El Losail International Circuit no es, ni mucho menos, el más propicio para Honda. Minimiza las virtudes de la RC213V y expone como casi ningún otro sus defectos. Por eso, la cuarta posición cosechada en el Gran Premio de Qatar por Marc Márquez no parece algo preocupante.
Sobre todo, teniendo en cuenta lo visto en 2016, donde Márquez finalizó tercero en la cita inaugural para después encadenar dos victorias en terrenos mucho más halagüeños para su máquina y para él: el trazado argentino de Termas de Río Hondo y, sobre todo, el Circuito de las Américas de Austin, donde es el auténtico Sheriff.
Es por eso que Márquez, que vive su décima temporada en el Mundial (quinta en MotoGP) se muestra tranquilo y confiado en sus posibilidades de título. Sin embargo, hay un apunte que no juega en su favor, y es que en todas las temporadas anteriores, el desenlace de la misma ha ido directamente ligado a su actuación en Qatar.
Dado que en 2007, su año de debut, no pudo comenzar el año hasta la tercera cita en Portugal por una cuestión de edad, su primer contacto con Losail fue 2008, donde no pudo acabar la carrera, como también le pasaría dos años después, ya en Moto2. Antes, en 2010, finalizó tercero a 25 milésimas de Efrén Vázquez, con Nico Terol ganando en solitario.
La primera de sus dos victorias en el desierto llegó en 2012, el año de su título de Moto2. La segunda dos años más tarde, en aquel mágico 2014 que comenzó encadenando diez victorias. Un año antes, se había estrenado en la categoría reina con un tercer puesto, el mismo que logró el pasado 2016, retornando al podio tras su error del año anterior, donde se fue largo en la primera curva y sólo pudo remontar hasta el quinto puesto.
¿Y esto qué significa? Así, en abstracto, nada. Pero si se miran sus resultados en Qatar y se cotejan con su resultado a final de temporada, se atisba un patrón matemático: Marc Márquez ha subido en cinco ocasiones al podio de Losail… precisamente los cinco años en los se acabó proclamando campeón del mundo.
Y viceversa, lógicamente: aquellas temporadas que empezó fuera del cajón, se quedó sin título. Una especie de gafe que esta temporada tendrá que superar si quiere conquistar su sexto título mundial.
Eso sí, en honor a la verdad, la cuarta posición de este 2017 es algo inédito. Es decir, cuando ha sido tercero o mejor, siempre ha sido campeón. Cuando ha sido quinto o peor, nunca lo ha sido. El cuarto puesto es, de momento, un limbo hasta ahora desconocido.