Honda SH 300 Scoopy

Honda renueva su Scoopy 300, con cambios en el bastidor y estéticos. Honda presenta su renovado Scoopy, un scooter urbano que acorta al máximo el trayecto entre casa y trabajo. Es lo más parecido a trabajar desde casa.

Pablo Bueno. Fotos: Lluís Llurba

Honda SH 300 Scoopy
Honda SH 300 Scoopy

Soy uno de ésos a los que los anglosajones llaman «commuter». Vamos, que todos los días voy a currar desde las afueras al centro de una ciudad. No puedo soportar los atascos, me superan... Y cuando llego al destino, siempre con el tiempo justo, me niego a tener que perder media hora más para aparcar y encima pagar por ello. Yo sigo midiendo el tiempo que tardo de casa al trabajo en minutos. Me muevo en scooter. No, no he hecho «copy paste» del texto de un anuncio. Es la realidad de mi día a día. Tardo 15 minutos en recorrer 20 km todas las mañanas y del curro al centro me planto en 5 minutos. Mi mujer, que va en coche, mide sus trayectos en múltiplos de horas o medias horas.

Te cuento mi vida, porque los scooter 300, compactos, ligeros y ágiles te cambian la vida. Con ellos recuperas tu tiempo, ves los atascos como algo ajeno y ganas en calidad de vida. Ésa ha sido la clave del éxito del Honda Scoopy «grande», junto con unas prestaciones que te permiten salir a carretera o autovía con total seguridad y sin ir vendido, como suele pasar con los 125.

Honda fue pionera en el segmento de los 300 con el Scoopy, que lanzó en 2006, después del escaso éxito registrado por el Yamaha XC300 Versity, que retiró del mercado al poco tiempo. Pero la marca del ala dorada llegó para quedarse. Desde entonces (ya han pasado 4 años) el SH300 no había sufrido renovaciones ni modificaciones, se mantenía intacto y con buena salud, estando siempre entre los maxiscooter más vendidos.

Cambios
Ha permanecido igual... hasta ahora, que Honda ha decidido dar una vuelta de tuerca y mejorar diferentes aspectos del Scoopy para que siga siendo el rey de la ciudad. Por fuera, puedes detectar las modificaciones en algunos detalles, porque lo cierto es que básicamente es igual que el modelo anterior. Cambios en el frontal, un pequeño cupolino plateado, que se prolonga por encima del tablero de instrumentos (totalmente nuevo), un aletín de plástico negro en los laterales superiores del escudo (junto a los intermitentes) y nuevas decoraciones -plata, azul metalizado y azul perlado- certifican que algo ha pasado.

Más estable
Uno de los peros que le ponían los usuarios al Scoopy 300 era el aplomo del tren delantero y la estabilidad general, algo bastante común en los modelos de «plataforma plana» y más si llegan a los 143 km/h reales, que ponen a prueba toda la parte ciclo de cualquier scooter. Los principales cambios que ha aplicado Honda van encaminados a este aspecto, revisar y reforzar el chasis para conseguir una mayor estabilidad, incluso rodando a tope por carretera de curvas.

Las dimensiones generales han variado ligeramente: es 2 mm más corto, 2 mm más estrecho y 5 mm más bajo, con lo que se consigue un conjunto más compacto y manejable. Por otro lado, la distancia entre ejes ha ganado 2 mm, lo que supone una mejora de la estabilidad. Su altura de asiento se mantiene intacta en los 785 mm, que asegura poder acoger a pilotos de cualquier talla. Los cambios refl ejan además una reducción de peso de 2 kg con respecto a la anterior versión. Una dieta de adelgazamiento que en las motos siempre es bienvenida.  Otro de los cambios afecta a la rueda trasera, que ahora monta neumático radial de diseño espiral, que mejora el agarre y la estabilidad del tren trasero en marcha.

Después de probarla a fondo, hemos podido comprobar que los cambios en materia de chasis y puesta a punto de suspensiones se reflejan claramente en un comportamiento más noble y estable sea cual sea tu velocidad de crucero. La rueda delantera tiene ahora mayor aplomo y, en general, la parte ciclo se ha puesto a la gran altura de su motor y prestaciones.

El propulsor del Scoopy 300 se muestra muy progresivo, pero a la vez contundente al acelerar y es que la suavidad de su sistema de inyección electrónica y su baja sonoridad hacen que sea una delicia cuando nos movemos dentro de la ciudad.

Como todo lo bueno, la calidad y fiabilidad Honda, se paga. Como en el modelo precedente, tienes una versión con C-ABS por 5.549 euros y otra con frenada combinada por 4.999. Es el precio que hay que pagar por tener en tu garaje al rey de la ciudad. Por cierto, que viene de serie con baúl trasero.