El avión DP V4R y el comandante Álvaro Bautista

Su segundo vuelo ha sido en Tailandia, donde ha vuelto a ser más rápido que los demás por tres ocasiones.

Nacho González

El avión DP V4R y el comandante Álvaro Bautista
El avión DP V4R y el comandante Álvaro Bautista

El nivel exhibido por el binomio entre Álvaro Bautista y la Ducati Panigale V4 R ha eclipsado todo lo demás en Tailandia, desde el paso delante de Yamaha en Superbike hasta el histórico punto conseguido por María Herrera en Supersport.

SBK: UNAS MANOS ESPECIALES

'Bienvenidos al vuelo THA19, les saluda el comandante Álvaro Bautista a bordo del DP V4R'. Eso fue más o menos lo que debieron escuchar los pasajeros que se dieron cita en el Chang International Circuit, semanas después del primer vuelo en Phillip Island.

Desde aerolíneas Ducati lo vendieron como el mejor avión de pasajeros de la historia, un eslogan que la competencia llegó a calificar de marketing. Una creación arriesgada, obra del maestro Gigi Dall’Igna, conocido también por ser el inventor de los aviones más recientes de la gama Desmosedici, una línea de prototipos no destinados para el uso comercial.

Arriesgada por un motivo: si bien el V4R cuenta con un potencial nunca visto en el rango de los aviones comerciales, para alcanzar el máximo de ese potencial necesita unas manos igual de especiales. No vale con un piloto de alto nivel, ya que si bien iría rápido, no conseguiría hacerlo destacar sobre los modelos de la competencia, tales como el R1 de Yamaha o el ZX-10RR de Kawasaki.

La tarea era, precisamente, sobresalir por encima de este último y de su piloto estrella, Jonathan Rea. Por eso, necesitaban un piloto a la altura del norirlandés. Dicho de otra forma, solamente les valía uno de los mejores del mundo. De repente, la oportunidad se abrió ante sus ojos: el comandante Álvaro Bautista, uno de los mejores pilotos de prototipos de la década, buscaba un avión a su altura.

El avión DP V4R y el comandante Álvaro Bautista

El avión DP V4R y el comandante Álvaro Bautista

Desde que se conocieron, avión y comandante sintieron la conexión especial y se pusieron a trabajar para entender sus complejidades y llegar preparados a los primeros vuelos en Australia y Tailandia. El resultado es bien conocido.

El V4R tiene una aceleración prodigiosa y una velocidad punta sonrojante, sí. Pero para poder aprovecharlas al máximo hay que tener unas manos mágicas para domesticarla en curva y abrir gas cuando toca, que es lo que está haciendo Álvaro Bautista, solo Álvaro Bautista y nadie más que Álvaro Bautista.

El talaverano está consiguiendo exprimir las virtudes al máximo con dos premisas, muy básicas sobre el papel pero increíblemente complejas a los mandos: dulcificar la salida de la curva, ganar tracción y salir con la máxima aceleración posible para exhibir toda la potencia disponible en recta, donde su techo es claramente superior a los modelos rivales; y, por otra parte, quizás menos vistoso pero igual de importante, reducir al mínimo las pérdidas en las zonas más reviradas, precisamente el territorio donde Rea hace magia con la ZX-10RR.

Hasta ahora van seis de seis: seis victorias de Bautista, seis segundos puestos de Rea. En Buriram sólo hubo batalla durante la mitad de la primera carrera, donde el español demostró que también sabe lidiar con las turbulencias. Eso sí, la temporada es muy larga y pese a llevar seis victorias, su renta en la general es de 26 puntos sobre Rea. Un error y la ventaja se desvanece, lo cual es un aviso claro: no se puede fallar.

El avión DP V4R y el comandante Álvaro Bautista

El avión DP V4R y el comandante Álvaro Bautista

Tras ellos, Alex Lowes se ha erigido como el dominador de los humanos, al menos en Tailandia. En Phillip Island no logró subir al podio, pero en Buriram ha acabado tercero en las tres carreras, destacándose además de las otras Yamaha. Eso sí, con su compañero Michael van der Mark siempre cuarto y con Leon Haslam siempre quinto, intercalado entre las R1 oficiales y las oficiosas: Marco Melandri sexto y Sandro Cortese séptimo. Ninguno de ellos varió el orden en la primera carrera.

Esto es la prueba de la clara evolución de Yamaha respecto a 2018. Si no fuese por el increíble nivel exhibido por el comandante Bautista sobre su avión V4R, se estaría hablando de las R1 como la única alternativa a la hegemonía verde de Rea. Y dentro de esa clara mejoría de las máquinas azules, hay que destacar a Lowes, cuya ilusionante pretemporada ya está encontrando reflejo a la hora de la verdad.

En cuanto al resto de la parrilla, también es de justicia destacar la regularidad de Jordi Torres (11-13-10), que mientras espera mejoras para su ZX-10RR va arañando puntos de donde puede. El que no tuvo su fin de semana es el irlandés Eugene Laverty, que en la primera carrera se tuvo que tirar en marcha y el domingo, día de St Patricks, ni tan siquiera pudo salir a las otras dos: su equipo no llegó a tiempo de reparar la moto para la carrera Superpole y, cuando parecía que podría desquitarse en la segunda manga, un problema mecánico le impidió participar.

El avión DP V4R y el comandante Álvaro Bautista

El avión DP V4R y el comandante Álvaro Bautista

Por último, el susto de Thitipong Warokorn quedó en eso: el invitado local tiene dos vértebras torácicas fracturadas, pero por momentos se temió algo mucho más grave. Se pondrá bien.

WSS: SOBRIO CLUZEL, HISTÓRICA HERRERA

Después de sufrir en Australia para seguir a la dupla del Bardahl –aunque rescató un segundo puesto gracias al incidente de Federico Caricasulo en boxes-, en Tailandia el francés Jules Cluzel ha hecho valer su favoritismo: tenia ritmo para ganar y, desde ahí, construyó una victoria inapelable, sabiendo conservar para poner un punto más en el momento decisivo y lanzar un ataque casi imperceptible que le valió para coger unas décimas y embolsarse la primera victoria del año.

A su espalda, Randy Krummenacher aprovechó el ritmo lento de carrera para remontar después de una mala salida hasta la segunda posición, dejando a Federico Caricasulo el marrón de contener a un Isaac Viñales que fue el que más se benefició del ritmo impuesto, ya que durante el fin de semana estaba un paso por detrás de los tres pilotos que han monopolizado el podio en las dos primeras rondas. Al final, se quedó a milésimas de un cajón que llegará pronto. Más discreto estuvo Héctor Barberá, séptimo, con Nacho Calero 18º.

El avión DP V4R y el comandante Álvaro Bautista

El avión DP V4R y el comandante Álvaro Bautista

Tres puestos más adelante, en la 15ª plaza, María Herrera sumó un punto histórico. Es la segunda mujer en puntuar en el Mundial de Supersport (tras Paola Cazzola en 2010), la primera en hacerlo en dos categorías del WorldSBK (WSS, SSP300) y la primera en hacerlo en tres campeonatos mundiales diferentes: Moto3, SSP300, WSS. Lo mejor es que es tan solo el principio.