Puede que el Dakar sea la prueba más globalizada en el mundo de las dos ruedas, sobre todo si se atiende a la procedencia de los pilotos inscritos. Mientras la gran mayoría de los campeonatos mundiales concentran pilotos de un puñado de países, centralizados especialmente en Europa, Nortamérica, Oceanía, Sudáfrica y algunos países de Asia, la diversidad del popular raid es descomunal.
Sirva como ejemplo la lista de inscritos para la inminente edición de 2025, donde aparecen hasta 37 nacionalidades distintas, algunas tan poco comunes en el deporte de las dos ruedas como Mongolia, Líbano, Guatemala, Emiratos Árabes Unidos, Paraguay, Arabia Saudí, Lituania o Botsuana. Bueno, en el caso de Botsuana ya ha dejado de ser poco común, gracias sobre todo a Ross Branch.
El ‘Ferrari del Kalahari’ -llamado así por el desierto que atraviesa su país- llegó al Dakar con la treintena más que sobrepasada, pero lo hizo pisando fuerte: fue el mejor rookie de 2019 y ganó una etapa en 2020, lo que le llevó al equipo oficial Yamaha. Sin embargo, los problemas de fidelidad de la moto japonesa le dejaron sin acabar las dos ediciones siguientes.
Iba rumbo a los cuarenta y decidió aceptar la oferta de Hero. A priori, una marca que no estaba en disposición de luchar contra KTM u Honda. Por contra, al fin iba a tener ese claro estatus de número uno. La idea de ser punta de lanza de un proyecto le sedujo: podía ser el héroe de la incipiente potencia india.

Porque sucede que el Dakar también se está erigiendo en la prueba más globalizada en lo que se refiere a las marcas. Algunas como Hero o la francesa Sherco llevan años asomando la cabeza, y ahora se le unen las chinas Kove y Hoto, que debutará en este 2025. En el caso de Hero, redoblaron la apuesta apuntándose a un mundial donde solo estaba Honda.
Lo sucedido en la pasada edición del Dakar ya es historia en muchos aspectos: tras quedarse sin compañeros, Branch se puso esa capa de súper héroe y aguantó en la segunda posición, solo superado por Ricky Brabec. Evidentemente, fue tanto el primer podio para Botsuana como para Hero. Se había propuesto hacer historia y lo había conseguido por partida doble.
Pero si algo tenía claro es que el Dakar era solo el principio: quedaban cuatro pruebas más y en su punto de mira estaba el título. Aprovechó la baja de Brabec en Abu Dabi para asaltar el liderato y arañó los puntos suficientes tanto en Portugal como en el Ruta 40 para llegar primero a la cita final en Marruecos, donde no falló.
Vale que ha sido una temporada un tanto descafeinada por el número de inscritos, pero el nivel de los mismos ha sido altísimo y que nadie ha sumado más puntos que un Ross Branch que, como ya hiciera con el palmarés del Dakar, ha puesto a Botsuana y a Hero en el mapa de la historia de los títulos mundiales de motociclismo.