Ruta en moto por Peñíscola

Ruta en moto por Peñíscola y sierras interiores, completando un recorrido de 230 kilómetros con una BMW K 1600 GT.

Luis López Lozano | Fotos: Juan Sanz

Ruta en moto por Peñíscola
Ruta en moto por Peñíscola

El mar es mágico. De él se han dicho tantas cosas, muchas de ellas a medio camino entre el sueño y la realidad, que invita a reflexionar. No en vano, el famoso Papa Luna estableció su morada en este lugar. Peñíscola es así recordado como el pueblo en el que vivió Benedicto XIII. En lo alto del casco antiguo, una preciosa ciudad amurallada con sus casas preciosamente decoradas en su gran mayoría por una impoluta pintura blanca en las fachadas, se sitúa el Castillo Palacio de Peñíscola. Obra Templaria, sirvió de sede pontificia durante la dura lucha por conservar el papado de Don Pedro Martínez de Luna y Pérez de Gotor. Así, el denominado Papa Luna o Benedicto XIII de Aviñón, se hizo fuerte en este lugar, demostrando su honestidad e integridad con un conjunto sobrio, cuya solidez y austeridad se muestran como principales bases arquitectónicas de un lugar extraordinario para el recogimiento personal.

Es la primera vista que se imprime en nuestra retina una vez situados en Peñíscola. A medio camino entre lugar de vacaciones familiar y turismo cultural, nosotros lo hemos tomado como base de operaciones para realizar una ruta circular que comprenda preciosas vistas del mar a sus pies, desde la propia playa con el casco antiguo a varios cientos de metros de distancia o incluso desde las montañas del interior, que ya nos esperan para descubrir un atractivo entramado de carreteras reviradas al máximo donde, quién me lo iba a decir, la BMW K 1600 GT ha gozado como nunca en entornos raramente establecidos en sus habituales hojas de ruta, probablemente por subestimar sus posibilidades como potencial descubridora de carreteras con encanto.

Sierra a pie de costa

Pero antes de adentrarnos por las sierras interiores, debes saber que justo a pie de playa encontramos el Parque Natural de la Sierra de Irta. Desde Peñíscola contemplamos sus suaves cumbres a nuestra derecha, aunque será una vez abandonamos la localidad por la conocida como «carretera de la estación», hacia la N-340 que nos lleve en dirección sur, cuando bordearemos el parque y tengamos una visión más directa en plena Nacional. Dicen que la ausencia de explotación agrícola con el progresivo abandono de asentamientos por parte del hombre en toda la zona, ha permitido conservar la naturaleza de sus 15 kilómetros de fachada litoral, lo que unido a una altitud máxima de 573 metros, consigue mantener el ecosistema central, así como sus preciosas calas y acantilados.

Pronto dejamos atrás el tráfico de la arteria costera que supone la N-340 para dirigirnos hacia Les Coves de Vinromà. Ganamos altura y las vistas nos lo agradecen. De estar oculto por las montañas de la Sierra de Irta, el mar vuelve a cobrar su merecido protagonismo, aunque en esta ocasión a varios kilómetros de distancia y unos cuantos metros más de altitud. Así llegamos a Les Coves para enlazar con la CV-10 durante un tramo algo más tranquilo, con la Serra de la Vall d'Ángel a nuestra derecha y la Serra de la Creu a la izquierda.

Pronto nos desviaremos hacia dicha dirección en busca de Albocàsser, donde la CV-129 pretende poner a prueba la agilidad de la BMW K 1600 GT, entre arcenes de cemento. Curvas ciegas, en rasante, dobles y cerradas en un segundo radio antes de abandonarlas, exigen máxima concentración y un lejano punto de mira donde deberemos controlar un par de curvas o tres por delante. El asfalto es, en general a lo largo de toda la ruta, bastante adecuado para no pensar en falta de agarre, salvo en alguna que otra zona donde sí se descarna; pero son tramos bien señalizados y en los que apenas debes hacerte con un pequeño acopio de paciencia para, unos kilómetros más adelante, volver «al ataque».

Al norte del Maestrat

Llegamos a Albocàsser, adentrándonos así en la zona más septentrional del Maestrat. Seguimos nuestra ruta por carreteras a cual más revirada, en esta ocasión por las CV-164 y CV-166 hasta alcanzar los dominios de la Serra d'en Segura, donde nos espera el bello pueblo de Culla. En su zona más alta, un día ventoso te obliga a contrarrestar la fuerza del aire decididamente... ¡incluso podía con el «cuerpo» de la BMW K 1600 GT! La belleza de sus callejuelas medievales y sus casas, algunas de ellas conservando todavía en buen estado las típicas puertas horizontales, nos dejan gratos recuerdos.La continuación por la CV-166 nos lleva, no sin una buena dosis de curvas sobre buen asfalto, a Benassal, desde donde contemplamos una extraordinaria vista de las sierras en su promontorio. Cerca de la Ermita de San Cristóbal, en la cima del Moncátil, el viento vuelve a poner a prueba nuestro equilibrio mientras se empeña en tirar la BMW al lado opuesto de la pata de cabra...

Más abajo, a pie de calle, encontramos a nuestra derecha, justo al entrar al pueblo, el famoso Balneario donde se disfrutan las aguas de la Font d'En Segures. De aquí al Col de Ares nos separan otra buena tanda de curvas ganando y perdiendo altura. La CV-12 apenas la usaremos, solo para comenzar a subir a Forcall, y de aquí a Morella, otro de los puntos neurálgicos de la ruta. Sus curvas redondas hasta coronar el pueblo son también interesantes, perfectas para comprobar que la distancia libre al suelo de esta BMW es más que suficiente.

La bajada por las Sierras de Vallivana, l'Espadella y del Moltó por la N-232 nos llevará a Vinaròs, retomando así la costa hasta Benicarló y Peñíscola.

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