El motociclismo está lleno de historias familiares, de hermanos que crecen compartiendo la pasión por las dos ruedas. La inmensa mayoría se quedan por el camino, hay casos donde uno consigue triunfar y el otro no, y se pueden contar con los dedos las parejas de hermanos que llegan juntas al a élite. Los hermanos Bridewell iban de camino a este último grupo.
Ollie Bridewell, el mayor, había llegado al British Superbike en 2006. Su hermano pequeño, Tommy, lo hacía un año más tarde procedente del British Supersport para compartir box con él en el NB Suzuki. Para entonces, el joven Thomas ya había sido cuarto en 125cc y subcampeón de la Virgin Mobile Cup. No solo habían llegado, lo habían hecho juntos.
Desgraciadamente, el sueño se tornó en pesadilla a los pocos meses: el 20 de julio de 2007, Ollie Bridewell sufría un terrible accidente en Mallory Park bajo una lluvia torrencial y fallecía a los 21 años. Con tan solo 19, el pequeño Tommy dejaba el campeonato y se iba al Europeo de Superstock 600, con algún wild card en el CIV.
Regresó con la temporada 2009 ya empezada y una novedad: su carenado ya no lucía su 18, sino el 46 de Ollie. Un número que escondía una promesa secreta hacia su hermano, cuyo epitafio ya indica cómo afrontó Tommy su ausencia: “Los adioses no son para siempre. Los adioses no son el final. Simplemente significan que te echaremos de menos, hasta que nos volvamos a ver”.
Su primer podio llegó en la carrera inaugural de 2011 en Brands Hatch. Su primera victoria, en Cadwell Park 2014, cuando acabó tercero con Yamaha tras haber pasado por Suzuki, Honda, BMW y Kawasaki. Pero le faltaba continuidad en los resultados y algo de estabilidad, ya que tras casi una década no había completado dos años seguidos con la misma moto.
La encontró de casualidad: a mediados de 2018 se quedó sin moto y le llamó el Moto Rapido Ducati. Logró varios podios, le renovaron y acabó tercero. Tras un difícil año pandémico, fue subcampeón en 2021 y otra vez tercero en 2022. Y fichó por el PBM. Con casi 35 años, estaba en el mejor equipo y con la mejor moto.
Rápidamente se vio que su gran rival iba a ser su compañero Glenn Irwin, y tras lograr ocho victorias (las mismas que llevaba antes de 2023), fue campeón en un final dramático, donde un adelantamiento en la última vuelta le dio el título por medio punto. “He dedicado cada día de mi vida a mi hermano Ollie y a convertirme en campeón del BSB”, admitió.
Tras las celebraciones, acudió a la tumba de su hermano para llevarle el trofeo, acompañando la foto con estas palabras: “Déjenme presentarles al campeón del British Superbike 2023, Ollie Simpson. Para el mejor hermano del mundo. Nunca perdimos la fe”. En 2024 correrá con Honda y, sobre todo, con el corazón en paz después de 16 años. Ollie y Tommy lo han conseguido.
