El segmento de las motos trail suele asociarse a motos de gran cilindrada, o incluso a modelos específicos como la Africa Twin de Honda o la R 1200 GS de BMW. Sin embargo, el hecho de disponer del carné de coche te puede abrir las puertas a ese mismo tipo de moto, eso sí, animada por un motor de 125 cc y unos 15 CV de potencia. Algo que te lleva a alcanzar cifras de velocidad máxima que superarían los límites de la carretera por la que circulas, ojo con ello…
A la vista la moto causa sensación. Calca la estética de la BMW que te comento con el ya famoso “pico de pato". Pero uno de los detalles que más entra por los ojos es el asiento por dos motivos: lo amplio que es y lo bajito que se sitúa respecto al suelo. Al sentarte, compruebas que es fácil plantar los dos pies en el firme, por lo que ya desde el principio aporta la confianza que necesitas para arrancar. Eso sí, antes también te das cuenta de que la pata lateral inclina mucho la moto y, para retirarla, tienes que inclinarla al lado contrario; si no lo haces, rozas con el suelo y resulta imposible replegarla.
UM DSR ADVENTURE, MOTOR “DE AGUA"
Al girar la llave vemos cómo el cuadro de instrumentos realiza un chequeo en el que, para tu sorpresa, ves el indicador de marcha engranada realizando una cuenta atrás. Una vez arrancas la UM, ese indicador desaparece, por lo que deberás llevar la cuenta de la marcha en la que circulas “de cabeza". Nada grave. Cuando te acostumbras, sale solo.
Como suele suceder con muchas de las motos de esta cilindrada, el embrague ofrece poco recorrido, así que para salir desde parado deberás “arrastrarlo" para no quedarte clavado en un semáforo, por ejemplo. Además, lo mejor del comportamiento de esta moto lo encontrarás a partir de medio régimen, donde estira hasta las 10.000 revoluciones con bastante genio. Desde luego, el motor demuestra un rendimiento y constancia propios de un propulsor refrigerado por agua, lo que viene refrendado por el precio final, superior a parte de su competencia pero plenamente justificado por sus dotes y "musculatura". Merece la pena.
Lo mejor del comportamiento de esta moto lo encontrarás a partir de medio régimen
La posición es totalmente relajada, con manos altas y asiento que recoge muy bien el cuerpo, tanto si lo pegas al depósito como si lo haces al escalón trasero que lo separa del espacio para el pasajero; en este último caso, notarás algo extraño, ya que los pies quedan demasiado adelantados. Es extraño para maniobrar, pero a cambio resulta casi perfecto para rodar por carretera abierta sin necesidad de sortear nada delante de ti. Y es que esta UM te llevará lejos si buscas aventura fuera de la ciudad, con un depósito de gasolina que te permite rodar durante algo más de 200 km antes de que te indique el display digital que has llegado a la reserva.
UM DSR ADVENTURE, TACTO AGRADABLE
Suspensiones y frenos aportan un tacto suave en general, sobre todo su horquilla, cuyo comporamiento se asemeja al de la mantequilla cuando se deshace sobre el pan tostado. Por su parte, los frenos, que combinan su uso en ambos ejes tocando solo el pedal o la maneta derecha de forma independiente, apretando sobre ambos mandos te detendrán con seguridad cuando te enfrentes a repentinas frenadas de emergencia. Sin lugar a dudas, el punto fuerte de esta UM lo encontrarás en los desplazamientos ciudadanos, donde la fluidez circulando entre denso tráfico urbano es algo que lleva la DSR en su ADN.
Lo dicho: por 3.490 euros dispones de una trail lista para la aventura que te reserva cada desplazamiento urbano y, por qué no, un viaje tan lejano como desees proponerte.