Turismo en moto por Andorra

Si te gusta montar en moto por ambientes de montaña, el país de los Pirineos te espera para que descubras muchos más alicientes que la nieve y las compras por las que es internacionalmente conocido. Esta cálida época del año, demasiado en algunos puntos de la península, es la más indicada para hacerlo en moto.

Marcos Blanco. Fotos: Lluis Llurba

Turismo en moto por Andorra
Turismo en moto por Andorra

Enclavado en la vertiente oriental de la cordillera de los Pirineos, el Principado de Andorra interrumpe la frontera hispano-francesa ocupando una pequeña superficie de 468 km2, algo menos de la mitad que Guipúzcoa. Colmado de valles y montañas a cual más impresionante, da forma abruptamente a su relieve, característico en la zona. Su principal acceso desde la Península Ibérica es a través de la frontera española de La Farga de Moles, a 840 metros de altitud tras superar Seo de Urgel, principal población de la comarca del Alto Urgel, en Lérida. Circulamos así paralelos al río Valira por la N-145, que pasa a denominarse CG-1 y CG-2 tras rebasar la frontera de ambos países. Nos desplazamos de esta forma por la arteria principal de comunicación andorrana. Llegamos a Pas de la Casa, enclavado a 2.050 metros de altura, con un desnivel mucho más impresionante al dirigirse a ella. Ahora bien, gracias a los más recientes túneles de Envalira en Andorra y Puymorens en Francia, invitan a llegar al Principado a través de la frontera francesa tras dejar atrás la localidad gerundense de Puigcerdá; siempre que el origen esté en Barcelona o su zona más septentrional. Por cierto, ambos puestos fronterizos son los únicos y están abiertos las 24 horas. Si dispones de una trail puedes cruzar la frontera a través de las antiguas rutas de los contrabandistas, sintiéndote un tanto fuera de la ley, auténtico privilegiado mientras disfrutas de la belleza de los solitarios parajes de la ruta. ¿Será esto también considerado delito?

La primera población a la que se llega, tras dejar España, es Sant Julià de Lòira, antes te habrá llamado la atención la cantidad de estaciones de servicio de diferentes marcas, muchas de ellas desconocidas en España, y con unos precios del carburante ligeramente inferiores a los de nuestro país. Ya desde el comienzo la visita te empezará a resultar aparte de interesante, también rentable.


El más que probable bullicio en forma de tráfico de los núcleos urbanos se torna en paz absoluta y vida rural nada más elegir uno de los varios, que no numerosos, desvíos por rutas secundarias. En ellas no siempre te encontrarás con asfalto en mal estado. Su destino nos lleva a las estaciones invernales más alejadas de las poblaciones principales, como la que encontramos por la CG-3 desde la misma Andorra la Vella. Al llegar a La Massana giraremos a la derecha con rumbo a Ordino, Sonràs, Ansalonga, La Cortinada, Arans, Llorts, Les Salines y como última población El Serrat, a 1.600 m de altitud.

A partir de aquí ganamos altura de forma constante hasta llegar a la estación de Ordino-Arcalís, a 1.940 metros. Te encontrarás una ruta perfectamente asfaltada y mantenida, con unos paisajes que invitan a buscar la fotografía personalizada inspirada en las postales vistas en las tiendas de 'Records. Como 'L’anell' de Mauro Staccioli, una inmensa escultura en forma de anillo que nos sorprende tras acometer una de las múltiples curvas ciegas, justo antes de llegar a la estación de esquí. Dicha escultura impresiona por sus desproporcionadas medidas así como por estar situada al borde de un no menos impresionante precipicio. Tal vez te encuentres, como nosotros, la nieve todavía presente en la misma calzada y con un espesor cercano al medio metro, algo siempre llamativo para los de secano sobre todo por las fechas de la visita; y de la que hacemos responsable de la suciedad de la calzada en zonas más bajas con grandes acumulaciones de guijarros. ¡Mucha atención a ello!

En el regreso de esta ruta podemos optar por una todavía menos transitada carretera, la CS-340, que parte desde Ordino con abundantes curvas en ascensión, pero con asfalto y mantenimiento inferior al de la anterior ruta. Al cambiar de parroquia, como si dijéramos provincia, en el alto del puerto y entrar en la de Canilo, la denominación de la carretera cambia por la de CS-240. Ya en claro descenso empezamos a vislumbrar la población de mismo nombre y centro neurálgico de la zona. Más tarde retomamos la CG-2, dirigiéndonos a la frontera con Francia en la que se encuentra la población y estación de esquí de Pas de la Casa, no sin antes toparnos con un Museo de la Moto nada más dejar Canilo. Al aparcar seguro que te arranca una de tus fotos más preciadas, ya que junto a éste se encuentra la Iglesia de Sant Joan de Caselles, cuya torre románica perfectamente conservada es uno de los símbolos del Principado. Por cierto, nos llama la atención a lo largo de los recorridos la ausencia de castillos o fortificaciones, mucho más presentes fuera de las fronteras de Andorra, fruto del gobierno de los copríncipes que representan el Obispo de Seo de Urgel y el Jefe de Estado del país galo desde el siglo XVII, si bien desde mucho antes el territorio ya pertenecía al obispado.

Antes de coronar el puerto de Envalira, a tu derecha quedarán las diferentes estaciones que componen Grandvalira, alguna con acceso desde el mismo hotel situado a pie de la carretera por la que transitas. Y acto seguido el desvío al moderno túnel de Envalira, vía de escape rápida si el mal tiempo sorprende o las prisas toman protagonismo, dejándote su salida prácticamente en la misma frontera; pero a la vez, quitándote la miel de los labios al no poder disfrutar del último tramo de carretera revirada, y eso que ésta también es una variante de la que había antaño con privilegiadas vistas del territorio galo, así como de Pas de la Casa.

Será nuestro punto de partida. Aprovecha para repostar más barato que en España. Es la primera localidad que te encuentras y en ella podemos ver la Casa Comunal, sede del gobierno municipal, la iglesia románica de San Julián de Loria y de San Germán, el casco antiguo de la población así como una importante zona comercial nada más pasar la frontera.

La capital dibuja un paisaje urbano cada vez más moderno que nada tiene que envidiar a otras ciudades con mayor densidad demográfica o extensión, aunque en convivencia con edificios más añejos o el vecino río Valira. Es la parroquia más pequeña de las siete actuales, siendo a su vez la que más población congrega. Se reparte en tres núcleos urbanos: Santa Coloma, la antigua aldea de Margineda y la propia Andorra la Vella. Es aquí donde más acumulación de tiendas, hoteles, lugares de ocio y centros financieros encontraremos.

El punto más alto de la ruta está en la estación invernal de Ordino-Arcalis. Situado a 1.940 metros, suele albergar algún final de etapa del Tour de Francia. De los mejores tramos asfaltados del principado, antes de coronar nos encontramos el impresionante L’ anell al borde de un precipicio, escultura circular conmemorativa del 25 aniversario ayuntamiento de Ordino. Cuando se acabael asfalto, con una trail, puedes intentar alcanzar cotas más altas a través de una pista de grava cercana.