Cómo limpiar las llantas de la moto

Las llantas de las ruedas son unos de los elementos de la moto más propensos a acumular suciedad. Os mostramos cómo limpiarlas fácilmente.

Marcos Abelenda. Fotos: Juan Sanz.

Cómo limpiar las llantas de la moto
Cómo limpiar las llantas de la moto

En el mundo de la motocicleta se suele decir que las ruedas son a la moto, lo que a las personas sus zapatos; esto es, el punto de contacto entre ellos y el suelo. Una analogía desde luego muy acertada, pero que nosotros acotaríamos incluso más añadiendo que la goma, o neumático, son la suela del calzado, mientras que las llantas representan el propio cuerpo del zapato. Un armazón o soporte que añade estabilidad y solidez al elástico elemento de agarre. De ahí que sea vital su estado de conservación, de manera que no presente deformaciones ni fracturas, en el caso de llantas de aleación; y si se trata de unas llantas de radios, tampoco es buena cosa la presencia de un aro doblado, o de radios rotos, flojos o desalineados.

Pero, además de su función estructural, sería obvio negar lo mucho que influyen las llantas en la estética global de nuestra moto, casi de igual manera que las prendas que los humanos nos ponemos en los pies: cuánto visten, unos buenos zapatos o, mejor dicho, unos bien limpios y cuidados.

La limpieza de las llantas de nuestra moto no guarda en sí un gran misterio, debido a que su lisa superficie permite eliminar la suciedad con bastante facilidad. Eso sí, la tarea puede convertirse en tediosa y cansina, dependiendo de la cantidad y forma de los palos o radios de las llantas, y por el hecho de tener que trabajar agachados o sentados. Cómo no, el uso de un caballete u otro útil adecuado para elevar las ruedas del suelo, será el paso previo antes de acometer este trabajo.

La mezcla de agua y jabón, será el mejor aliado para limpiar las llantas, cuando éstas estén moderadamente sucias, cubiertas de polvo o pequeños restos de tierra. El uso de un máquina de lavado con agua presión puede facilitarnos el trabajo, aunque siempre con la precaución de mantener una distancia prudencial con la pieza a limpiar -sobre 40 centímetros-, a riesgo de levantar la pintura, y sin apuntar nunca al eje y los rodamientos de la ruedas, pues el agua podría penetrar y oxidar los componentes internos.

La suciedad siempre tiende a incrustarse en mayor medida en la llanta de la rueda trasera, de forma obvia, por culpa de la grasa salpicada por la cadena de transmisión. En este caso, el agua con jabón puede ser un remedio insuficiente, sobre todo si la suciedad lleva incrustada desde hace mucho tiempo. Mejor solución encontraremos si usamos algún líquido desengrasante, tipo «contact cleaner» o incluso, en caso de apuro, podría servirnos un poco de gasolina. El problema de estos tres últimos casos, surge cuando limpiamos una llantas de aleación, ya que los desengrasante muy agresivos pueden «atacar» a la pintura o el barniz, afectando a su vida útil -problema que no afectaría a las llantas en aluminio de una moto de campo-.

Ante esta situación, será más recomendable el uso de un producto que ablande la grasa pero no ataque la pintura, como el WD-40, de forma que podamos limpiar las llantas con eficacia y sin miedo, aunque nos lleve un poco más de tiempo. En realidad, tampoco mucho más, si pensamos en que así también estaremos consiguiendo al mismo tiempo un efecto de abrillantado y protección de cara al próximo uso.

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