Johann Zarco y el cambio de sentido de Yamaha

La decisión tomada por el piloto francés zanja el debate que marcó el año pasado.

Nacho González

Johann Zarco y el cambio de sentido de Yamaha
Johann Zarco y el cambio de sentido de Yamaha

Hace un año, Johann Zarco era un recién llegado a MotoGP. Con dos títulos de Moto2 bajo el brazo, pero un recién llegado. Además, de 26 años. Una edad magnífica para plantarse en 500cc hace no tantas décadas, pero demasiado en un panorama donde la precocidad siempre es asociada a la virtud y, de forma indirecta, con la premura a la hora de quemar etapas.

Ahora, Zarco es uno de los pilotos más buscados de MotoGP. En primer lugar, por los equipos. KTM ya ha manifestado su deseo de ficharle para 2019, y seguro que no es la única marca que le tiene en agenda. Aunque también muchos coinciden en que su decisión dependerá de la de Valentino Rossi, lo cual tiene mucho sentido.

Pero 2019 todavía queda muy lejos. A un título de MotoGP de distancia, nada menos. Por mucho que las marcas y los equipos ya estén peinando el mercado para anticiparse a sus rivales y cerrar cuanto antes la continuidad de sus estructuras, hay 19 grandes premios por delante y sólo 48 horas más de test para dejar las motos a punto.

Y ahí, de nuevo, entra en escena Johann Zarco. Mientras el box del Movistar Yamaha se llena de titubeos –Rossi acabó el segundo día encantado y el tercer día preocupado-; en el del Monster Yamaha Tech 3, su único piloto confirmado (todavía no han encontrado segundo piloto tras la renuncia de Jonas Folger) tomaba una importante decisión que marcará el devenir de sus próximos nueve meses.

Zarco reconocía que, pese a lo que dijo en los test de noviembre en Valencia, en los entrenamientos de Sepang había optado por volver al chasis de 2016. Concretamente, el que piloto Jorge Lorenzo en su último año en Yamaha. Una decisión que, aunque en diferido, parecer dar y quitar razones en muchos debates surgidos a lo largo de la temporada pasada.

La primera conclusión evidente es que el chasis 2017 no funcionó según lo esperado. No es nada nuevo: tanto Valentino Rossi como Maverick Viñales lo señalaron en distintos puntos del curso pasado, pero todavía resonaban voces críticas. Y cuando Zarco dijo en Valencia que a él le gustaba más que el 2016, muchos se llevaron las manos a la cabeza.

Ahora el francés, con más kilómetros sobre la M1 y más información, ha acabado por coincidir con el veredicto de los oficiales. Y eso es muy positivo para todos en Yamaha: por un lado, porque zanja un debate que por momentos desvió la atención sobre el foco del problema. Por el otro, porque siempre es más fácil avanzar cuando todas las ruedas giran en la misma dirección.

No pasa nada por volver atrás. MotoGP es como una autopista. Si te equivocas en una salida, puedes hacer un cambio de sentido, volver al punto en el que estabas y rectificar. Pero para ello hay que saber dónde te has equivocado, lo cual es difícil cuando quienes deben señalar el rumbo no coinciden. Por fin, en Yamaha se han puesto de acuerdo en qué funciona y qué no. Ahora ya sólo es cuestión de volver atrás y avanzar desde ahí.