El 11 de agosto de 1999 tuvo lugar el último eclipse solar total hasta la fecha en España. Es un fenómeno por el cual el sol se oculta tras la luna, dejando al astro central del sistema solar en una total penumbra a pleno día. Para ver el siguiente, habrá que esperar hasta el 12 de agosto de 2026. Es algo que sucede tan pocas veces que la fecha de cada uno queda para la historia.
En el sistema solar de MotoGP, el 26 de julio de 2020 será recordado como el primer eclipse solar total de Marc Márquez. Desde su llegada a la categoría reina en 2013, había participado en las 128 carreras disputadas… hasta el Gran Premio de Andalucía de 2020.
No es la primera vez que se pierde una carrera: ya se tuvo que perder su debut en 125cc en 2008 -también en Jerez-, un año en el que tampoco pudo estar en Malasia ni Valencia; precisamente las dos citas que también se perdió tres años más tarde en Moto2 con la extraña lesión ocular que le costó el que hubiese sido su segundo título mundial, que fue a parar a manos de Stefan Bradl.
Sin embargo, en aquellas ausencias todavía no era el astro principal de MotoGP. La caída protagonizada en el mismo escenario una semana atrás le provocó una fractura de húmero y, pese a que lo hizo todo para intentar volver –llegando a dar unas cuantas vueltas durante el sábado-, finalmente tuvo que claudicar y dejar la gesta inacabada.
El 93 quedará en penumbra y, sin el sol, los demás planetas podrán modificar su comportamiento. Acostumbrados a orbitar en torno al de Cervera, siempre candidato y casi siempre favorito, los Fabio Quartararo, Maverick Viñales y compañía tendrán todo el protagonismo para ellos. Por un día, MotoGP no girará en torno a Márquez, como sucede desde hace años.
Será una sensación extraña, porque con los años Márquez se ha convertido en el gran reclamo del campeonato; pero a la vez permitirá recordar que el motociclismo siempre ha estado por encima de cualquier piloto y que MotoGP es un sistema que se corrige a sí mismo y cuya belleza reside en su propia esencia.
Servirá para comprobar cuán profundo es el drama de Honda en general y del Repsol Honda en particular ante la ausencia de su número uno. Tras años viviendo la cara dulce de encomendar su suerte al acierto del campeón, en este 2020 la moneda les está enseñando la cruz de esa dependencia.
Servirá, sobre todo, para ver cómo se interrelacionan las demás fuerzas planetarias ante un eclipse solar total. La presencia habitual de Márquez les condiciona para bien y para mal: la mayoría de las veces necesitan esperar su fallo para optar a ganar, pero al mismo tiempo les resta toneladas de presión.
Ahora, con el sol sin más brillo que el de su ausencia, todos los focos rebotarán en sus respectivas superficies: la luz se repartirá de un modo mucho más uniforme por el universo de la categoría reina del motociclismo de velocidad.
Como todo eclipse, será finito. 40 minutos de carrera convertidos en unas cuantas líneas en los libros de historia. Dentro de dos semanas, en Brno, el eclipse ya será cosa del pasado y todo el sistema solar de MotoGP volverá a orbitar en torno a Márquez. Pero eso será cosa del futuro: el presente es el GP de Andalucía, y es de todos los demás pilotos de la categoría, que no es poco.