“Sueña que sueña con ella”. Ella es la torre de los campeones de MotoGP y él es el italiano Nicolò Bulega, que parecía predestinado a poner su nombre ‘hace apenas diez años’ (uy, eso es de Sabina) cuando se proclamó campeón del mundo junior de Moto3 con el equipo de Valentino Rossi y un enorme 46 en el carenado de aquella KTM.
Aquel año, el VR46 Racing Team del Mundial de Moto3 estaba compuesto por el controvertido Romano Fenati y por Andrea Migno, que reemplazaba a un Pecco Bagnaia al que ‘Il Dottore’ había mandado de Erasmus al Aspar con la Mahindra. Ahora resulta curioso recordarlo así, pero en aquel momento era Bulega el que se perfilaba como “la estrella” de futuro del motociclismo italiano.
“Vive mirando una estrella”. Toda Italia vivía mirando a Rossi, cuya estrella refulgía de tal manera que no había ojos para nadie más. Él mismo se dio cuenta y decidió encargarse de señalar a sus compatriotas a quiénes debían mirar. Y claro, aquel chaval era el candidato ideal: jovencísimo, con el número de su ídolo y ganando a los españoles en su casa.
Es difícil saber dónde se torció la carrera de Bulega; que, tras una interesante temporada mundialista de rookie -en la que fue séptimo con dos podios-, se estancó en la segunda y se hundió “en un agujero” en la tercera. Pese a ello, Rossi le dio un voto de confianza y le subió a Moto2, que parecía ajustarse mejor a su cuerpo.
“Siempre en estado de espera”. La carrera deportiva del joven Nicolò entró en standby, y a finales de 2019 dejó tanto la academia como el equipo de Valentino. Las cosas no mejoraron en los dos años que pasó en Gresini y tuvo que marcharse hacia el Mundial de Supersport. Eso sí, al menos lo hacía con el equipo oficial Ducati.
“Unas flores amarillas pa’ acordarse de su pelo”. Había pasado del glamour de los grandes premios a la pequeña familia del WorldSBK y, en cuestión de años, había cambiado el amarillo de la VR46 por el rojo de Ducati; e incluso se había cortado la melena que otrora fue casi su seña de identidad. Y, de repente, se encontró a sí mismo.
Volver a ganar le sirvió también para “alejar las pesadillas” de los años que había pasado en blanco. Tenía el futuro por delante y, tras proclamarse campeón mundial de Supersport en su segundo año, se estrenó en Superbike con un gran subcampeonato que ha repetido en este 2025, siendo el único capaz de poner en jaque a un Toprak Razgatlioglu que le espera en MotoGP.
“Solo quiere alzar el vuelo”. Tras firmar como probador con Ducati para MotoGP 2026 y haber debutado ya, Nicolò Bulega prepara el desembarco a tiempo completo en MotoGP. “Y antes de hacer la maleta”, quiere ser el primero en conquistar Superbike y Supersport. Y después MotoGP, porque todavía “sueña que sueña” con fundir su nombre en esa torre “como si fuese de cera”.
Las frases entrecomilladas pertenecen a la canción ‘Standby’, de Extremoduro, compuesta por Robe Iniesta.
