Mito del WorldSBK en general y de Kawasaki en particular, el norirlandés Jonathan Rea tiene la ocasión de ampliar todavía más su brillante palmarés y aumentar así su leyenda. En el Mundial de Superbike va camino de ser el primer piloto en conseguir cinco títulos mundiales, y desde el año pasado ya lidera los ránkings históricos de victorias y podios.
Unos números que le convierten en la mayor leyenda a nivel mundial de la historia de Kawasaki, donde ha ganado el 66% de los títulos de la marca en el Mundial de Superbike (cuatro, por uno de Scott Russell y uno de Tom Sykes) y más de un tercio de los totales del WorldSBK, incluyendo los cuatro de Supersport (tres de Kenan Sofuoglu y uno de Andrew Pitt) y el de Supersport 300 (Ana Carrasco); porcentajes que crecerán todavía más si consigue cerrar el quinto título que encaminó en Laguna Seca.
No obstante, no tendrá que esperar tanto para tener una oportunidad única de aumentar su leyenda para la firma de Akashi. Este mismo fin de semana afronta su desafió más histórico junto a su compañero Leon Haslam y el prometedor turco Toprak Razgatlioglu: devolver a Kawasaki a lo más alto de las 8 horas de Suzuka 26 años después del único triunfo que adorna el palmarés de la marca, logrado en 1993 con la Kawasaki ZXR-7 del Itoham Racing Kawasaki pilotada por el estadounidense Scott Russell y el neozelandés Aaron Slight.
Un desafío en el que evidentemente no estará solo, pero en el que tiene muchísimo que ver: además de ser el líder indiscutible del terceto de pilotos, también fue el principal instigador y el que lleva años movilizando a la marca para desafiar el poderío tradicional de Honda y reciente de Yamaha. Pero su relación con Suzuka viene de hace más de una década…
REA EN SUZUKA
La historia de Jonathan Rea en Suzuka dio comienzo en la edición de 2008, cuando compartió la Honda CBR1000RR número 33 del Dream Honda Racing Team 33 con el local Yuki Takahashi, una dupla interesante que no pudo terminar la prueba. Dos años después, en 2010, repitió moto y compañero, pero esta vez formando parte de un terceto junto al también japonés Kousuke Akiyoshi, y en una estructura más potente como el F.C.C. TSR Honda. Con la CBR número 11 consiguieron subir al tercer escalón del podio completando un triplete de Honda.
De nuevo volvió a tras un año de ausencia y lo hizo al mismo equipo, que defendía la victoria de 2011. Esta vez el que repitió junto a él fue Akiyoshi, sumándose a ambos el emblemático Tadayuki Okada. Aquel año todo salió a pedir de boca, y el trío consiguió dar 215 vueltas a Suzuka para hacerse con un triunfo contundente con más de cuatro vueltas de ventaja sobre el Toho Racing with Moriwaki y el GMT94 Yamaha, en el único podio que tiene el español David Checa en la prueba.
Volvería al año siguiente haciendo pareja con Ryuichi Kiyonari en el mismo equipo, pero no pudieron acabar. Tampoco le fue mucho mejor en 2014, acabando en la 40ª posición junto a Akiyoshi y el italiano Lorenzo Zanetti. Aquel año fue el último de Jonathan Rea como piloto Honda, y con su paso a Kawasaki abandonó la tradicional cita con Suzuka y se centró exclusivamente en su exitoso asalto al título mundial de Superbike.
PROYECTO KAWASAKI
Lo que nunca abandonó fue la idea de volver. Por eso, cuando ya le había dado dos títulos a Kawasaki y se encaminaba al tercero, se sintió con peso suficiente para pedirle a la marca que crease un proyecto ambicioso para conquistar Suzuka. Quería volver, sí, pero quería volver para ganar. Era julio de 2017.
Ocho meses después, la idea se materializaba. Rea había convencido a Kawasaki tras años hablando del tema y decidió que era el momento. Con tres títulos ya en el bolsillo y el cuarto apuntalado, se unió al barco del Kawasaki Team Green junto a su amigo Leon Haslam –doble ganador en Suzuka (2013 y 2014) con la Honda del MuSASHi HARC-PRO RT- y con el japonés Kazuma Watanabe aportando el toque local.
La carrera no salió según lo esperado, y Rea y el Team Green tuvieron que conformarse con la tercera posición del cajón por detrás de Yamaha Factory y Team HRC. Un buen resultado -tercer podio de Rea en la prueba- que supo a poco, ya que tenían la velocidad necesaria y lo habían demostrado de la mano de Rea, que primero pulverizó el récord histórico de las 8 horas de Suzuka batiendo en más de ocho décimas al anterior –obra de Pol Espargaró con Yamaha- y haciéndose con la pole en el Top 10 trial.
Algún error de estrategia y la mala suerte con una salida del Safety Car condenaron sus opciones de victoria. No así la ilusión colectiva, tal y como ha quedado patente en este 2019, donde no solamente vuelven a la carga, sino que lo hacen con un año más de experiencia y sumando efectivos dentro y fuera de la pista.
DREAM GREEN
El primer cambio significativo está en el nombre del equipo. Se hace raro no encontrar en la lista de inscritos al Kawasaki Team Green, pero a cambio llega el Kawasaki Racing Team Suzuka 8H. No es casual que sea el mismo nombre del equipo del Mundial de Superbike con el añadido del nombre de la cita nipona: la estructura habitual de Suzuka se ha visto reforzada con personal del Team Provec.
Además, la entrada del rapidísimo Razgatlioglu en sustitución de Watanabe es otra declaración de intenciones. El piloto japonés siempre demostró una gran solidez, pero su ritmo no estaba en consonancia con el de Haslam, y la llegada del turco supone un claro salto de calidad.
Con la base del Team Provec con el que forma un equipo prácticamente perfecto en Superbike, y dos pilotos de la talla de Haslam y Razgatlioglu, el plan de Rea parece haber cogido su forma definitiva: traslada a las 8 horas de Suzuka el equipo de ensueño que tiene en el WorldSBK, algo vital para rivalizar con equipos tan sólidos como el Yamaha Factory y el Team HRC.
Después, Suzuka será la encargada de dictar sentencia durante ocho largas horas en las que pasarán muchas cosas que tendrán que gestionar de la mejor forma posible si quieren ganar; pero Rea sabe perfectamente que no es lo mismo ser un nombre más en el idilio Honda/Suzuka que llevar a Kawasaki a la victoria, ha conseguido los ingredientes que deseaba para afrontar el que posiblemente sea el desafío más histórico para perpetuarse como la gran leyenda de la historia de Kawasaki: conquistar Japón en la batalla de las 8 horas de Suzuka.