Si hay un hombre asociado al campeonato mundial y a la historia de la categoría reina del motociclismo ese es sin duda Geoff Duke. Nacido un 29 de marzo del año 1923 en el condado británico de Lancashire fue uno de los grandes en la primera mitad de la década de los años 50 con un palmarés que despertó la envidia de muchos. Y es que, además de ser el primer campeón de los 500 centímetros cúbicos, Duke se llevó seis campeonatos mundiales (dos en 350 cc y cuatro en 500 cc), aparte de proclamarse vencedor en cinco ocasiones del TT Isla de Man.
Un piloto imparable
Sin duda, la década de los años 50 eran del dominio indiscutible de este piloto británico que apenas tenía rivales en el asfalto entre el resto de corredores. Así, tras ganar de la mano de Norton sus tres primeros campeonatos mundiales en los años 1951, en las modalidades de 350 cc y 500 cc, y 1952 en 350 centímetros cúbicos, Duke sorprende a todos al firmar por una marca extranjera.
Tras ese momento pasa a las filas del fabricante italiano Gilera con el que volvió a ser el dueño y señor del campeonato mundial en el año 1953. Pero, ahí no quedan las alegrías en este sentido ya que este mismo título se lo llevaría, sin apenas despeinarse, en los dos siguientes años. Se demostraba así el buen hacer del que fue el primer gran campeón del Mundial de Velocidad cuya figura y hazaña representaba a la nueva generación que se inició en el mundo de la dos ruedas y las motos tras la finalización de la contienda bélica de la II Guerra Mundial.
Un boicot que le pasó factura
Pero la figura sobresaliente y la valentía de Geoff Duke no solo se quedaron a lomos de una motocicleta cuando estaba inmerso en plena competición por ser el primero de la carrera. Fuera de esta, el británico participó en otras acciones como el apoyo que hizo al boicot de los pilotos privados de la modalidad de 350 centímetros cúbicos en el Gran Premio de Holanda. Una especie de huelga puesta en marcha por estos deportistas profesionales ya que consideraban que la dotación de primas que ofrecía el organizador no era del todo suficiente a su juicio.
Algo que no gustó del todo a los responsables de la Federación Internacional de Motociclismo que decidió aplicar mano dura a todos los que habían apoyado esta queja. Así es como impuso sanciones a 17 pilotos, cuatro de los cuales fueron suspendidos durante cuatro meses y el resto (entre los que se encontraba el propio Geoff Duke) incluso sufrieron medio año de suspensión. Este parón tan importante en su carrera supuso un antes y un después para el británico ya que hizo que se perdiera dos tercios de las carreras que tendría que haber disfrutado en la temporada de 1956.
Ya nada volvió a ser lo mismo entonces. Un año más tarde el piloto protagonista de estas líneas sufrió una lesión que de nuevo hizo que todo se parase y se quedase sin opciones para llevarse a casa ningún título. Al final de ese mismo año, su marca anunciaba su retirada de las carreras: unas carreras a las que se acercó desde el otro lado cuando en 1963 montó su propio equipo recuperando las viejas Gilera 500 con las que él había corrido. Desde ese día, poco más se supo de la vida de Duke hasta el 1 de mayo de 2015 cuando falleció a la edad de 92 años.