Ya se han disputado tres de las siete pruebas previstas en este intenso tramo final del Supercross de Estados Unidos. Parece que fue ayer cuando se reanudó la competición, porque en realidad así ha sido: en siete días, se han disputado tres carreras. No obstante, pese a la intensidad y la reiteración, por ahora no se ha caído en la sensación de estar en el «día de la marmota».
Parece difícil sacar adelante la mitad de un campeonato en un solo emplazamiento y evitar que la competición caiga en la monotonía. Pero, por ahora, eso es justo lo que está pasando en la reanudación del Supercross de Estados Unidos en Salt Lake City.
Es cierto que la climatología ha tenido su protagonismo en la positiva variedad vista hasta ahora, tanto en las condiciones como en la acción dentro de la pista. En la primera cita, el 31 de mayo, la pista se mostraba muy dura, deslizante y polvorienta. Tres días después, el 10 de junio, el terreno presentaba un agarre bastante mejor, más típico del supercross, y cuatro jornadas más tarde, este domingo 7 de junio, se ha visto ¡una carrera en barro!
También se debe aplaudir a la organización por su buen trabajo. Hay que entender que se está compitiendo más tarde en el calendario, con unas temperaturas más elevadas de lo acostumbrado, lo que sin duda afecta al trabajo en la tierra del circuito. Además, la pista ha sido modificada considerablemente para cada una de las tres carreras, otorgando cierta personalidad a cada jornada de competición.
Por último, la organización también ha demostrado una gran capacidad de reacción e improvisación. Así se ha visto en esta tercera prueba, en la que la lluvia generó varios puntos peligrosos en el circuito. El agua estancada entre salto y salto derivó en la falta de solidez del terreno, que se hundía, generando un escalón entre la zona embarrada y las rampas de tierra seca y compactada, lo que ponía en aprieto el control de la moto al saltar. Por eso se optó por modificar ciertos obstáculos, alisándolos y uniendo unos con otros, con el fin de hacerlos más seguros pero al mismo tiempo mantener un adecuado nivel de exigencia y posibilidades de competición.
Supercross 450. Salt Lake City 3
Eli Tomac (Kawasaki) y Cooper Webb (KTM) han sido los claros protagonistas de la velada, en la que han completado seguramente la mejor carrera de la temporada 2020. Basta decir que ambos se disputaron la victoria hasta la última curva y que su ritmo fue tan superior al de sus rivales que le metieron 40 segundos al tercer clasificado y que ¡llegaron a doblar hasta la cuarta posición!
La final comenzaba de forma similar a la carrera del miércoles previo, con Zach Osborne (Husqvarna) liderando por delante de Webb, Tomac, Jason Anderson (Husqvarna) y Ken Roczen (Honda). Pese a los trabajos en la pista, el ritmo inicial era lento, pues los pilotos afrontaban los saltos de dos en dos, al tener dificultades para encadenar algún que otro triple. Esta vez, Webb no perdió tanto tiempo como en la carrera anterior, superando rápidamente a Osborne para buscar la escapada. Tomac siguió los pasos del de KTM e incluso le arrebató el liderato antes de mitad de manga.
El camino del de Kawasaki parecía despejado hacia una nueva victoria, aunque justo entonces entraron en acción los doblados y, también, el impresionante espíritu combatido de Cooper Webb. Ambos empezaron a doblar rivales en la quinta vuelta y, como antes apuntamos, al cruzar la meta habían adelantado dos veces a todos los piloto excepto al tercer clasificado. Teniendo en cuenta que a este le sacaron 40 segundos, en un circuito de 52 segundos por vuelta, con dos giros más posiblemente los hubieran doblado a todos...
El 3 y 1 doblaban a sus rivales como si fueran pilotos «amateur», pero jugando éstos un papel determinante al ralentizar unas veces a uno y otras veces al otro. Tomac y Webb intercambiaron posiciones un par de ocasiones, respondiendo siempre con un ritmo cada vez superior. Eli se sacó de la manga varios combos 2-3-3-3 en las zonas de saltos enlazados, mientras que Cooper era el único capaz de tirar el más grande de los triples trazando la curva previa por el interior. Dos maniobras que ambos realizaron únicamente en las últimas vueltas de la final, sin haberlas practicado antes en toda la jornada, lo que demuestra la mayúscula habilidad y determinación de ambos pilotos.
Cooper Webb lo intentó hasta la última curva de la carrera, pero Eli Tomac fue capaz de aguantar los ataques de su rival para llevarse el séptimo triunfo del año, que además marca el 34º de su carrera, con lo que iguala a Ryan Dungey en el sexto puesto del ranking histórico. Más aún, el de Kawasaki ha aumentado su ventaja en el liderato hasta los 26 puntos, lo que supone una renta de «una carrera completa», a falta de cuatro carreras para concluir el campeonato.
Por su parte, Cooper Webb debía conformarse con la segunda posición, aunque demostrando una vez más su impresionante capacidad para adaptar su velocidad a las exigencias de su rival y un espíritu combativo propio de los grandes campeones. El de KTM ve cada vez más lejos las opciones al título, aunque a cambio ya se ha situado a tan solo 6 puntos del subcampeonato. La tercera posición en Salt Lake City 3 era para Jason Anderson, tras rodar siempre en solitario, para conseguir su cuarto cajón de la temporada y acercarse con ello a la lucha por la cuarta posición en la tabla.
No ha sido esta una buena carrera para Ken Roczen, sino más bien todo lo contrario ya que, pese a arrancar en cuarta posición, apenas pasaron unas vueltas hasta hundirse en la clasificación para cruzar la meta en una decepcionante décima plaza y tras ser doblado en dos ocasiones. El de Honda ha vuelto a evidenciar el mismo bajón físico que apuntamos en el análisis de la segunda cita en Salt Lake, que el propio piloto alemán explicaba días después en sus redes sociales.
Según Roczen, sufre problemas respiratorios aunque en principio no relacionados con la altitud de la ciudad de Utah. El alemán apunta que estuvo enfermo en noviembre y diciembre, arrastrando unas consecuencias respiratorias de las que no ha podido recuperarse plenamente y que ahora han aflorado con mayor intensidad en forma de asma. Ken no aclara si está relacionado con los problemas de salud que también sufrió el año pasado, cuando también perdía energía en la segunda mitad de las mangas, pero está claro que su nivel físico nunca ha vuelto a ser el mismo desde las graves lesiones sufridas en los brazos en 2017 y 2018. En realidad, más que un ejemplo de debilidad, esta situación también viene a señalar su admirable capacidad de recuperación e indudable talento, pues no hay muchos que sean capaces de luchar por el título de supercross pese a no estar en plenas facultades físicas.
Supercross 250 Este. Salt Lake City 3
La clase de 250 Costa Este también ha brindado grandes dosis de emoción. La jornada pintaba perfecta para Shane McElrath, ganador de las dos carreras previas en Salt Lake, y que esta vez se veía liderando la final en las primera vueltas mientras su rival, Chase Sexton, circulaba en medio del pelotón por culpa de una caída.
La situación dio un vuelco de 180 grados cuando la fuerte caída de Garrett Marchbanks obligó a la organización a sacar la bandera roja y anular la carrera provisionalmente. Debido a que solo había pasado una vuelta y media, la carrera tendría que iniciarse desde la salida como si nada hubiera pasado, como indica el reglamente.
En la reanudación, McElrath volvía a situarse al frente desde la primera curva, pero esta vez con Sexton a su espalda sin sufrir los contratiempos de la salida anterior. El de Honda presionó a su rival hasta que el de Yamaha sufrió una pequeña caída al ser obstaculizado por un doblado. Sexton no desaprovechó la ocasión se llevó un valioso triunfo, justo cuando parecía sumido en plena racha negativa, y que le sitúa de nuevo como líder en solitario –llegaban a esta carrera empatados-, aunque con solo tres puntos de ventaja sobre McElrath.
Los pilotos de la Costa Este de 250 tendrán ahora un descanso de tres carreras, ya que desde este miércoles entran en acción los de la Costa Oeste, con Dylan Ferrandis, Justin Cooper y Austin Forkner jugándose el título. Aunque, bueno, el descanso será más bien breves, pues ya sabéis que en el «seven tour» del AMA Supercross en Salt Lake City tres carreras pasan en nada más que siete días…