BMW C600 Sport

Que una de las noticias más esperadas del año en el mundo de la moto sea el lanzamiento de un scooter tiene pocos precedentes. Los nuevos scooter de BMW han hecho correr ríos de tinta antes de salir a la venta, sobre todo el BMW C600 Sport, y lo seguirán haciendo en los próximos meses.

Pablo Bueno. Fotos: BMW

BMW C600 Sport
BMW C600 Sport

Hace tres años que BMW tomó la decisión de entrar en el mundo de los scooter y comenzó su proyecto Concept (de ahí la denominación C para sus megascooter) y unos cuantos más desde que empezó a estudiar esa posibilidad. La idea primigenia de la marca bávara iba más en la órbita de crear un scooter gran turismo con un diseño muy BMW que reuniera las virtudes propias de la firma de la hélice: gran calidad de acabados, equipamiento de primera, comodidad de conductor y pasajero, protección, etcétera. Es decir el BMW C650 GT.

Sin embargo, una prospección de los mercados principales del segmento de scooter de gran cilindrada (Italia, Francia y España) y el análisis de la competencia llevó a BMW a la conclusión de que había hueco también para un modelo deportivo. Para simplificar al máximo su producción y no encarecer excesivamente el producto, la base motor-bastidor es exactamente la misma en ambos modelos. Lo que sí cambia es su aspecto exterior, algunos elementos de su equipamiento y la posición de conducción. De esta forma se comprende la alta cifra de peso (ligeramente por encima de los 250 kg en orden de marcha) del C600 Sport, el más ligero y deportivo de los dos.

Rodando por las calles de Madrid en su presentación internacional, moteros y «enlatados» se paraban a preguntarme en cada semáforo. Y no es de extrañar, porque la agresiva estética del BMW Sport entra por los ojos, sobre todo en su llamativo color azul eléctrico. El C600 es el menos BMW de los dos (hablando de diseño, claro), pero es el primero en el que se fija todo el mundo y el modelo en el que la firma alemana ha puesto sus mayores expectativas, a pesar de los duros rivales a los que va a tener que hacer frente.

Los argumentos de BMW son contundentes y entre ellos pesa mucho la propia imagen de la marca. De hecho, los responsables de BMW reconocen que tienen reservas hechas desde hace mucho tiempo de clientes que no quieren renunciar a tener un scooter BMW en su garaje porque confían plenamente en el saber hacer de los alemanes.

En este sentido, los scooter BMW quieren una parte del pastel del mercado actual, pero también tienen los ojos puestos en los usuarios de automóvil, a los que quieren convencer con grandes argumentos: diseño, prestaciones, equipamiento, calidad... De igual forma que hacen con los coches.

Puede que no sea lo más importante cuando hablamos de scooter por encima de los diez mil euros, sobre todo teniendo en cuenta que los scooter BMW van dirigidos a un público con alto poder adquisitivo, pero en todos los segmentos y cilindradas (y más aún en España) los clientes son muy sensibles a los precios. Y en este sentido, la estrategia comercial de BMW no ha podido ser más acertada. Los 10.900 euros que cuesta el C600 Sport (con ABS de serie) están en sintonía con su principal competidor, el Yamaha T-Max, que en su versión básica vale 10.199 euros (10.799 con ABS).

Su precio encuentra reflejo en los componentes utilizados y en la gran calidad de acabados de la que hace gala. Una buena horquilla invertida, con barras de 40 mm de diámetro, bastidor híbrido de tubos de acero y aluminio, monoamortiguador trasero regulable en posición horizontal, basculante monobrazo, frenos de doble disco delante y simple detrás de 270 mm con pinzas flotantes de dos pistones, gomas Pirelli Diablo Scooter montados en llanta de 15 pulgadas, etc.

Y además de por dentro, también por fuera se nota el trabajo de investigación realizado por los ingenieros y diseñadores de BMW que han encontrado soluciones prácticas y originales a las típicas necesidades de los usuarios de los grandes scooter. Una de ellas es el freno de estacionamiento, que se acciona al desplegar la pata de cabra, y que permite estacionar la moto en una cuesta sin peligro de que se caiga. Otra es el llamado FlexCase, un sistema patentado por BMW, que permite de forma muy sencilla ampliar la capacidad de carga bajo el asiento (solo en el C600 Sport) cuando el scooter está parado, aumentando la profundidad del maletero para poder alojar un segundo casco integral.

Solo tienes que subirte encima del Sport para comprobar que te pide guerra. La posición de conducción es muy deportiva, con el asiento adelantado y elevado, como echado hacia adelante, y con los pies también altos. Sin embargo, es cuando lo arrancas y recorres los primeros metros cuando te das cuenta de que el C600 está hecho para circular ligero y que su hábitat natural son las carreteras y vías rápidas. Eso no quiere decir que no sepa moverse en la ciudad. Todo lo contrario... Llegas bien al suelo gracias a su asiento y carrocería estrechos, tiene un buen reparto de pesos, gran estabilidad y muy buena agilidad (no se nota su peso) y pasas bien entre los coches sin peligro para los espejos.

La cuestión es que su motor, que tiene unas prestaciones espectaculares, en ciudad está más «encajonado». El embrague no está hecho para los atascos y agradece el aire fresco que recibe cuando le roscas al acelerador en trayectos interurbanos... Así que ya sabes, ciudad sí, pero lo justo para llegar a casa o al trabajo. El resto del tiempo, a disfrutar en curvas, que es donde vas a sacarle todo lo que puede ofrecerte.

Corta encendido al llegar a los 180 km/h indicados, por lo que la velocidad máxima real se acercará bastante a la cifra declarada por BMW de 175 km/h. Pero este motor no se acaba y seguro que si lo dejaran subir de vueltas un poco más podría llegar sin problemas a rozar los 200. Pero, ¿para qué? Thomas Ringholz, el ingeniero encargado del propulsor, cree que «no es una necesidad real de un usuario de este tipo de vehículos y podría acarrear más inconvenientes que ventajas, sobre todo en lo que concierne a la seguridad», puesto que aunque su comportamiento en carretera es impecable y sus frenos y suspensiones sobresalientes, 250 kg (más conductor y pasajero) a 180 por hora ya generan suficientes inercias. Más podría llegar a ser un problema y así la parte ciclo va sobrada. En los cambios de dirección se muestra bastante rápido, pese a ser un scooter, y se mete en las curvas con solo una insinuación del piloto.

Uno de los rasgos distintivos de BMW es el equipamiento. A la vez que el modelo, la marca alemana lanza una amplísimo catálogo de opciones para equipar a tope tu scooter. Los más interesantes se incluyen en el paquete Highline: puños y asiento calefactables, luz diurna e intermitentes por LED y control de presión de los neumáticos (RDC) a través del ordenador de a bordo incluido en la instrumentación.

La pantalla es regulable en altura con tres posiciones disponibles pero tienes que manipularla a mano, aflojando y apretando las palometas que hacen de fijaciones. Para conducción urbana recomendamos la posición más baja y la media y alta para los trayectos en autovía o carretera.

Ni el C600 Sport ni el C650 GT son fruto de la improvisación, ni una cuestión pasajera. BMW ha llegado al mundo de los megascooter para quedarse por mucho tiempo. Y está trabajando con múltiples posibilidades: también motores eléctricos y otras cilindradas. ¿Cuándo? ¿Cómo? Todavía es pronto, pero están en ello.