1. Aislado
Comenzad poniendo un tapón al silencioso que evite la entrada de agua en su interior. Ese líquido acumulado deriva en deterioro de la fibra y puede provocar la oxidación, en función del material metálico del que está hecho.
2. Sesgado
No apuntad de forma directa con la lanza de la máquina a presión sobre las piezas que tienen rodamientos (ruedas, tija…). La fuerte presión del agua puede dañar tanto los propios cojinetes como sus protecciones. Mejor de lado y, si podéis, con menos presión.
3. Práctica
Una espátula ayuda a eliminar el barro de forma más cómoda. Sobre todo si es arcilloso/pegajoso, algo impermeable al agua y hasta con la máquina cuesta sacarlo. Las hay plásticas de las marcas de accesorios pero también valen las de madera que se usan para cocinar.
4. Cepillo
Las partes metálicas y más duras, que resisten los arañazos, limpiadlas con un cepillo. Tanto de los específicos de lavado o bien uno de escoba que tengáis. Si le quitáis los pelos en una mitad, como en el usado en la foto, tenéis un cómodo mango.
5. Suavidad
Los plásticos y aquellos componentes más blandos de la moto mimadlos limpiándolos con una esponja, por supuesto empapada con agua y jabón. El estropajo olvidarlo por completo, con la única excepción de su posible uso en los discos de freno, por necesidad imperiosa, para sacar restos incrustados.
6. Ayuda técnica
Los productos limpiadores y desengrasantes ayudan mucho a limpiar, eliminando la suciedad más fuerte sobre todo la pegajosa grasa, y en las 2T el aceite del escape. ¡Ojo!, antes de aplicarlos haced pruebas en alguna zona poco visible, porque algunos son muy corrosivos y atacan el material. Aclarad siempre rápido.
7. Jamás lo hagáis
Ni se os ocurra cometer el delito que veis en la foto, el de echar agua directamente sobre el filtro y la caja. Esa agua entrará al motor y, lo que es peor, acompañada de suciedad, como barro, que destrozará la mecánica por dentro. Usad alguna de las tapas de plástico que se venden, específicas para cada modelo, para cubrir la toma de admisión.
8. Elevada
Recomendable que coloquéis la moto sobre un caballete. Tanto porque así está más segura, y evitáis que se caiga –a veces, la fuerza del agua a presión la tumba-, como porque os permite limpiar las ruedas, delantera y trasera, cómodamente al poderlas girar con la mano.
9. Más limpieza
Sí, también el «contact cleaner» -limpiador de contacto-, tiene utilidad en el lavado. Sobre todo si lo aplicáis antes de pasar el cepillo, pues este producto ayuda a eliminar la suciedad y es muy útil en discos de freno pues se evapora y no deja restos grasientos que pudieran mermar la frenada.
10. Con mimo
El secado es un apartado al que se le suele dar poca importancia. Sobre todo porque nuestra mente piensa que una moto de campo es dura y resiste bien la humedad. Cierto, pero si la secáis, mejor, pues alargaréis la vida de las piezas. Una bayeta siempre es bienvenida en el cuidado de la moto.
11. Fuera agua
Gran aliado en el secado encontraréis en la pistola de aire a presión que os ayudará a eliminar rápidamente el agua acumulada. Sobre todo en zonas donde no podéis secar con un trapo como los radiadores o espacios del motor. Un buen soplado, por toda la moto, eliminará casi toda el agua residual posada en la montura.
12. Brillante
La fachada de los plásticos la podéis renovar y abrillantar con spray/espuma de silicona específico para ello. ¡Ojo! dónde lo aplicáis pues la superficie tratada resbala mucho. Frotad con un trapo para sacar brillo reluciente. Además, una bonita presencia es indicativa de un usuario cuidadoso.
13. Protegida
Para prolongar la vida de las superficies metálicas, evitando su oxidación, además de mantenerlas brillante, rociad el motor con aceite multiusos tipo WD 40. Hacedlo, sobre todo, si vais a dejar la moto tiempo parada. El WD 40 también ayuda a limpiar el óxido, dejándolo actuar un rato y limpiándolo con un trapo. No olvidéis engrasar la cadena con el aceite apropiado.
14. CLAVES
Escoger bien la máquina de lavado a presión, tipo Kärcher, que se ajuste a vuestras necesidades y economía. Además de la potencia de la máquina importan detalles como si tiene depósito para jabón, ruedas, enrollador de manguera, diferentes puntas de lanza –proyectan el agua de forma distinta-… También cuenta el tamaño, sobre todo, si la vais a transportar a las carreras o la lleváis siempre en vuestra furgoneta.
Agua caliente. Hay máquinas de lavado que calientan el agua pero son de uso industrial, voluminosas y caras. Pero podéis tenerla si disponéis de la opción de conectar la manguera a un grifo de agua caliente de vuestra casa, finca, taller…
Guantes. No está de más proteger las manos con guantes de goma o de látex/plástico de cualquier tipo -gasolinera, farmacia, limpieza doméstica…-. Sobre todo si vais a emplear productos químicos que puedan atacar a la piel.
