteriormente internacionales, cuando la firma vallesana decidió lanzarse a la aventura del Mundial. Hoy en día, las Gran Sport, en cualquiera de sus versiones, son motos buscadas y cotizadas, quizás porque supusieron para muchos el inicio de una llama que todavía no se ha apagado.