Todo empezó en octubre pasado cuando tuve ocasión de visitar las excelentes instalaciones de la fábrica de SYM en Taiwan, donde en aquellos momentos se estaban ensamblando las primeras unidades del nuevo Maxsym 400, su primer «mega».
La buena impresión que me llevé de aquella factoría, de las pruebas que ellos mismos hacen para poner a punto sus scooter y también para comprobar su fiabilidad, hacía obvio el desafío que lancé a los hermanos Bordoy, importadores la marca y mis anfitriones en aquel viaje: ¿por qué no enfrentamos al nuevo modelo a una prueba de larga duración?
Los scooter se usan mucho en ciudad y acumulan menos kilómetros que una moto más grande, así que el primer objetivo fue llegar a la cifra de 5.000 km, que equivale a un año de uso en promedio. Tardamos poco en llegar a esa meta (ver MOTOCICLISMO nº 2.290) y la falta de incidencias, así como una nueva versión de variador y embrague (nuestra moto fue de las primeras en salir de la cadena), nos llevaron a doblar esa cifra... Y aquí estamos.
El nuevo embrague y variador (que ya traen todos los Maxsym desde finales del año pasado) vienen acompañados de un desarrollo final algo más corto: así este 400 está muy bien ajustado y ya es posible ver la aguja del cuentavueltas pasar de las 8.000 rpm, incluso llegar al corte (pasadas 8.500) en condiciones favorables.
Las aceleraciones mejoran ligeramente y entre eso y el rodaje, después de 12.000 km la moto ¡corría algo más que nueva! En velocidad punta nos faltó algún km/h pero la correa gastada (desarrollo aún más corto) y el viento del día de la medición pueden haber influido en eso. En uso normal la aguja pasa de 160 km/h (145 reales) con bastante facilidad.
La robustez del motor SYM nos ha quedado más que clara: además de no perder prestaciones, no ha dado ningún problema (ni tampoco el escape pese a algún viaje largo a fondo) y lo mejor de todo es que el consumo de aceite, ya muy bajo en los primeros 5.000 km, ha disminuido con el rodaje hasta ser prácticamente cero (entre revisiones el nivel no baja de la mitad). Sobresaliente.
Algunos de nosotros hemos estado usando este SYM como moto de diario, otros han afrontado viajes con él, otros han hecho largas excursiones de fin de semana, y los más lo han usado esporádicamente para hacer algún recado de los que solemos tener en la redacción de la revista (desde recoger motos a acompañar al fotógrafo en pruebas).
La opinión unánime destaca lo bien que acelera el motor, lo bien que se maneja en ciudad y lo bien que proteje cuando hace frío (lo de la lluvia empieza a ser una reareza por desgracia), así como la capacidad del hueco. Las críticas se centran en la incómoda suspensión trasera y que el motor, suavizado a media/alta velocidad con la nueva transmisión, aún tiene un carácter algo brusco a baja velocidad.
Coincido con esas críticas: habría que conseguir un mejor equilibrio con los muelles de los amortiguadores traseros (con poca precarga hacen tope, con mucha son durísimos) y si el motor ganara otro poco de suavidad al cortar/abrir entre 20 y 40 km/h, sería ideal. Puestos a pedir, pediría que el hueco fuera del todo diáfano para poder meter un maletín o maleta.
Pero me quedo con lo mucho positivo: después de probar otra moto o scooter, cuando me tocaba ponerme a los mandos del Maxsym 400 recuperaba esa buena sensación que tienes con tu propia moto, con sus buenas prestaciones y consumos razonables (solo una vez se superaron los 6 litros, lo normal son 5’2-5’4).
Incluso el neumático trasero aún aguantará varios miles de km más. La comodidad de piloto y pasajero (suspensión aparte) es estupenda, carenado y pantalla desvían el viento mejor que en casi todos los scooter grandes y la mecánica ha demostrado que es a prueba de bombas. ¡Prueba superada con nota!
