Cada cierto tiempo aparece uno de esos pilotos absolutamente únicos, dotados de un don especial para su modalidad y, por lo tanto, llamados a dominarla con puño de hierro. En el siglo XXI tenemos ejemplos en velocidad como Valentino Rossi o Marc Márquez, en el trial como Toni Bou o en más de una modalidad como Laia Sanz.
Ha pasado ya más de una década desde la aparición en la escena del Mundial de Motocross del neerlandés Jeffrey Herlings, y rápidamente se vio que tenía ese don especial. Tras haber sido campeón mundial y europeo junior de 85cc en 2008 con Suzuki, KTM se percató de su potencial y le fichó para el Europeo de EMX2, donde fue subcampeón como rookie.
No quisieron esperar más y en 2010 dio el salto al Mundial de MX2, con tan solo 15 años. La magnitud de su prodigio pudo verse rápido: en su segunda manga ya era tercero, y en su tercer GP se llevó las dos mangas en Assen. Desde ahí empezó a ser un habitual en la zona delantera con Marvin Musquin y Ken Roczen, y acabó sexto pese a perderse las tres últimas citas por lesión.
Al año siguiente, ya sin Musquin, la temporada de MX2 fue un mano a mano entre dos prodigios nacidos en 1994, donde sucumbió ante Roczen. En 2012 el alemán se fue y Herlings se proclamó campeón. Revalidó el título en 2013 ganando 28 de las 30 mangas que disputó. Su superioridad rozaba lo absurdo.
No quiso saltar a MXGP y en 2014 tuvo que conformarse con el subcampeonato tras perderse hasta cuatro grandes premios por lesión, lo que evidenciaba que su único rival era él mismo. Su estilo de correr, siempre al ataque y sin guardarse nada, le hacía totalmente inabordable al tiempo que le mandaba a la enfermería muchas más veces de lo aconsejable.
Le volvió a suceder en 2015, donde tras dominar la primera mitad de año se perdió la segunda y acabó séptimo. Pudo resarcirse en 2016 para lograr su tercer título y fue obligado a subir a MXGP tras la creación de una regla que obligaba a subir a los mayores de 23 años y a quienes lograran dos títulos de MX2.
La lesión en la pretemporada de 2017 lastró su inicio, y cuando empezó a cosechar victorias era tarde: solo pudo ser subcampeón tras Tony Cairoli, que lograba su noveno título. Sí cumplió los pronósticos en 2018 al proclamarse campeón ganando 33 mangas, demostrando otra vez que no tenía rival… salvo las lesiones: pasó en blanco casi todo 2019 y medio 2020.
Un título en cuatro años en MXGP era poquísimo para un elegido como él, pero nada le ha hecho cambiar. En este 2021, donde una lesión le hizo perderse un GP y reavivó viejos fantasmas, se ha proclamado campeón del mundo en una temporada igualadísima que pasará a la historia por su espectacularidad y emoción. Y lo ha hecho fiel a sí mismo: corriendo siempre al ataque.
