Como en su día hiciera la gimnasta Nadia Comaneci en los Juegos Olímpicos Montreal 1976, la española Laia Sanz ha culminado su 10 perfecto en la edición 2020 del Dakar. Ha participado en las diez últimas y ha terminado todas ellas, ganando siempre la categoría femenina. 10-10-10.
Ni el cambio de continente ha sido capaz de truncar la impresionante racha de la mejor piloto de todos los tiempos. No ha sido un Dakar fácil para Sanz. Es cierto que nunca lo es, pero si el año pasado lo pasó mal por cómo llegó a la prueba, tras una enfermedad de varios meses, esta vez los contratiempos han sucedido durante la disputa del raid.
Los ha tenido de todos los colores: físicos, anímicos y orográficos. Los físicos llegaron en la segunda etapa, cuando sufrió una caída que además de hacerle perder cerca de media hora le produjo unos dolores de cadera que arrastró durante varios días, además de hacerle salir más atrás a las etapas con la consiguiente ración de polvo extra de los competidores que llevaba delante y a los que tenía que ir adelantando.
Aun así, poco a poco iba recuperando posiciones pese a que su ritmo mostraba que no estaba rodando al cien por cien, y llegó a la etapa de descanso ya metida en el top 20 y siendo 15ª en la sexta etapa. Para la segunda mitad del raid había esperanzas de que sus dotes de navegación le permitieran seguir ganando plazas, pero en la séptima etapa se produjo el trágico accidente que acabó con la vida del portugués Paulo Gonçalves.
Sanz había sido compañera del luso durante su periplo en el equipo oficial Honda y estaba absolutamente devastada. Desde entonces su estado anímico se resintió y, según sus propias palabras, ya solamente pensaba en acabar la prueba entera y volver a casa.
A eso se le juntó el recorrido del Dakar, cada vez menos parecido a la aventura de orientación que ideó Thierry Sabine en sus orígenes. La mutación producida en Sudamérica no se ha revertido en Arabia Saudí, y un año más ha vuelto a ser una carrera de velocidad por etapas de 40 horas de duración.
La piloto catalana lo ha ido dejando claro después de muchas etapas: no estaba disfrutando. El terreno era peligroso y nada divertido, hasta el punto de que empezó a darle igual el puesto, lo que de nuevo se tradujo en un ritmo inferior al que ha demostrado que puede exhibir. Pese a que alcanzar el top 15 era una posibilidad real, ya no le importaba lo más mínimo: finalizar el rally se había convertido en la única prioridad para la piloto de GasGas.
Una vez más, misión cumplida. La 18ª posición es su peor resultado en los últimos siete años –lo cual ya deja bien claro su nivel-, pero es que no importaba. Está en el podio final de Qiddiya, ha completado el 10/10 y ha vuelto a ganar la categoría femenina con una solvencia estratosférica, aventajando en más de nueve horas y media a la segunda clasificada.
La enésima prueba de que Laia Sanz es, sencillamente, la mejor de la historia.
POL, LANDMAN Y PERRY, FINISHERS
La segunda clasificada ha vuelto a ser la holandesa Mirjam Pol, ganadora del Dakar en 2009 y la única mujer en terminar el Dakar en los tres continentes por los que ha pasado la prueba. En este 2020 lo ha hecho volviendo a lograr su mejor puesto final: si el año pasado fue 48ª batiendo la 49ª posición de 2007, este año ha ido más allá y ha acariciado el top 40 al concluir en la 41ª posición yendo de menos a más y escalando posiciones día a día mostrando una enorme solidez. Su mejor etapa fue la antepenúltima, donde llegó a ser 35ª.
También han terminado las dos rookies sudafricanas: la tercera posición ha sido para Kirsten Landman, que ha ido progresando con el paso de las etapas hasta quedarse cerca del top 50. Concretamente ha finalizado en la 55ª posición, un resultado más que interesante para su debut, llegando a ser 45ª en la antepenúltima etapa como mejor resultado parcial.
Dentro del top 50 estaba metida su compatriota Taye Perry, pero problemas en su KTM durante la última etapa le hicieron perder un buen número de horas y casi 30 puestos en la general. Al final pudo ha podido terminar la carrera en el puesto 77º, pero no son pocos los días en los que ha estado cerca de Pol, siendo la segunda mujer en dos de las etapas y acabando también dos en el puesto 50 como mejores resultados.
SARA GARCÍA, HITO A LA SEGUNDA
Hace un año, el radiador de su Yamaha dejó una cuenta pendiente en el Dakar y Sara García tenía muy claro que debía saldarla. Se había quedado con las ganas de terminar la prueba en el continente sudamericano y la reválida estaba en Arabia Saudí, donde de nuevo volvió a presentarse junto a su pareja, el esquiador de freeestyle Javi Vega, y de nuevo se presentaba en categoría Original.
Misión cumplida. Si el año pasado la rusa Anastasiya Nifontova se convertía en la primera en terminar el Dakar sin asistencia, en este 2020 ha sido Sara García la que ha cogido el relevo y ha conseguido concluir en la 86ª posición final y en la 22ª posición tanto en la categoría Original como en la subcategoría Marathon, que apenas permite modificaciones en la moto.
La piloto zamorana tenía muy claro su objetivo y ha culminado el Dakar en 68 horas exactas. Ni un segundo más. Eso son casi 28 más que el ganador Ricky Brabec y casi 20 más que el rumano Emanuel Gyenes, ganador entre los malle-moto. Todo eso son anécdotas: García ha llegado al podio de Qiddiya y todo lo demás es absolutamente secundario. A la segunda ha ido la vencida y la del Pont Grup Yamaha es parte de la historia del Dakar.
Sanz, Pol, Landman, Perry y García han rubricado un pleno histórico: cinco mujeres comenzaron el primer Dakar de la historia en Arabia Saudí y las cinco lo han terminado de forma satisfactoria.