Yamaha WR 250R

Prueba a fondo de la nueva Yamaha de enduro 4T. Llega el buen tiempo y las terrazas de los bares invaden nuestras aceras. La primavera despierta nuestros sentidos más primitivos y nos anima a salir de nuestra «hibernación». Emotivos momentos en los que apetece montar en moto y disfrutar de la efervescente estación. Sí, no lo dudéis, la WR 250R es la moto para evadirnos.

Texto: Mattias Nilsson/ Llurba / Fotos: Lluis Llurba

Yamaha WR 250R
Yamaha WR 250R

Yamaha ha dado de lleno al ampliar su extenso abanico de modelos «off-road» con la WR 250R. Su afán de liderazgo le ha llevado de nuevo a revolucionar todo su departamento de desarrollo e investigación para crear una moto destinada al regocijo de nuestros menesteres. La directiva de la firma de los diapasones, consciente de la potencial demanda de máquinas de enduro de 250 4T, ha remodelado por completo su más popular modelo de enduro, la WR 250F, y ha dado la orden de domesticarla haciéndola más llevadera y polivalente. Ahora sí que nos atreveríamos a decir que la versión «R» es un todoterreno apto incluso para el más negado.

Sus nuevas características nos proporcionarán un sinfín de posibilidades: desde circular por caminos, senderos o incluso trialeras, donde realmente será su verdadero hábitat -aunque no con la misma eficacia que la versión WRF-, hasta por las ciudades más transitadas y vías interurbanas con una comodidad que cuesta imaginar si todavía no has montado en ella.

Sin duda, Yamaha ha ensamblado una máquina que, por sus cualidades y especificaciones técnicas, captará la atención de todos esos extraños a la especialidad con suma facilidad. Usuarios que ven la posibilidad de probar por primera vez los caminos inescrutables del Enduro con la garantía de que si no les gusta o al final no encuentran el tiempo necesario para practicarlo, podrán darle un uso alternativo como ir al trabajo, al cine, de compras…

Nuevas directrices
Si de algo puede estar orgullosa la gente de Yamaha es del trabajo realizado en el propulsor de la WR 250R. Éste es bien diferente al de la versión «F» que tantos éxitos ha logrado en el Mundial de Enduro. Para empezar, se ha buscado un comportamiento más «light» y, para lograrlo, han empezado sustituyendo el tradicional carburador por la inyección electrónica –es la primera vez que Yamaha utiliza este sistema de alimentación en un modelo de campo-. Con ello, se ha ganado una respuesta más suave, progresiva y con un consumo más contenido, además de que se adapta muchísimo más al uso al que va dirigido. Y es que su motor, aún no alcanzado las mismas prestaciones que el de su hermana, cuenta con la última tecnología del mercado.

Innovadoras soluciones como el nuevo sistema de engrase que incluye todo el aceite lubricante en un cárter de aceite situado debajo del motor, por lo que no es necesario un depósito de aceite externo ni, por tanto, tubos de engrase externos. También ofrece bobinas de encendido directo, siendo la primera vez que se incorpora este avanzado sistema en una máquina «off-road» de Yamaha. Este método compacto incluye un sobrealimentador en el capuchón de la bujía y elimina la necesidad de una bobina de encendido montada en el bastidor, a la vez que reduce el peso y libera espacio sobre el motor.

Se le ha añadido una velocidad más a la caja de cambios para optimizar las características del nuevo propulsor. Las relaciones se han seleccionado cuidadosamente para ofrecer una repuesta lo más equilibrada posible, independientemente del terreno por el que circulemos. No tenemos que olvidar que, en busca de la máxima polivalencia, se han aplicado aspectos que en el Enduro, puro y duro, serían más bien irrelevantes; pero que en este modelo sugieren grandes ventajas. ¿Un ejemplo? Una llave de contacto como cualquier moto de ciudad…

Tampoco han descuidado la parte ciclo, donde se le ha acoplado un bastidor totalmente nuevo e inédito respecto a los que montan los modelos «off-road» de la firma. Éste, inspirado claramente a a la YZF de cross, es un semidoble cuna de tres secciones -consta de una división principal forjada en aluminio unida a un tubo de acero y a un bastidor auxiliar del mismo material-. Una excelente combinación asegurando un equilibrio perfecto entre fuerza y rigidez para obtener una maniobrabilidad ligera, rápida y ágil.

El placer de conducir
Tras probarla, no hemos podido encontrar ningún elemento que marchite su comportamiento para que nos ensañemos con él. Todo ha sido tratado con sumo cuidado y se nota que los ingenieros se han tomado su tiempo para que nada desentone.

El motor, sin ir más lejos, es una verdadera delicia. Puede que no cuente de unos bajos envidiables, pero nos garantiza unas excelentes prestaciones una vez alcanzadas y superadas las 4.500 rpm. La verdad es que su funcionamiento es muy noble tanto si circulamos por asfalto como por tierra. Su rendimiento no es equiparable a las motos de enduro de primer orden, pero eso beneficia a todos aquellos que queremos tener siempre el control cuando en realidad nuestro nivel es más bien insuficiente.

Por otro lado, y gracias a la inyección electrónica, la WR 250R estira muchísimo la sexta velocidad mostrando una suavidad diga de una moto de carretera, por lo que nos permite una aceptable velocidad punta para aventurarnos por el extrarradio de nuestra ciudad. Además, incorpora elementos, como el velocímetro LCD, que contribuyen a civilizarla aún más. El diseño de la instrumentación ofrece buenos niveles de visibilidad. El modo básico incluye velocímetro, reloj y cuentakilómetros, mientras que el modo de medición contiene cronómetro y cuentakilómetros parcial.

Las suspensiones son comodísimas. Tanto la horquilla como el amortiguador trasero tienen un tarado más bien blando, pero no creemos que eso sea un problema o inconveniente para los potenciales compradores de este modelo. Cuando nos referimos a un tarado blando –no llegamos hacer topes-, es únicamente cuando le damos un uso agresivo, bajo unas condiciones extremas y con un piloto de demostrada experiencia. Para todos los demás son, simplemente, ideales. ¿Los frenos? A la altura de lo esperado. Un mordiente efectivo, eficaz y de excelente tacto para ambos trenes y con disco floreados que ayudan a reducir peso a la vez que facilita la limpieza de cualquier resto en las pastillas de freno.

Finalmente, señalar que los diseñadores de Yamaha han centrado todos sus esfuerzos en garantizar el menos peso posible, una buena concentración de masa y, ante todo, una sobresaliente relación entre manillar, asiento y estribera para lograr una posición de conducción vertical cómoda y efectiva que permita al piloto sentirse integrado con una posición relajada.