Si hay algo que no se enseña en las escuelas es a cerrar etapas, cuando precisamente es algo inexorable en la vida. Rupturas amorosas, amistades que se terminan, estudios que se acaban, trabajos, mudanzas y un largo etcétera. La vida es lo que te sucede mientras encadenas despedidas, en muchas ocasiones sin tener consciencia del adiós en el momento en el que se produce.
Es difícil saber el momento exacto en el que Jonathan Rea tomó la durísima decisión de decir adiós al Kawasaki Racing Team, un equipo que -y esto es muchísimo más que una frase hecha- se había convertido en una prolongación de su familia. Allí han crecido sus hijos, para quienes el paddock del WorldSBK ha sido como el patio de su casa.
Rea llegó allí a los 28 años, con la mezcla perfecta de madurez deportiva y hambre de títulos que se fundió con el enorme potencial de la Kawasaki ZX-10RR para dar lugar a un poderoso cocktail que apabulló a sus rivales durante muchos años, enlazando seis títulos mundiales consecutivos para pulverizar (casi) todos los registros históricos del Mundial de Superbike.
La única garantía que había realmente sobre aquel bonito idilio entre Jonathan Rea, el Kawasaki Racing Team y los títulos mundiales de Superbike es que su final estaba cada vez más cerca, aunque no hubiera una fecha definida. Consiguió prolongarlo un año más de lo que se antojaba como lógico, pero no pudo detener el paso del tiempo y empezaron a sucederse los adioses.
El primer adiós llegó a finales de 2021: se despidió del número 1 que adornaba su Ninja tras ser derrotado por el joven Toprak Razgatlioglu, que tuvo que salir de Kawasaki para poder plantar cara al norirlandés hasta batirle. En aquel momento, todavía se pensaba que recuperar el trono sin salir de casa era una opción para el bueno de ‘Johnny’.
Se produjo entonces el reencuentro entre Álvaro Bautista y la Ducati Panigale V4R, que primero se quitó la espina con el título de 2022 para arrasar en 2023, donde solamente el binomio formado por Razgatlioglu y la Yamaha podían plantar cara. La vieja Kawasaki se veía incapaz de plantar cara, llenando de impotencia a un Rea todavía hambriento a sus 35 años.
Así, poco a poco, fue diciendo adiós a las victorias. De las seis de 2022 -un número ya muy humilde según su estándar en Kawasaki- pasó a apenas una en este 2023, donde recogió el agua de lluvia para hacerse un oasis en un año por lo demás desértico. A un hexacampeón del mundo no le sacian los podios ni las poles.
Por eso llegó el último adiós. El más difícil, por ser el único elegido. Con lágrimas en los ojos, Jonathan Rea aceptó la oferta para irse a Yamaha con el objetivo de que tornar los adioses previos en hastaluegos, cerrando el libro de su etapa con Kawasaki. El epílogo ha sido decepcionante, pero la obra es tan maravillosa que, con el tiempo, quedará en anécdota.
