Yamaha MT10 Tourer y SP, prueba, ficha técnica y primeras impresiones

La Yamaha MT-10 amplía su oferta con el nacimiento de la Yamaha MT-10 Tourer y de la Yamaha MT-10SP, dos alternativas al modelo ya conocido que la van a permitir mejorar en aspectos concretos como el turismo o la conducción deportiva.

Pepe Burgaleta

Yamaha MT10 Tourer y SP, prueba, ficha técnica y primeras impresiones
Yamaha MT10 Tourer y SP, prueba, ficha técnica y primeras impresiones

Yamaha estrena en 2017 una política de multiplicación de las versiones. Ya tuvimos un aperitivo con la utilización de las plataformas de las Yamaha MT-07 y Yamaha MT-09, primero con cambios cromáticos y algunos accesorios, luego con las versiones Cafe Racer, que han aumentado de manera considerable los modelos disponibles. Tras ellas le ha llegado el turno a un modelo tan importante para nuestro país como el Yamaha TMAX, y también a la mayor de la saga MT, que mantiene inalterada su base y sus prestaciones, pero que ahora ofrece dos versiones más con diferente equipamiento.

La Yamaha MT-10 está abierta a todo tipo de posibilidades

La razón está clara, acercar más opciones al aficionado que quiera utilizar la MT-10 en una actividad concreta, en estos casos hacer turismo o emplearla de la manera más deportiva posible., y la intención de sus creadores es abrir el espectro de utilización hasta el punto de que las previsiones de ventas para este año, contemplan que sólo el 55% esté a cargo de la versión básica, con otro 35% para la SP y el 10% restante en manos de la Tourer.

La Yamaha MT-10 Tourer facilita el turismo

De las dos versiones que Yamaha presenta como novedad este año, la que puede considerarse más simple es la Tourer, ya que sigue siendo la misma Yamaha MT-10 que conocíamos, pero con una serie de accesorios instalados. La ventaja es que la marca ya sabe cuáles son los idóneos, e instalarlos de origen resulta más económico. Esta versión Tourer dispone de cinco accesorios, una pantalla colocada sobre unos anclajes específicos, maletas blandas con sus anclajes, cubremanetas rígidos, el asiento confort y un soporte para un dispositivo GPS.

La Yamaha MT-10 Tourer dispone de cinco accesorios

Aunque no está en el kit, Yamaha realiza una oferta en el navegador TomTom Rider 410, cuyo precio habitual es de 400 €, y que con la Tourer costará 199 €. Obviamente hay bastantes más accesorios que es posible instalar, más o menos medio centenar, que permiten personalizar la Tourer hasta el más mínimo detalle. La Yamaha MT-10 Tourer se ofrecerá en los mismos colores que el modelo estándar, negro, gris mate o azul. El sobreprecio de la Tourer respecto a la versión básica es de 1.200 €, y quedará fijada en 16.999 €.

 

Suspensiones Öhlins en la Yamaha MT-10SP

La segunda versión está enfocada a aquellos que sean más sibaritas, porque la gran particularidad de la versión SP, es la adopción de unas suspensiones Öhlins regulables electrónicamente. La Yamaha MT-10SP se complementa con el cuadro TFT en color que también está instalado en la Yamaha YZF-R1, y que ya dispone del diseño adecuado para mostrar las nuevas opciones en los modos de suspensión. La MT-10 ya dispone de serie de tres modos de gestión de la potencia del motor, con memoria para arrancar con el último que se ha seleccionado, control de tracción desconectable con otros tres niveles o un sistema de control de velocidad. Este año como novedad también se ha instalado un asistente de cambio que funciona al subir relaciones de cambio y que viene de serie en todos los modelos 2017.

Sus suspensiones tienen dos modos adaptativos y otros tres manuales

Las suspensiones disponen de dos modos adaptativos y otros tres manuales entre los que elegir. Los primeros ajustan la suspensión a una velocidad de 100 veces por segundo dependiendo de las condiciones del terreno, la velocidad y el tipo de conducción que se esté empleando. El sistema lo ha bautizado la firma sueca Smart-EC, que ya había trabajado con Yamaha previamente en las versiones SP de YZF-R1 de 2006 y de la MT-01. Los modos manuales disponen de ajustes fijos que se pueden cambiar por parte del usuario en cinco pasos más duros o más blandos y mantener fijos. Las suspensiones de la SP además son más duras que las de las otras dos versiones, con muelles de horquilla de 9,5 N/mm y de amortiguador de 90 N/mm. La versión SP cuesta 2.500 € más que la estándar, con un precio final de 18.299 €.

 

La Yamaha MT-10 ofrece dos nuevas alternativas

La MT-10 es ya en su versión más básica una naked realmente brillante. Aunque puedas imaginarte que no es más que una YZF-R1 a la que se ha quitado el carenado y se ha dotado de una nueva carrocería, con ciertos componentes diferentes, lo cierto es que es una moto que ha sido diseñada expresamente para este segmento. Puede que por fuera el motor y el chasis sigan las formas de la superbikes, pero el 60% de sus piezas se han ajustado o se han cambiado. Para Yamaha las ventas de la mayor de la serie MT ha supuesto el 10% de las ventas de la familia, pero ha representado el 19% de los beneficios. Ha sido la segunda moto más vendida en el segmento, con unas 3.500 unidades despachadas en 2016. Rivales no faltan: BMW S 1000 R, la Aprilia V4 Tuono 1100 RR, Aprilia Tuono V4 1100 Factory , Kawasaki Z1000, Kawasaki Z1000R, Suzuki GSX-S1000, KTM Superduke 1290 R, Triumph Speed Triple 1050, Triumph Speed Triple 1050 R, Ducati Monster 1200 y Ducati Monster 1200 S.

Las ventas de la Yamaha MT-10 han supuesto el 10% de la gama

Hay pocas motos tan excitantes como la MT-10. En primer lugar te sorprende en pulso de su motor con el cigüeñal calado a 90°, muy diferente a los habituales que lo tienen a 180°. Da la sensación de funcionar más suelto, a lo que hay que añadir la ausencia de fricciones y una respuesta impecable desde abajo, que se ha visto mejorada por la nueva cartografía diseñada para esta temporada. Los 160 CV pueden parecer excesivos en una moto que no tiene prácticamente protección aerodinámica, pero se disfrutan en las relaciones de cambio intermedias. También destaca la ligereza, quizás por mantener unas geometrías y un reparto de pesos parecidos a los de la versión superdeportiva, y una posición de conducción bastante neutra. La nueva versión tourer dispone de un asiento especial que ofrece un mayor mullido, y que es ligeramente más alto, además de disponer de dos niveles, con una zona para el pasajero más alta, que aunque dificulta un poco el acceso, también permite que las piernas estén más relajadas. En marcha el carenado cumple su función sobre todo a velocidades medias, si la aumentas acaba estando penalizado por su escasa anchura y por los rebufos, ya que la pantalla es relativamente alta. Las maletas no son especialmente grandes, pero son bastante ligeras y cumplen perfectamente para llevar el equipaje de un viaje corto de fin de semana, como opción frente a unas bolsas de viaje, ya que no tienen ni cerraduras ni una adecuada seguridad para dejar nada de valor en ellas sin vigilancia. Lo mejor de la Tourer es, por una parte que puedes volver a la versión estándar con total facilidad, y por otra que si no lo haces, no vas a notar diferencias en su comportamiento. Salvo el asiento y la cúpula no hay nada que afecte a la conducción, tiene unos protectores de manetas que desvían algo el aire de las manos y que te dan seguridad al pasar entre los coches.

 

El saber hacer de la Yamaha MT-10SP

Hay pocas firmas que tengan la experiencia de Öhlins haciendo suspensiones, y lo cierto es que después de muchos años de trabajo, su sistema funciona realmente bien. En esta primera toma de contacto hemos tenido la posibilidad de probar todos los ajustes, algo que se puede realizar con total facilidad, ya que se pasa de uno a otro en marcha sin más que cerrar el acelerador. Lo mejor son los modos autoadaptativos, especialmente el ajuste deportivo, aunque puede que en esta preferencia también tenga que ver los gustos de cada uno. La moto funciona como si los baches no existiesen, con una transferencia de peso perfectamente controlada. Baste decir que siendo los frenos de la SP exactamente iguales que los de las otras versiones, a excepción de los tapones, la moto frena claramente mejor, con más tacto y mejores sensaciones, algo que sólo puede achacarse a la horquilla. Realmente la MT-10 se convierte en una moto más eficaz, pero lo mejor es que frente a la necesidad de estar jugando con herramientas, comprobando el ajuste y volviendo a parar para volver a ajustar, con este sistema puedes cambiar el comportamiento de la moto en un instante, dejar que la moto decida que es lo mejor para ambos, o ajustarla exactamente con tus parámetros en cada opción. El cuadro es también más atractivo, con cambios de color en el tacómetro y más posibilidades, pero también hay que reconocer que el sobreprecio es importante. La imagen de la SP es diferente a la del resto de sus hermanas, porque adopta los colores de la YZF-R1, en gris y azul.

La Yamaha MT-10 frena claramente mejor, con más tacto y mejores sensaciones

Yamaha tiene en la MT-10 una verdadera mina, ha encontrado el éxito desde el comienzo, y con esta división de fuerzas, plantea una misma base con varios objetivos, a lo que llegar más directamente. Si una naked es una moto polivalente gracias a su posición de conducción y su compromiso deportivo, las nuevas Tourer y SP se afilan para, manteniendo esta máxima, buscar nuevos objetivos. Y no olvides que si no quieres tener que elegir, siempre podrás ponerle los accesorios necesarios a la SP para añadirle ese toque rutero que puedas necesitar.

Lo mejor:
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    Especialización de la utilización

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    Funcionamiento deportivo y estética

Precio final:
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    Funcionamiento del asistente de cambio

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    Display en condiciones soleadas