Casey Stoner: pasiones, sentimientos y emociones

Lo más duro no es la fatiga crónica, es no poder ser partícipe de todo lo que generó en MotoGP.

Casey Stoner logró en 2007 el único título de Ducati en MotoGP (Fotos: Gold & Goose).
Casey Stoner logró en 2007 el único título de Ducati en MotoGP (Fotos: Gold & Goose).

Casey Stoner tiene 34 años, hace ya más de siete que disputó su última carrera de MotoGP y, pese a que el recuerdo de su inmenso talento sigue muy fresco en la memoria colectiva del paddock mundialista, la esperanza de su soñado retorno se ha ido evaporando con el paso de las temporadas hasta acabar esfumándose por completo.

Sobre todo después de la durísima intervención del australiano en el podcast Rusty’s Garage, donde reveló que sigue luchando contra la fatiga crónica hasta el punto de no poder pilotar por gusto, y que cuando lo hace le cuesta tener que pasarse una semana en el sofá, revelando que incluso sufre para jugar a un deporte como el golf, añadiendo una confesión que resulta todavía más brutal:

No tengo ningún primer recuerdo de estar en una moto. Todo viene de lo que veo en las fotos. No recuerdo una pasión, un sentimiento o una emoción", afirmó el bicampeón mundial en el programa radiofónico de su compatriota Greg Rust, tal y como recoge la web de [MotoGP](https://www.motogp.com/es/in the media/2019/12/04/casey-stoner-revela-sus-batallas-con-la-salud/321489).

Que uno de los pilotos más talentosos de la historia no pueda ni pilotar por placer a una edad a la que por lo general se puede seguir compitiendo a un muy alto nivel –como demuestra el que fuera su gran rival, Valentino Rossi- es una noticia dolorosa para cualquier aficionado al motociclismo. Que para colmo no sea capaz de recordar lo que competir en moto le hacía sentir es una daga clavada directamente al corazón del paddock.

Por suerte, el paddock sí recuerda perfectamente las pasiones que levantaba Stoner con su peculiar pilotaje, los sentimientos al verle acelerar al salir de las curvas y las emociones que provocó en Ducati cuando consiguió llevarles a la cima del mundo por encima de las grandes fábricas japonesas.

Casey Stoner: pasiones, sentimientos y emociones

Casey Stoner llevó a lo más alto a Ducati.

Precisamente por eso, por lo vivo del recuerdo dejado en la afición, duele tanto que al propio Stoner no le quede más memoria de lo que fue que aquella que encuentra en los números y las fotos, porque los fríos números jamás podrán hacer justicia al calor de la afición reunida en torno a un circuito; y las fotos, pese a su belleza y espectacularidad, apenas pueden captar una fracción de un deporte que es movimiento por definición.

Quizás los vídeos sean lo que más pueda acercar a Stoner a recordar quién fue, pero siempre serán un recuerdo externo de algo que él sintió en primera persona. Nada que ver, por supuesto. Él decidió dejar de ser protagonista para pasar a ser, como mucho, espectador; pero lo que él jamás decidió fue tener que pasar a ser espectador incluso de aquellos recuerdos en los que él es el protagonista.

Qué distinto –y cuán incomparable- resulta el caso de Stoner si se compara con el de otros ex pilotos con problemas físicos. Recientemente se ha podido ver a Takuma Aoki volviendo a subirse a una moto después de 21 años y, casi de inmediato, a Wayne Rainey haciendo lo mismo transcurridos 26 años de su grave accidente en Misano.

Son dos de tantos ejemplos de pilotos que se vieron obligados a una retirada forzosa de la forma más cruel, y que más de dos décadas después conservan intactos los recuerdos de sus logros y, por encima de todo, las pasiones, los sentimientos y las emociones de lo que supone ir al límite sobre las mejores motos de competición del mundo.

Casey Stoner: pasiones, sentimientos y emociones

Casey Stoner dijo adiós en 2012.

Cuando Stoner decidió irse voluntariamente, la decepción de no tenerle en parrilla se mitigaba con el consuelo de saber que había sido una decisión meditada y en pos de su felicidad. Qué poco tiempo ha pasado y cómo ha desparecido ese consuelo.

Qué atrás quedan ya los rumores sobre sus posibles retornos, que incluso él llegó a alimentar (en 2015 llegó a comentar que le hubiese gustado reemplazar a Dani Pedrosa a principio de curso), y tras la última confesión sobre su fatiga crónica, ya solamente quedan la rabia y la tristeza de ver derrotado por la vida a quien siempre fue un ganador. Un ganador que se fue de MotoGP porque había dejado de disfrutar de las carreras y quería empezar a disfrutar de la vida, de su familia y de sus hobbies.

Hace ya una década que sufrió aquellos problemas de fatiga, los solucionó y dos años después conseguía su segundo título mundial de MotoGP. Ahora tiene que encontrar la forma de volver a solucionarlos para ir a por su tercer título: disfrutar de su familia y reencontrarse en su vida, dónde y cómo sea, con las pasiones, los sentimientos y las emociones que el nombre de Casey Stoner sigue evocando en la memoria colectiva de la afición motera.