Adiós a ‘Nobby’ Clark, el mecánico de oro

Sumó 17 títulos mundiales con mitos como Mike Hailwood, Giacomo Agostini o Kenny Roberts.

Nacho González

Adiós a ‘Nobby’ Clark, el mecánico de oro
Adiós a ‘Nobby’ Clark, el mecánico de oro

Nació como Derek Clark pero todo el mundo le conocía como ‘Nobby’. Natural de Rhodesia (actual Zimbabue), dio el salto a Europa en 1958 junto a su compatriota y amigo Gary Hocking, que se le llevó para preparle la Norton, convencido de que podía ser campeón. Cuando Hocking fichó por MV Agusta, invitó a Clark a unirse a él; logrando en 1961 los títulos de 500cc y 350cc.

Cuando llegó, los mecánicos de MV Agusta recelaban de él. Era extranjero y no hablaba su idioma, pero poco a poco se fue ganando a todos los que le rodeaban. Cuando Hocking se fue a la Fórmula 1, Nobby decidió irse a Honda junto al otro gran rhodesiano: Jim Redman.

Lo de irse a Honda fue literal: se fue a Japón con ellos y aprendió el idioma y la cultura. En Honda trabajó con Redman, con el suizo Luigi Taveri, con el norirlandés Ralph Bryans y con el británico Mike Hailwood… pero Honda se fue del Mundial, y Clark se fue a trabajar con Bill Ivy y después con Kel Carruthers. Su buen hacer le valió ser contratado directamente por Yamaha.

Allí empezó con Rodney Gould, pero llegó a trabajar para Barry Sheene en su paso por la marca de los diapasones. Después de eso estuvo con Hideo Kanaya, pero a la vez echaba una mano a Jarno Saarinen, que hacía de su propio mecánico.

Durante su periplo en la marca también estuvo junto a Kent Andersson e incluso con el mítico Giacomo Agostini en el primer título de 500cc para la marca en 1974; pero sin duda sus mayores éxitos en la categoría reina llegarían a finales de esa década, cuando estuvo junto a Kenny Roberts en sus tres títulos consecutivos.

Tras acompañar a ‘King’ Kenny, Clark estuvo en Cagiva junto a Marco Lucchinelli e incluso tuvo un breve retorno a Honda junto a Randy Mamola. Fue su última experiencia como mecánico, dejando atrás una de las carreras más exitosas que recuerda el Mundial.

Tres décadas después, nos ha dejado a los 81 años en una cama de hospital, pero su recuerdo permanece imborrable en la historia del motociclismo. Más que su palmarés, los nombres con los que trabajó durante su carrera dan buena cuenta de que Nobby siempre fue un mecánico de oro.