Yamaha YZF-R1M 2018, prueba, ficha técnica y primeras impresiones

Yamaha presenta la nueva YZF-R1M en la que introduce mejoras que afectan tanto a la electrónica como a las suspensiones

Yamaha YZF-R1M 2018, prueba, ficha técnica y primeras impresiones
Yamaha YZF-R1M 2018, prueba, ficha técnica y primeras impresiones

El nivel que han alcanzado las presentaciones de modelos deportivos es increíble. Además de permitirte rodar en los mejores circuitos del mundo, el excelente trato que recibes por parte de la marca responsable del evento hace que realmente te sientas como si fueras un piloto oficial. Asimismo, también es habitual que te den la oportunidad de disfrutar de la compañía de pilotos de renombre e incuso de compartir pista con ellos, una cosa que contribuye a que el ambiente sea muy ”de carreras” durante este tipo de presentaciones.

Esta presentación internacional organizada por Yamaha en el circuito de Portimao en El Algarve portugués ha sido un perfecto ejemplo de lo citado en el primer párrafo. Además de haber tenido la oportunidad de realizar hasta siete tandas con la nueva y exclusiva YZF-R1M en el espectacular y exigente trazado del sur de Portugal, también hemos podido charlar y compartir momentos con muchos miembros de Yamaha Motor Europe y de los pilotos Alex Lowes, Michael Van den Mark, Broc Parkes y David Checa, entre otros. Bueno, cuando hablo de compartir pista con ellos, la verdad es que me refiero a ver cómo te adelantan sin compasión y a contemplar cómo se escapan a pesar de tus esfuerzos denodados por seguirles...

 

Pero la verdad es que he pasado una jornada de esas que se dicen de ensueño, de las que me hacen sentir afortunado. Si eres amante de las motos deportivas y de los circuitos, imagino que sabrás de lo que te hablo. Porque eso de llegar “a mesa puesta” a Portimao y tener a tu entera disposición una unidad de la nueva YZF-R1M 2018, una de las más sofisticadas superbike del momento, con “pegajosos” slicks Bridgestone V02 y calentadores, para que solo tengas que salir a pista a “darle al mango” sin ocuparte de nada más, es un enorme placer. Y si como colofón a un ya de por sí gran día, te ofrecen la posibilidad de realizar una larga tanda con una unidad preparada al máximo con componentes GYTR (Yamaha Genuine Technology Racing), aún más potente y mejor equipada, entonces la experiencia no se puede definir con otro adjetivo que no sea el de “acojonante”.

Los cambios van por dentro

La YZF-R1 llegó totalmente renovada en 2015, pues de la anterior versión se puede decir que solo mantenía la configuración “crossplane” del motor. A grandes rasgos, esta se caracteriza por que las cuatro muñequillas de su cigüeñal esta desfasadas entre si y las explosiones se producen en momentos diferentes en los cuatro cilindros. De este modo, tanto por sonido, como por tacto, el propulsor desarrollado por Yamaha recuerda mucho a un V4. Además, la superbike japonesa se preparó en dos versiones, una digamos que “normal” y otra con la letra “M” al final de su nomenclatura que se distinguía por incorporar llantas de magnesio, depósito de aluminio, carrocería de fibra de carbono, instrumentación TFT y suspensiones electrónicas desarrolladas por Öhlins, junto con otros aspectos de menor relevancia. Por otro lado, la estética de ambas versiones, derivada directamente de la YZR-M1 de MotoGP, también nos dejó boquiabiertos.

 

Tres años después Yamaha ha introducido mejoras en sus YZF-R1, que aunque prácticamente no se aprecian a la vista, si es cierto que son importantes y que perfeccionan un modelo que ya era admirable. La variante normal se ha mejorado al incorporar muchas de las cosas que la diferenciaban de la “M”, y esta ha recibido un nuevo sistema de suspensiones electrónicas de Öhlins bautizado como SEC2, un renovado sistema “anticaballito” denominado LIF y asistente para el cambio QSS que ahora funciona en los dos sentidos. También se han hecho cambios en la instrumentación TFT para facilitar las distintas regulaciones de la completa electrónica y se han desarrollado una serie de elementos “performance” que aumentan aún más el lado deportivo del modelo y sus prestaciones. Del mismo modo se han introducido avances en la plataforma inercial o IMU, con un sensor “G” que trabaja en aceleración hacia delante, hacia los lados y en sentido vertical, y otro sensor “Gyro” que ayuda en inclinaciones laterales, longitudinales y transversales. La verdad es que la YZF-R1M es una de las superbike más avanzadas del momento y hay que estudiar muy bien todo lo que ofrece para sacarle partido.

Compacta y suave

Además de su llamativo diseño y excelentes componentes, al situarte junto a la YZF-R1M te llama la atención su reducido tamaño. Cuando le pasas la pierna por encima y te sientas a sus mandos, la sensación de compacidad no desparece e incluso aumenta, porque todo está diseñado con la idea de rebajar peso y para que la moto se sienta estrecha entre las piernas. Al arrancarla el motor emite un sonido ronco muy bonito y característico, y al mismo tiempo su funcionamiento es exquisito y suave, sin transmitir vibraciones. Como es de suponer, la posición de conducción es muy deportiva, pero bastan unos pocos metros para acoplarte bien a ella, con unos mandos muy bien estudiados y unas piñas con múltiples funciones que se utilizan sin excesiva complicación. El asiento monoplaza también llama la atención por su firmeza si tenemos en cuenta que estamos ante una moto matriculable, pero está claro que Yamaha la ha desarrollado para que sea disfrutada mayormente en circuito, para que nos transmita sus reacciones de forma muy directa y para que nos compenetremos al máximo con ella. Desde la primera curva el conjunto se siente muy sólido, pero al mismo tiempo no es demasiado físico, especialmente una vez que me he aprendido el exigente trazado del circuito de Portimao y comienzo a pilotar menos “tensionado”. Si no has estado allí, te informo que es considerado como un circuito único, con pronunciados “subeybajas” y varios puntos ciegos en los que tienes que tomar referencias externas a la pista si no quieres salirte de la trazada idónea e incluso más allá…

Ayudas de verdad

A pesar de todas las ayudas electrónicas, no hay que olvidar que estoy a los mandos de una moto que anuncia 200 CV y si los quiero aprovechar hay que “enroscar” el acelerador sin miramientos y agarrarse fuerte a sus semimanillares, especialmente en el cambio de rasante que hay poco después de empezar la recta principal y que superas muy enchufado al venir de un largo curvón en pronunciada bajada. Ahí sientes como la rueda delantera se despega del asfalto, pero confías plenamente en el LIF, que corta el indeseado “caballito” y te permite continuar con el puño del acelerador girado al máximo. Y eso que poco antes ya has engranado la quinta velocidad y la velocidad es importante.

El tacto del acelerador electrónico es muy directo, y aunque puedes elegir entre cuatro modos de motor, para circuito seco lo suyo es utilizar los modos PWR1 o PWR2. Tras probar los dos, yo he optado por el segundo, un poco menos brusco y que me ha permitido acelerar antes y sin “desgastarme” en exceso. Otro elemento que funciona de maravilla y que facilita enormemente las cosas, es el “quick shift” que permite que te olvides de la maneta del embrague desde que superas los 20 km/h. Para arriba funciona de maravilla, consintiendo enlazar marchas con mucha rapidez. Y lo bueno es que para abajo ocurre lo mismo, ayudándote a “sujetar” la moto de atrás en las frenadas con la colaboración del sistema antibloqueo del embrague, que igualmente funciona con mucha corrección.

El control de tracción es otra ayuda que también es muy importante y que entra en acción de manera increíblemente “dulce”, sin que apenas te percates de ello. La verdad es que lo percibes más por los pequeños movimientos que se producen en el neumático posterior al acelerar con la moto inclinada, que por el sonido del motor, como ocurre en superbike anteriores. Por otro lado, la forma de traccionar y de empujar hacia delante de la YZF-R1M calzada con slick es una sensación que merece la pena ser experimentada.

Un elemento que facilita enormemente las cosas, es el “quick shift” que permite que te olvides de la maneta del embrague desde que superas los 20 km/h.

De “carreras”

La sofisticada y efectiva electrónica de esta Yamaha no tendría mucho sentido si no estuviese acompañada de una parte ciclo muy robusta y de unos componentes muy exclusivos. De ponerle algún pero, quizá la frenada no es tan directa que me hubiese gustado. Aunque frena bien, si es cierto que hay que ejercer cierta fuerza sobre la maneta y los resultados no son del todo “instantáneos”. Sin embargo, la moto se siente rígida y muy estable en frenadas enérgicas, permitiéndote apoyos muy fuertes sobre el neumático delantero hasta muy dentro de las curvas. 

Con poco más de 200 kg declarados en orden de marcha, la YZF-R1 es muy ligera y manejable para ser una “mil”. La verdad es que es increíblemente ágil y se dirige con mucha facilidad, aunque también es cierto que se producen algunas oscilaciones frontales cuando aceleras con muchas ganas en algunos puntos rápidos. Pero esto dicen que es “normal” e inevitable en motos muy potentes, y te debes acostumbrar a ello sin desacelerar.

Por otro lado, el renovado sistema de suspensiones electrónicas desarrollado por Öhlins ayuda a que la moto vaya siempre más plana. Reduce hundimientos de delante al frenar y de detrás al acelerar, aunque hay que acostumbrase a ello, en especial a las reacciones del tren trasero que son muy directas al endurecerse cada vez que giramos el acelerador con ganas. Sin embargo, no se le pueden poner pegas y la estabilidad es superlativa, con una gran sensación de control en todo momento.

Para hacerte con los servicios de la renovada YZF-R1M el desembolso que deberás hacer es importante. El precio que se ha fijado para ella en nuestro país es de 26.899 euros, una cantidad que la convierte en una moto de minorías. De todos modos, si no eres excesivamente exigente, por 21.499 euros puede comprar la versión “normal”, una gran superdeportiva también que este año se ha mejorado con varios elementos que hasta ahora eran exclusivos de la “M”.   

 

Lo mejor:
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    Equipamiento

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    Funcionamiento, sensaciones y comportamiento

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Mejorable:
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    Tacto freno delantero

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