La semana pasada estuve en la localidad portuguesa de Cascais en la presentación dinámica de la Triumph Thruxton R, pero las inclemencias climatológicas me impidieron probarla. La verdad es que volví de ese viaje un tanto cabizbajo, pues esta belleza inglesa es una de las novedades más importantes y atractivas de la temporada, y tenía muchas ganas de saber cómo iba. Sin embargo, la desilusión me duró poco tiempo, porque desde Triumph España me ofrecieron una solución que me abrió de nuevo los ojos. Una de las unidades de la presentación de Portugal iba a pasar unos días el estand de Triumph en Motomadrid, y tras ser exhibida y antes de su retorno a Inglaterra, iba a tener ocasión de efectuar una breve prueba en una de nuestras carreteras más habituales. Y esta vez todo se pudo realizar de acuerdo a lo previsto y la Triumph Thruxton R se llevó su merecida prueba, con sesión de fotos incluida.
Antes de este primer contacto, ya había tenido ocasión de probar las también nuevas Triumph Street Twin y Triumph Bonneville T120, así que tenía muchas ganas de saber hasta dónde habían llegado los hombres de Triumph con su nueva deportiva de aspecto clásico. En otoño la había visto en Londres en su presentación estática y tengo que confesar que volví de allí haciendo cálculos. También soy conocedor de que a muchos de mi entorno les ha pasado lo mismo con solo ver las fotos. La Triumph Thruxton R está muy bien hecha y monta componentes de primera fila. Está claro que posee un gran magnetismo y es de esas motos que apetece tener aparcada en el garaje para disfrutar contemplándola.
Aspectos técnicos de la nueva Triumph Thruxton R
La Triumph Thruxton R cuenta con el mismo chasis de doble cuna de acero que sus hermanas de saga, pero a su alrededor todo cambia. Para empezar monta una horquilla invertida Showa BPF y una pareja de amortiguadores Öhlins. Luego cuenta con un basculante de aluminio específico y un equipo de frenos delantero firmado por Brembo de matrícula de honor, con pinzas M4.34, bomba radial y discos de 320 mm. Además monta unas bonitas llantas de radios de 17” que permiten calzar unos «pegajosos» y modernos Pirelli Diablo Rosso Corsa. Está claro que por componentes es una moto que no tiene nada que envidiar a la mejor de las superbike.
Su motor de 1.200 cc también posee unas especificaciones concretas, con cigüeñal más ligero que el de la Triumph Bonneville T120 y otros retoques varios. Con estas reformas declara 98 CV a 6.750 rpm y un funcionamiento más alegre, contando también con una respuesta muy rápida al puño del acelerador desde muy bajas revoluciones.
Con todos estos lujos y particularidades, en la práctica la Triumph Thruxton R no defrauda en absoluto. Su posición de conducción, con estribos semiretrasados y semimanillares algo elevados, es claramente más deportiva que la de sus hermanas, pero no llega a ser excesivamente radical. Se puede decir que está en la justa medida entre una naked y una superdeportiva, sin llegar a cargar demasiado peso sobre nuestros antebrazos, ayudándonos a encorvar la espalda hacia delante y así recibir menos el azote del viento en la parte alta de nuestro cuerpo.
Desde que recorres los primeros metros a sus mandos, enseguida te percatas que su tren delantero es claramente más ágil y rápido de reacciones que el de la «T120». La llanta delantera más pequeña y la mayor altura de la zaga cierran el lanzamiento de la horquilla y hacen que esta Triumph Thruxton R se sienta mucho más deportiva. La horquilla y los amortiguadores aportan calidad a su forma de rodar y consiguen un buen paso por curva. La altura libre es generosa y permite inclinar mucho. Y luego la frenada también es una garantía, aunque no es excesivamente agresiva, perfecta para el tipo de moto que esta Triumph y sus poco menos de 100 CV.
Triumph Thruxton R: motor con garra
Aunque el gran bicilíndrcio cc de la Triumph Thruxton R posee un carácter un tanto «percherón» y no sube mucho más allá de las 7.000 rpm, la verdad es que su rango de utilización es más que suficiente, prefiriendo ser utilizado en «bajos» y «medios», enlazando marchas hacia arriba antes de llegar a la «zona roja». Al acelerar con ganas en primera no es difícil que la rueda delantera despegue del asfalto, algo que no es sencillo de realizar con sus hermanas. También es cierto que el cambio no es excesivamente rápido y conviene hacer todas las operaciones marcando bien los tiempos y presionando la maneta del embrague (que cuenta con sistema antibloqueo), pero también hay que señalar que el accionamiento de todos sus mandos es correcto y no resulta fatigoso practicar una conducción alegre con esta inglesa.
Con respecto a su precio, Triumph España ha sorprendido con unos ajustados 14.900 euros, una cifra que la sitúa por debajo de la BMW R nineT, su más directa rival. En este apartado no solo hay que considerar los buenos componentes que monta de serie, sino también la completa electrónica que incorpora, con tres modos de motor (Road, Rain y Sport), control de tracción desconectable, luz diurna de LED, toma de corriente USB, además de una completa instrumentación con ordenador. En España estará disponible a partir del mes de mayo de 2016 y llegará en versión biplaza, con ligeros cambios con respecto a la unidad probada en esta primera toma de contacto.
Y si no quieres desembolsar tanto dinero y no necesitas un equipamiento tan lujoso, recuerda que también existe una Thruxton «normal», con componentes más «terrenales» en frenos y suspensiones, pero con las mismas características de motor. El precio de esta Triumph Thruxton es de 12.900 euros.
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