Comparativa Maxiscooter 400: Suzuki Burgman, KYMCO Xciting 400i, Peugeot Satelis 400 y Yamaha X-MAX 400

Los maxiscooter 400 son verdaderos magos capaces de trasladarte en un visto y no visto de un lado a otro con rapidez, señorío y gran comodidad.

Oscar Pena. Fotos: Lluis Llurba. Colabora: Luís Lopez, Pablo Bueno, Jesús Lázaro

Comparativa Maxiscooter 400: Suzuki Burgman, KYMCO Xciting 400i, Peugeot Satelis 400 y Yamaha X-MAX 400
Comparativa Maxiscooter 400: Suzuki Burgman, KYMCO Xciting 400i, Peugeot Satelis 400 y Yamaha X-MAX 400

  • Suzuki Burgman. Ficha ténica y precio
  • KYMCO Xciting 400i. Ficha técnica y precio
  • Peugeot Satelis 400. Ficha ténica y precio
  • Yamaha X-MAX 400. Ficha técnica y precio

Los scooter protagonistas de esta comparativa son, para muchos, el tipo de vehículo de dos ruedas perfecto para sus desplazamientos diarios. Y las razones son muy sencillas: son elegantes, son rápidos, son económicos de mantenimiento, tienen grandes capacidades de carga, son confortables, dinámicos, válidos en cualquier estación del año, y sus precios no son desorbitados. En definitiva, son los scooter perfectos para las grandes ciudades del Siglo XXI y nuestros modos de vida acelerados, en los que el tiempo es oro, y todo lo que nos podemos ahorrar desplazándonos y aparcando es gratamente bienvenido.

Amplia oferta

De la amplia oferta disponible, el que abrió las puertas de este cotizado nicho de mercado es sin duda alguna el Suzuki Burgman 400. Y con el tiempo, ha sido el más exitoso a lo largo de más de una década (apareció allá por 2001). El modelo actual bebe sus fuentes de la renovación que experimentó en 2007, con algunos retoques posteriores que lo han mantenido en el trono de los maxiscooter 400. Frente a él, nos topamos con tres vehículos más modernos, tanto en sus líneas como por concepto, que llegan a superar al Burgman en determinados aspectos, pero que no han sido capaces de igualarle en otros.

Cada uno con la personalidad impresa por los diferentes fabricantes, KYMCO Xciting 400i, Peugeot Satelis 400, y Yamaha X-MAX 400, ofrecen vías alternativas para un mismo fin. Y todos ellos a un precio muy similar, pues en ninguno de los casos se supera la barrera psicológica de los 6.000 €, ni siquiera hay 600 € entre el más caro y el más económico. Una cifra considerable, pero que a buen seguro no es determinante a la hora de adquirir uno de estos magos ciudadanos pensando en uso a largo plazo.

Primera impresión

La primera impresión no es siempre la más importante, y por eso salimos a rodar por ciudad y carretera a fondo para extraer de nuestros protagonistas lo mejor y lo peor en cada circunstancia. Arrancados los motores y circulando entre el tráfico, sorprende la suavidad, finura y nulo ruido mecánico del Yamaha X-MAX. Su apariencia deportiva es sin duda la más acentuada del grupo, pero su tacto es a la postre el más refinado.

Esta curiosa contradicción también se da en el Burgman, pero a la inversa. Es algo más tosco, nada que sea exagerado, y es el que para rodar a igual ritmo necesita un mayor nivel de revoluciones. Y eso siendo, precisamente, el de aspecto más señorial, producto de sus líneas suaves, amplio parabrisas, longitud total y gran anchura de su zaga.

A medio camino entre ambos se encuentran Satelis y Xciting. El primero sorprende por su agilidad. Es el más corto y se nota. Casi pareciera un «dos y medio» circulando entre el tráfico intenso. El segundo se percibe homogéneo y accesible, además de ser el más ligero. Un vehículo sin fisuras en el que siempre encuentras todo en su sitio. Eso sí, su altura de asiento es considerable, casi como en el resto de competidores, salvo el Suzuki. En este sentido el veterano Burgman juega con una ventaja importante, especialmente si te encuentras en el grupo de conductores «bajitos». Sus 720 mm de altura de asiento son infalibles frente a los 790 de Peugeot y Yamaha, y los 805 del KYMCO. Con ello gana en manejabilidad y maniobrabilidad a baja velocidad, a cambio de una posición de conducción algo menos natural y ergonómica, al situarse el manillar elevado con respecto al asiento.

Esto no ocurre en el resto, muy similares en este sentido, que gozan de una posición de conducción confortable y dinámica. Ideal para medios y largos desplazamientos, e incluso realizar una conducción moderadamente deportiva en ciertos momentos. Sus asientos son también más firmes que el del Suzuki. En distancias cortas o sobre firme irregular parecen ser algo más incómodos. Pero a la larga, y rodando en campo abierto, se transforman en una ventaja.

Equipamiento

Los altos niveles de confort de marcha de los cuatro protagonistas vienen asociados en gran medida, como veremos, a su comportamiento dinámico y motriz. Pero antes, hay un par de aspectos que no podemos pasar por alto, por su importancia en el uso diario y que hacen referencia a su funcionalidad. Estos no son otros que su accesibilidad, capacidad de carga y protección aerodinámica.

Tomar los mandos en el frenesí diario es de nuevo más fácil en el Burgman, cuyo puente central es de menor tamaño. Su menor altura de asiento también favorece al pasajero, que es que el que accede a su puesto con mayor facilidad. Toda vez ubicados en su lugar, en todos los casos disponen de amplio espacio, asas prominentes y un mullido de asiento tan confortable como el de los conductores. Las particulares formas del hueco bajo el asiento del Suzuki le confieren la mayor capacidad del grupo.

En todos salvo en el KYMCO caben dos casco integrales, siento en el Suzuki en el que además entra alguna cosa más. Y por su anchura entraría incluso un maletín, sin cascos eso sí. Es curioso e ingenioso, en este sentido, el sistema de acceso al hueco del Peugeot, ya que para acceder al él se levanta el asiento del pasajero, pero no el del conductor, por lo que este no tiene ni que levantarse para que otra persona acceda a él.

Por otro lado, todos los sistemas de accionamiento del asiento se realizan desde el contacto. Una buena señal de calidad y funcionalidad. Como el caballete central, guanteras tras el escudo delantero, o tomas para cargador de 12V. Y es que en general, los cuatro maxiscooter de esta prueba gozan de unos altos niveles de equipamiento y acabados. Con buenos ajustes de sus plásticos, pocas o ninguna vibración, y una imagen cuidada en todos los sentidos.

Puestos a echar de menos, puntualmente, observamos como el Burgman carece de ordenador de a bordo en su cuadro de instrumentos de inspiración automovilística (predomina la información analógica frente a la digital), y el Satelis no dispone, ni siquiera opcionalmente y hasta nueva orden, de ABS. Al menos de momento. Un accesorio que puede hacer caer la balanza a favor de otro maxiscooter para más de un posible comprador.

A nivel aerodinámico, encontramos una igualdad manifiesta entre el Yamaha y el Peugeot. Te permiten rodar protegido frente al viento y las inclemencias, y al tiempo sentir un poco de aire envolviéndote alrededor. Quizá el Satelis por las formas de su parabrisas genera alguna turbulencia, algo que se disipa al reclinarte ligeramente sobre el manillar. El Suzuki por su parte cuenta con la mayor protección de largo, una ventaja en época invernal, y no tanto en verano, al no refrescarte un poquito más el viento. Sea como fuere, el saldo es más positivo que negativo, obviamente. Por último nos topamos con el KYMCO, que renuncia a mayor protección aerodinámica en pos de un diseño cuidado y deportivo, pero menos práctico. Así, no llega al punto de circular expuesto al viento, pero el casco si queda claramente al descubierto.

Prestaciones

Con motores monocilíndricos de 400 cc, y unos pesos que rondan los 200 kg, las prestaciones son más que interesantes en todos los casos, y te permiten desplazamientos rápidos y seguros en cualquier ambiente. O confortables y tranquilos si es lo que requieres. El motor más poderoso es el Yamaha, seguido de cerca por el KYMCO y el Peugeot, siendo un poquito más lento el Suzuki. Las prestaciones no están correlacionadas con los consumos, y en la extensa prueba realizada, estos fueron casi calcados entre nuestras protagonistas, rondando los 4 litros en todos los casos y en un uso mixto ciudad-carretera.

En cuanto al comportamiento dinámico, la cosa anda igualmente muy pareja. Hilando fino, el Yamaha X-MAX te permite afrontar las curvas más rápidas de la autopista con la mayor firmeza y solidez de tren delantero. Muy, muy cerca anda el Xciting, que no llega a moverse salvo rodando al límite. Las suspensiones traseras duras en ambas monturas favorecen la estabilidad, aunque sean algo más secas sobre asfalto irregular. El Peugeot Satelis, por su parte, es como ya hemos visto muy ágil. Es intuitivo y manejable, y abordando una rotonda, por ejemplo, es el más fácil.

Pero rodando al máximo se siente algo menos estable que el resto. Finalmente, el Suzuki Burgman ofrece un comportamiento noble y predecible. Es largo y estable, y cuando a máxima velocidad se genera algún que otro movimiento, lo hace de forma controlable. De aparecer algún movimiento, caso de un cambio de rasante, «bañera» de autopista, etcétera, basta relajar un poco tu muñeca derecha: solucionado.

Conclusión

A la hora de decantarse por uno de nuestros protagonistas el uso al que vaya destinado, así como los gustos por una u otra marca o diseños, hará que sea la mejor opción. En términos de funcionalidad absoluta el Suzuki Burgman se impone, al ser mejor ciudadano y ofrecer la mejor capacidad de carga y accesibilidad. Si te va más la acción y el comportamiento dinámico, el Yamaha X-MAX sobresale por prestaciones y un tacto firme y seguro, además de una protección acertada.

El KYMCO Xciting le anda a la zaga, y penaliza por su pantalla baja y hueco para un solo casco. Pero es el más económico, que también es importante. El Peugeot Satelis estaría a medio camino entre todos ellos, ofreciendo altos niveles de funcionalidad. En su caso la ausencia de ABS (ni siquiera opcionalmente) es el mayor hándicap.