Se antojaba Jerez como escenario ideal para celebrar la victoria número 700 de España en el Mundial. La Catedral del motociclismo se había engalanado aprovechando el puente y el bingo se cantó rápido: a media mañana del domingo, una hora más tarde de lo habitual, Iván Ortolá aprovechaba la inercia traída de Austin para hacerse con su segunda victoria consecutiva.
El valenciano batió al jovencísimo David Alonso, que puso la bandera colombiana en el podio mundialista por primera vez en toda la historia, con Jaume Masià completando un triplete de pilotos nacidos en España y Dani Holgado más líder. Se relamía la afición local ante la posibilidad de ver algo similar en Moto2, con Pedro Acosta favorito y Alonso López como alternativa.

El madrileño se coló en el cajón y el murciano, coreado de forma unánime por la grada, se aupó al liderato… pero no pudo con Sam Lowes. El británico tuvo uno de esos días en los que parece el piloto perfecto y se embolsó su décima victoria en la categoría intermedia tras más de año y medio sin hacer sonar el ‘God save the King’.
Más complicada pintaba la cosa para los locales en MotoGP, donde la esperanza estaba puesta en un Jorge Martín que no pudo pasar de la cuarta posición pese a verse cerca de un Jack Miller que repitió el tercer puesto logrado en el Sprint, donde un fallo en la última vuelta le hizo perder el segundo puesto cuando KTM ya celebraba el 1-2.

Un Sprint ganado por Brad Binder ante un Pecco Bagnaia que se cobró la revancha el domingo en la carrera larga para volver a lo más alto del podio y recuperar el liderato de la clasificación general. Una victoria balsámica y necesaria para el vigente campeón, que se reafirma como favorito a revalidar su título mundial. Pese a eso, no fue el protagonista del día.
Tampoco lo fueron los pilotos titulares de KTM, que completaron su segundo mejor domingo (tras Estiria 2020) y el mejor fin de semana de su historia en MotoGP. El protagonista del GP era otro y todos lo sabían: Binder se deshizo en elogios hacia él y Miller lo escenificó a la perfección cuando le aupó cual Rafiki a Simba.

El hombre del fin de semana fue, de forma totalmente indiscutible, Don Daniel Pedrosa Ramal. Ni la ausencia de Marc Márquez ni la presencia de Valentino Rossi hicieron sombra al 26, que terminó sexto el sábado y séptimo el domingo después de haber liderado el viernes. Unos resultados impresionantes para alguien que lleva casi un lustro sin ritmo de competición.
No obstante, los resultados fueron secundarios. Las victorias de Ortolá, Lowes, Binder y Bagnaia son anecdóticas en comparación al mayor triunfo que puede conocer un piloto: ganarse el respeto y el cariño de la afición que, al unísono, coreaba su nombre. Durante unas horas, y con el tácito permiso del eterno Maestro Ángel Nieto, el trazado andaluz se convirtió en el Circuito de Jerez – Dani Pedrosa.