Prueba del Kawasaki J300

Primera incursión de Kawasaki en el mercado europeo del scooter. Atractivo y aparente, cubre a la perfección las dos principales necesidades del segmento: comodidad y practicidad.

Óscar Pena. Fotos: Juan Sanz

Prueba del Kawasaki J300
Prueba del Kawasaki J300

La oferta de scooter es hoy día considerable. Por sus características, son vehículos muy utilizados y codiciados para desplazarse en la gran urbe. Kawasaki ha estado al margen de este segmento, hasta ahora. Con el J300 hace un movimiento muy inteligente, y en lugar de invertir una pequeña fortuna en el desarrollo de un scooter partiendo de una hoja en blanco, toma la base de un scooter contrastado, el Kymco Grand Dink 300i, y le dota de las características que considera necesarias para hacerlo destacar entre la multitud.

 ADN deportivo

El diseño impactante se identifica de un vistazo con Kawasaki y su espíritu deportivo. Así, los faros grandes multirreflectores recuerdan en sus formas a la Ninja, los intermitentes están integrados en la carrocería, y el colín, con un grupo óptico compuesto por led, también parece inducirnos a la acción con las formas de la familia Z. Otros detalles interesantes son las manetas de freno regulables en varias posiciones, los reposapiés del pasajero plegables idénticos a los de las motos, los agarres de los talones que facilitan la sujeción y el control de la motocicleta, o las plataformas diseñadas especialmente para permitir un buen ángulo lateral. Todos ellos son aspectos que atañen a su compensada ergonomía, muy bien complementada por un asiento amplio y confortable que permite una gran movilidad, y que además aumentan el potencial deportivo del J300. Pero por encima de todo esto, hay dos características que declinan su talante. Por un lado, el firme tarado de sus suspensiones, con un importante trabajo de los reglajes hidráulicos, que mantienen al scooter muy estable y firme en carreteras con buen asfalto. También responden con acierto frente a las irregularidades del terreno caso de no ser así. Por otro, el diámetro escogido para sus ruedas de 14" y 13", delante y detrás respectivamente, que le confieren un gran equilibrio entre estabilidad y agilidad. Así las cosas, el J300 responde dinámicamente con acierto ante cualquier maniobra, y acomete las curvas con alta sensación de seguridad. Tanto es así que ni el tren trasero ni el delantero  balancean rodando al límite de sus prestaciones.

Por su parte, la frenada, dotada de un disco lobulado y mordido por una pinza convencional de dos pistones, es progresiva y bien dosificable, si bien en esta primera toma de contacto habría deseado algo más de mordiente. Detrás es muy correcta, y es de gran ayuda para detenerte con celeridad o timonear entre el tráfico más denso. El ABS es opcional. 

Poderoso

Una imagen y parte ciclo tan bien resueltas exigen un propulsor a la altura, y el monocilíndrico de 299 cc, SOHC, 4 válvulas, inyección electrónica y refrigeración líquida, cumple con las expectativas. Su respuesta es muy agradable desde parado, y reacciona con alegría antes las insinuaciones sobre el puño del gas. De hecho, nos ha parecido realmente rápida la respuesta de la transmisión constantemente variable (CVT), que asegura un suministro de potencia gradual. Por otro lado, el motor no transmite vibraciones al conductor y despliega unas prestaciones más que dignas, desenvolviéndose con soltura a elevadas velocidades. Así, no es difícil mantener la aguja del velocímetro alrededor de los 140 km/h en casi cualquier situación. 

Polivalente

Además de todo lo visto, en el J300 destaca su practicidad. Bajo el asiento cabe un caso integral y un portátil (2 casos en el KYMCO), y dispone de una práctica guantera con toma de corriente tras la parrilla delantera. La pantalla baja es muy práctica en ciudad al favorecer la visibilidad, aunque se echa de menos una más alta en carretera por cuestiones de protección aerodinámica. De cualquier modo esta disponible opcionalmente. Finalmente, destacan su más que correctos acabados en todos los sentidos, como los emblemas de marca y modelo en 3D, la pintura metálica de la cubierta esculpida del manillar, o el aspecto y componentes del silenciador.

Precios

El precio del J300 plata o negro es de 4.399 €, y el SE de 4.549€. Todos ellos con 4 años de garantía.