Segunda mano: Honda CRF 250 2008

Como buena Honda que se precie, también la CRF 250 es objeto de deseo por su rendimiento general y su tecnología exclusiva, como la culata Uni Cam -con un solo árbol de levas- y el escape con dos silenciosos. Una cross divertida que resulta manejable, suave, equilibrada, efectiva…

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Segunda mano: Honda CRF 250 2008
Segunda mano: Honda CRF 250 2008

Ninguno duda que las CRF de Honda son codiciadas en el mercado de segunda mano, por motivos claros: se las cataloga como monturas fiables, que envejecen bien y que, aún con el paso de los años, tienen una estructura efectiva y muy válida. Este es el caso de la CRF 250, de la que siempre se ha hablado bien y que ha gozado de gran éxito comercial, sobre todo en la etapa de vida en las que nos centramos de 2006 a 2009, con el doble silencioso y el que comenzó en 2010, aún vigente, con la inyección. Cuando en 2006 Honda propone el escape doble, fue otro gran impacto de los japoneses. Una solución que permitía, según la marca, una óptima respuesta del motor así como del bastidor al repartir mejor el peso. Tal fue su acierto que, sin apenas cambios, el modelo duró cuatro temporadas al frente de MX2. Eso sí, en 2009 se ofrecía la carrocería, como decoración especial, además de la roja, en un elegante tono negro, incluyendo las llantas y el cubredisco delantero. En 2010, además de la inyección Keihin, la CRF renueva muchas piezas: cilindro con más diámetro -76,8 mm-, y único silencioso -ahorro de 850 g.-. Se cambian el pistón, la culata, el cigüeñal... Además, llega el bastidor «alu» de quinta generación -menor lanzamiento-, basculante más largo, otra carrocería con depósito más pequeño -1,6 l menos-, horquilla Showa de 48 -antes, 47-... Montura estrecha, su excelente ergonomía la hacen cómoda desde el primer momento y su ágil parte ciclo facilita enormemente su conducción, mientras que el propulsor brilla a alto régimen pero no tanto a bajas vueltas.

La CRF 250 es un buen juguete, de reducidas dimensiones.Su potencia, nada exagerada de serie -sobre los 35 CV- nunca nos pone en aprietos. La alegría con que funciona la mecánica a altas vueltas marca su conducción y es donde mejor se siente. El propulsor no empuja tanto a bajo régimen como el de sus rivales más dotados -Kawa y Yamaha-, apreciándose un ligero bache en la entrega de potencia. Su rápida subida de vueltas y su estirada sí se encuentran al máximo nivel - permite ahorrar muchos cambios de marcha-. El blando tacto del embrague y del cambio, el contenido ruido y la progresiva entrega de potencia se agradecen. La agilidad que brinda su compacto chasis junto con las cerradas cotas de dirección le aportan gran respuesta en curvas cerradas. Montura muy fiable, las válvulas, de admisión-titanio- y escape -acero-, han sido su punto más crítico. Con un mantenimiento correcto no suelen dar problemas pero si se descuida su reglaje, aparecen las roturas. ¿Síntomas? pérdida de compresión, un ralentí irregular y fallos de arranque.El embrague es bueno aunque, exigiéndole mucho, los discos de ferodo se podían cristalizar. La tapa de embrague es un poco frágil a los golpes, recomendando montar una más resistente. La biela, robusta, conviene cambiarla entre 80 y 100 horas, mejor antes que después. Las Honda se cotizan y por eso pueden tener precios algo más altos que la competencia. La 2007 la podéis encontrar por 2.500 €, 2.800 la 2008, 3.400 la ´09, 3.800 la ´10, 4.100 por la ´11… -siempre considerando que estén en buen estado-.

agilidad
- Estirada del motor

estrechez y posición
- Rendimiento en bajos

equilibrio parte ciclo

– bajo régimen

sensación de ligereza
- Pobre alto régimen