El Dakar 2015 fue un año de transición. Marc Coma se despedía en lo más alto un año después de que lo hiciera su gran rival, Cyril Despres. Entre los dos habían ganado las diez últimas ediciones, cerrando el paso al escalón más alto del cajón a pilotos como ‘Chaleco’ López, Hélder Rodrigues, Alfie Cox o Ruben Faria, por ejemplo.
Aquel año, las tres primeras etapas fueron para el inglés Sam Sunderland, el español Joan Barreda y el austriaco Matthias Walkner, que debutaba en esa edición. Otro rookie, el australiano Toby Price, sorprendía al colarse en el podio final tras ganar la penúltima especial. Cuatro nombres que marcarían la siguiente década, junto a otros que irían llegando.
En este 2025, ninguno de los cuatro ha estado presente en el Dakar sobre dos ruedas. Price y Sunderland se pasaron a los coches y Barreda y Walkner no han estado. Salvo el español, los otros tres conformaron durante años la armada de KTM que cogió el relevo del duopolio Coma-Despres, e incluso Sunderland ganó su segundo touareg bajo la marca GasGas, dentro de la estrategia de diversificación llevada por el grupo austriaco entre sus distintas firmas.

Una estrategia que ya es historia. Sumida en graves problemas económicos, para el Dakar 2025 desaparecieron los equipos oficiales de Husqvarna y GasGas. No renovaron a Price, Sunderland se retiró y el resto se reagrupó bajo el naranja KTM en un equipo con tres pilotos: Kevin Benavides siguió, su hermano Lorenzo Benavides llegó desde Husqvarna y el australiano Daniel Sanders desde la mencionada GasGas, donde había formado dupla con Sunderland los últimos tres años.
Un Daniel Sanders que impactó en su debut en el Dakar 2021 al finalizar cuarto como rookie en un equipo privado. Llevaba años exhibiendo su velocidad en Australia, donde llegó a coincidir compitiendo en enduro con un Price que se había convertido en el mejor piloto de raids del mundo.
Tras aquel increíble debut, KTM le ató y le colocó en GasGas junto a Sunderland. Allí, tras estrenarse en el podio mundialista con el tercer puesto en el Rally de Marruecos, llegó al Dakar dispuesto a comerse el mundo y, tras ganar tres de las primeras siete etapas, se lesionó al caerse en un enlace cuando iba tercero en la general.

Todo el mundo señalaba a ‘Chucky’ como potencial ganador del Dakar, pero poco a poco su potencial empezaba a verse cubierto por un velo de mala suerte. Una intoxicación alimentaria le lastró en 2023 y acabó séptimo tras ganar otra etapa; aunque pudo desquitarse venciendo el Rally de Sonora para inaugurar su palmarés en el Campeonato del Mundo.
Sin embargo, poco después se fracturó el fémur y, aunque pudo llegar al Dakar, lo hizo tras una inactividad de siete meses. Lejos de su ritmo habitual, terminó en una discreta octava posición sin triunfos de etapa. Un año más se veía lejos del podio y empezaba a pesar esa especie de maldición de algunos pilotos que no han pasado del cuarto puesto, como Isidre Esteve, Antoine Meo, Nacho Cornejo o, hasta el año pasado, a Adrien Van Beveren
KTM lo tenía claro: Sanders era el presente y, sobre todo, el futuro. El pasado septiembre anunció su ‘fichaje’ por el Red Bull KTM Factory Racing; y el australiano devolvió la confianza de inmediato con su victoria en el Rally de Marruecos ante dos pilotos todavía más jóvenes que él: el español Tosha Schareina y su nuevo compañero, Luciano Benavides.

Una inyección de moral previa a su quinto Dakar, al que llegaba en gran forma física. “Es emocionante volver a vestir los colores de KTM y quiero hacer justicia al duro trabajo que han hecho”, confesaba ‘Chucky’ antes del Dakar, que comenzó ganando el prólogo.
No era ninguna sorpresa. Hace años que está a un nivel sobresaliente en términos de velocidad pura. Tampoco pilló a nadie a contrapié que ganase la primera etapa, beneficiándose de su posición de salida. Sin embargo, cuando enlazó el hat-trick llevándose la siempre dura ‘Crono 48 horas’ era imposible negar su favoritismo al triunfo final.
Eso sí, quedaban diez días por delante y todo el mundo sabe que el Dakar puede torcerse en cualquier piedra o en cualquier duna cortada. Como tocado por una varita, Sanders siguió apretando y por momentos recordó a la mejor versión de su compatriota Toby Price, amasando una renta de más de diez minutos tras lograr su cuarta etapa en cinco días.

A partir de ahí, todos sus rivales tuvieron que limitarse a apretar los dientes y esperar un falló que jamás llegó. Con cinco triunfos parciales, Daniel Sanders terminaba el Dakar 2025 con un tiempo de 53 horas, 8 minutos y 52 segundos, aventajando en casi nueve minutos a Tosha Schareina, que se estrenaba en el cajón. Solo Adrien Van Beveren impidió un pleno de estrenos en el cajón, ya que tras él finalizó Luciano Benavides.
A sus 30 años, Sanders ha recogido el testigo de Toby Price -ganando el primer Dakar sin éste en liza- y ha devuelto la sonrisa a KTM en un momento más que delicado a nivel global y de transición en los raids. Sin la vieja guardia y con Kevin Benavides todavía en proceso de recuperación de su gravísimo accidente, ‘Chucky’ se cargó a la espalda a toda Mattighofen y la llevó en volandas a lo más alto del podio final del Dakar.
Nacido en 1994, Sanders se ha erigido en el líder de la generación que debe marcar la próxima década en el Dakar. Nacho Cornejo y Michel Docherty son de ese mismo año; Tosha Schareina y Luciano Benavides de 1995, Tobias Ebster de 1998, Bradley Cox de 1998, Mason Klein de 2001 y, por supuesto, el flamante ganador en Rally2: Edgar Canet, de 2005. El futuro ya está aquí y se llama presente.

Así que, quién sabe si dentro de diez años se recordará el Dakar 2025 ganador por Daniel Sanders como el de la transición entre la ‘vieja’ guardia de los mencionados ausentes y otros grandes nombres como Ricky Brabec, Kevin Benavides, Pablo Quintanilla, Adrien Van Beveren o Ross Branch que, para 2026, tendrán que intentar doblegar a Sanders y compañía.