Triumph Bonneville Speedmaster, el ADN Bobber se encuentra con la versatilidad

Presentada anoche en Inglaterra, la nueva Triumph Speedmaster Bonneville supone un acercamiento de la actitud Bobber a la polivalencia.

Carlos Domínguez

Triumph Bonneville Speedmaster, el ADN Bobber se encuentra con la versatilidad
Triumph Bonneville Speedmaster, el ADN Bobber se encuentra con la versatilidad

La Triumph Bobber encantó cuando el pasado octubre, hace ahora un año, se presentó en un espectacular evento con carreras drag incluidas. Rompía models y lo hacía con un estilo único, mezclando los últimos avances técnicos con unas líneas más propias de hace medio siglo.

Dio en el clavo pero había un aspecto que se le resistía: la polivalencia. Lo cierto es que un diseño tan radical no terminaba de encontrarse con el uso diario. La solución ha pasado por recuperar la Triumph Speedmaster pero, esta vez, obedeciendo más a la herencia Bonneville Bobber que a la custom de su antecesora. Presentada ayer, la Speedmaster busca cubrir un mayor rango de necesidades y posibilidades trabajando especialmente en versatilidad y manejabilidad sin renunciar a todo su estilo.

Triumph Bonneville Speedmaster, diseño y herencia

Como su hermana Bobber, la Speedmaster monta un basculante que da la sensación de convertirla en una auténtica hardtail, pero en realidad ofrece un buen kit de suspensiones para ambos ejes. Se ha utilizado el mismo chasis pero con distinta modificaciones para hacerla más llevadera. El depósito, inspirado en los motivos Bonneville, es ahora de 12 litros, sumando un extra de autonomía a un motor ya de por si poco gastón y eficiente. La posición del piloto ha cambiado buscando más comodidad a bordo gracias a un manillar más cercano al cuerpo y a la relocalización de las estriberas, movidas hacia adelante.

Sobre la llanta trasera de 16” veréis ahora un guardabarros que sirve además para dar la bienvenida al pasajero, el gran olvidado de la Bobber. Cuando nos sentemos sobre esta Speedmaster deberíamos sentirnos más cómodos después del trabajo que han realizado con la espuma de ambos asientos.

Cuando llegué a los concesionarios la podréis ver en tres colores distintos: Jet Black, Cranberry Red y Fusion White/Phantom Black.

Triumph Bonneville Speedmaster, motor y parte ciclo

Acompañando este cambio de posición en pro de la comodidad, Triumph se ha decidido por un sistema de doble disco delantero de 310mm con pinzas Brembo de dos pistones. Detrás nos encontramos con un único disco de 255 con una pinza sencilla Nissin. En cuanto a suspensiones, tendremos una horquilla no regulable de 41mm y 90mm de recorrido en el eje delantero mientras que en el trasero será un monoamortiguador KYB de 73mm de recorrido (escondido, como si fuera una hardtail) el que se ocupe de hacer frente a las siempre presentes irregularidades de la carretera.

En el corazón del conjunto tenemos el ya conocido motor bicilíndrico paralelo de 1200cc pero configurado para entregar todavía más par y llegando ahora a los 106 Nm a 4.000 vueltas. Esta cifra, por cierto, supone una mejora del 42% respecto a la Speedmaster anterior y un 10% más que en la Bonneville T120, además colocar la cifra de potencia máxima en los 77 cv. Triumph habla de un motor lineal, suave y que agradece la conducción a bajas vueltas con un sonido ronco y, según sus propias palabras, “más rico”.

A pesar de su corte clásico, no se olvida de la tecnología. Llega con acelerador ride-by-wire, dos modos de conducción (Road y Rain), la última generación de ABS, control de tracción y control de crucero, además de un asistente para la maneta del embrague para evitar la fatiga al utilizarla.

De hacerte con una de ellas, debes saber que, como toda la gama Modern Classics, los intervalos de mantenimiento son de 16.000 km y la moto incorpora un inmovilizado en su llave.

Si el modelo estándar no te pareciera suficiente, Triumph ha creado dos kits de modificaciones: Highway y Maverick. El primero otorga un plus de comodidad a través de distintos extras como la pantalla adjustable, el respaldo para el pasajero o la rejilla portaequipajes. El segundo da un toque más minimalista protagonizado por unos escapes Vance & Hines.