Esta es una de las preguntas que cualquier motero se suele hacer cuando conduce, especialmente si tiene una moto deportiva o en la que se pueda jugar con el cuerpo para realizar mejor las trazadas. Sin embargo, la respuesta no es la misma para todo el mundo, ya que dependerá mucho de la experiencia en el pilotaje, de la capacidad para mover la moto, de la potencia y características de esta, de los neumáticos y del lugar en el que se está rodando.
Hay que tener en cuenta que lo que se ve en el Campeonato Mundial de Motociclismo solo está al alcance de esos pilotos y de esas máquinas. Así que, si algún motorista quiere llegar a los 50 grados que logran los Márquez, Mir y compañía en los circuitos, no solo necesitará el material que lo haga posible, sino que también deberá entrenar mucho para no terminar cayéndose.
¿Por qué las motos de carreras se tumban tanto?
Puede resultar bastante obvio, pero se trata de motos que están especialmente preparadas para ello, puesto que deben ganar todos los segundos posibles en cada vuelta y el negociado de las curvas es esencial para conseguirlo. Aparte, los neumáticos slicks ayudan mucho a que el agarre sea tan grande, de manera que casi se adhieren al asfalto para que la moto no patine.
Es más, el asfalto también es un elemento muy a tener en cuenta, dado que no es el mismo que se encuentra en una carretera convencional. Finalmente, y no menos importante, se halla la capacidad de los pilotos para llevar sus máquinas al límite, pasando por las zonas sinuosas a velocidades imposibles para manos no profesionales.
¿Cuánto se puede inclinar la moto?
Como hemos apuntado, depende del tipo de moto, de la curva, de la velocidad y de los materiales, pero siempre se ha de tener presente que cuando se da una curva, entran en juego dos fuerzas. Por un lado, la inercia hará que la moto quiera seguir recta, sacando al vehículo de la trazada, mientras que por otra parte se encuentra el peso de la moto y el piloto cuando la inclina hacia el interior. Esto quiere decir que si no se va excesivamente lento, siempre habrá que realizar esa inclinación sin miedo.

Para mejorar el paso por las curvas será clave controlar los movimientos en la moto, de manera que conviene entrenarlos o rodar por carreteras sinuosas para coger soltura. La experiencia facilitará saber hasta dónde puede llegar la inclinación de la moto sin que haya peligro de perder adherencia o de invadir el sentido contrario de la circulación.
Y no hay que olvidar nunca que la mirada jamás debe dirigirse hacia el interior de la curva para controlar el ángulo que toma la moto, sino que ha de estar dirigida al frente, justo hacia donde transcurre la carretera. En este caso, será recomendable revisar el estado de los neumáticos para evitar cualquier percance porque se encuentren deteriorados.
En circuito
Si en vez de inclinar la moto, se desea “tumbarla”, habrá que ir a un circuito a hacer unas tandas y equiparla con los neumáticos que lo hagan factible. Además, será conveniente desmontar algunos elementos que pudieran rozar con el asfalto. Eso sí, no debe ser una obsesión llegar a tocar el asfalto con la rodilla, sino trazar a la perfección cada curva.