La KTM RC16 Factory de Pol Espargaró y Brad Binder para MotoGP 2020

Las motos del Red Bull KTM Factory Racing continúan con su habitual diseño para este curso.

La KTM RC16 Factory de Pol Espargaró y Brad Binder para MotoGP 2020
La KTM RC16 Factory de Pol Espargaró y Brad Binder para MotoGP 2020

La presentación completamente digital de la nueva KTM RC16 consistió en un vídeo de una hora de duración donde los diferentes componentes de la estructura y los cuatro pilotos de MotoGP 2020 hablaron largo y tendido sobre diversas materias.

En el caso del Red Bull KTM Factory Racing, la decoración no cambia y mantiene la simbiosis entre el naranja de KTM y el azul de Red Bull. Sin embargo, lo importante es lo que está debajo de la decoración, y lo que hay es una nueva moto en la que tanto Pol Espargaró como Brad Binder han depositado enormes esperanzas.

POL ESPARGARÓ, ACARICIANDO LA GLORIA

El jefe de filas de KTM comenzaba explicando qué supone para él dedicarse a correr en moto: “La competición para mí lo es todo, es mi vida. Yo compito comiendo, compito entrenando, compito cuando estoy trabajando, compito todo el día. Me rodeo normalmente de gente mejor que yo para intentar mejorar, para intentar ganarles, la comparación es siempre necesaria y la competición es parte de mi ADN. Yo si no compito no soy feliz, es mi trabajo pero también mi modo de vida", asegura Pol Espargaró, que explica qué se necesita para estar en MotoGP:

Te vuelves un piloto profesional de MotoGP con muchísimo esfuerzo y muchísimo sacrificio. Sobre todo el sacrificio y el esfuerzo que la gente no ve: las lesiones, las operaciones, los momentos de bajón, cuando te crees inferior que otro y estás compitiendo y tienes que ganarle", relata el de Granollers, que considera que la gestión de los fracasos es primordial para evolucionar:

Al principio son duros de afrontar, un fracaso siempre es un fracaso, y realmente no estás preparado para fracasar, no nos preparamos para fracasar. Pero es lo que constantemente hacemos, y eso es al final lo que nos hace crecer, lo que nos hace mejorar, luego los momentos de gloria son muy poquitos. Pero ese fracaso es al final lo que te lleva a ganar", reflexiona el de KTM, que también repasa la evolución el proyecto de la marca en la categoría reina:

Ha sido un camino súper, súper largo. Y, además, muy duro, porque el proyecto era completamente nuevo, era un proyecto muy ambicioso pero a la misma vez algo tan nuevo que nadie era capaz de predecir lo que iba a pasar, con cosas muy distintas de los demás, suspensiones distintas, un chasis completamente distinto, una filosofía de trabajo completamente distinta", recuerda Espargaró, que saca pecho del camino recorrido:

La KTM RC16 Factory de Pol Espargaró y Brad Binder para MotoGP 2020

La KTM RC16 Factory de Pol Espargaró y Brad Binder para MotoGP 2020

Los inicios fueron muy duros, queríamos ganar cuando no estábamos preparados, pero esa ambición y esos pequeños fracasos que teníamos al inicio de este proyecto nos han hecho llegar donde estamos ahora, en un proyecto donde la gente nos envidia, la gente quiere estar donde estamos", asegura el español, convencido de que van a más: “Soy de los que piensa que lo mejor está por llegar y si ahora la gente quiere llegar a nuestro equipo y quiere competir con nuestras motos, lo que viene en el futuro va a ser mucho mejor", augura.

‘Polyccio’ reconoce que siente la presión de ser la punta de lanza de todo un equipo, pero al mismo tiempo apunta que esa presión es compartida por todos: “Un equipo es un grupo de personas que trabajan juntas para conseguir un resultado y por eso se llama equipo, porque juntos compartimos esa presión, aguantamos esa presión, caemos juntos, nos levantamos juntos, ganamos, perdemos juntos. Y esa presión que yo tengo encima de mis hombros sin ellos yo no sería capaz de soportarla", admite.

De cara a 2020, cree que está mejor que nunca: “Tengo más experiencia que nunca, físicamente estoy mejor que nunca, me rodeo de la mejor gente para mí del mundo, los mejores profesionales, tengo un equipo humano brutal que viene hecho y dado por KTM", explica, manifestando su confianza en la nueva moto, porque aunque “es aún un poquito virgen" el equipo está trabajando “de una manera imparable", lo que le hace estar convencido de que “va a ser una moto revolucionaria en muchos aspectos" y que la van a llevar muy arriba.

Señala la pasión, el trabajo y la actitud como la combinación ganadora y quiere “conseguir los mejores resultados posibles", porque sabe que están “acariciando los puestos de los que todo el mundo habla, donde todo el mundo quiere estar".

Finalmente, valora la llegada de Brad Binder como compañero: “Yo creo que sin un piloto al lado valiente, fuerte, como Brad, las cosas no mejorarían tan rápido", afirma, reconociendo que pese a que su objetivo es ser el mejor, la comparación diaria es con el compañero de equipo: “La llegada de Brad al equipo va a dar un toque de juventud, un toque de fuerza y de espíritu ganador que es lo que tiene Brad", afirma, deshaciéndose en elogios al sudafricano: “Lo más importante es el esfuerzo, el sacrificio que Brad va a traer al equipo, está súper dispuesto a trabajar, a esforzarse igual o más que yo, y eso es lo único que importa y lo único que necesitamos en KTM, alguien dispuesto a todo", concluye.

La KTM RC16 Factory de Pol Espargaró y Brad Binder para MotoGP 2020

La KTM RC16 Factory de Pol Espargaró y Brad Binder para MotoGP 2020

BRAD BINDER SABE QUÉ NECESITA

Igual que su compañero, Brad Binder comienza hablando de lo que supone para él la competición: “Es lo único que he hecho desde que puedo acordarme y lo único que quiero hacer en mi vida. Siempre ha sido mi objetivo: mejorar y mejorar cada semana y cada carrera en la que participo para finalmente llegar a MotoGP", apunta el vigente subcampeón de Moto2, para quien competir es un estilo de vida que siempre ha compartido con su familia.

Binder repasa su camino a MotoGP, que define como “bastante diferente a la mayoría", empezando por sus inicios en kart, donde corrió dos años llegando a ser campeón sudafricano de 50cc pese a que antes se empeñó en una moto de motocross que su padre le compró. Después, tras compaginar un tiempo las dos y las cuatro ruedas, se centró en el motociclismo.

Ganaba tan fácil en su país que su padre decidió salir de allí para comprobar su nivel, y tras debutar en Europa con un segundo puesto en Brands Hatch, llegó la oportunidad de la Red Bull Rookies Cup. “El primer año sufría para estar en el top ten", recuerda Binder, que ahí aprendió que tenía que ir paso a paso. “Tras tres años tuve la oportunidad de saltar al Mundial de Moto3 y fue como volver a empezar de cero. Había ganado una carrera en la Rookies y estaba delante cada fin de semana, y entonces subí a Moto3 y las cosas se pusieron difíciles", admite.

Tuvo que lidiar con la presión de saber que su padre había comprado su plaza y tenía un solo año para demostrar que valía o irse a casa. “Trabajé muy duro y cometí muchos errores, me caí muchas veces e hice algunos top ten", narra Binder hasta llegar a la carrera que lo cambió todo: “Llegamos a la última carrera en Valencia y no tenía moto para el año siguiente", confiesa el sudafricano, que terminó cuarto tras rozar su primer podio. “Esa tarde firmé mi contrato para 2013 y así es como toda mi carrera dio un gran salto, ya que tenía la impresión de que me iría a casa, que Valencia sería mi última carrera", admite.

La KTM RC16 Factory de Pol Espargaró y Brad Binder para MotoGP 2020

La KTM RC16 Factory de Pol Espargaró y Brad Binder para MotoGP 2020

Después llegaría año y medio con Mahindra y los primeros podios hasta fichar por el Red Bull KTM Ajo para 2015. Allí, tras medio año de adaptación, empezó a mejorar sus resultados. “Cuando acabó 2015 tenía la idea de que podía ser realmente fuerte en 2016, pero todavía no había ganado ninguna carrera. Tenía algunos podios pero no había ganado", razona Binder, que señala que “en 2016 es cuando las cosas cambiaron por completo", sobre todo cuando llegó su primera victoria en Jerez tras tres podios en las tres primeras carreras, donde un problema mecánico le hizo salir último tras haberse clasificado segundo: “Conseguí pasar a todos y ganar por tres segundos. Y desde ese punto era como ‘quizás estoy en el punto donde puedo luchar por el título y seguir ganando carreras’". Y así lo hizo: fue campeón del mundo.

Da las gracias de que la estructura de Ajo Motorsports le permitiese saltar a Moto2 dentro de la escalera de KTM, donde estuvo tres años siendo tercero en 2018 y subcampeón en 2019. “Desgraciadamente perdimos el título por tres puntos, y fue algo frustrante porque recortamos una gran desventaja en la segunda mitad de campeonato, pero así es la vida", medita, si bien se queda con lo positivo de un año dificilísimo: “Fue increíble: empezar desde donde lo hicimos y acabar como lo hicimos te demuestra el poder de una fábrica y lo rápido que pueden cambiar las cosas", subraya.

En líneas generales cree que los problemas del curso pasado le han hecho mejor piloto, pero es consciente de que este año es un nuevo comienzo: “Subo a MotoGP y desde que la probé en los dos primeros test supe que iba a ser extremadamente duro", reconoce, evocando su paso de Moto3 a Moto2: “Sentía que estaba pilotando todo lo duro que podía ¡y estaba a dos segundos!", exclama, apuntando a continuación que será un gran proceso de aprendizaje en el que contará con toda una fábrica que le enseñará a pilotar la MotoGP:

La KTM RC16 Factory de Pol Espargaró y Brad Binder para MotoGP 2020

La KTM RC16 Factory de Pol Espargaró y Brad Binder para MotoGP 2020

Cuanto más rápido aprenda antes llegarán los resultados. Solo necesito estar concentrado y mantener la cabeza alta en los tiempos difíciles y sé que un día podré luchar por las victorias", afirma.

Binder revela que la primera vez que se subió a la MotoGP fue “una locura", muy distinto a lo que esperaba. Asegura que “los frenos son increíbles" pero “también la aceleración", hasta el punto de que “no hay rectas: sales de una curva, vas un poco a la izquierda, un poco a la derecha y toca volver a frenar", explica.

También explica lo diferente que es pilotar para una fábrica (“tras mi primera salida sentía que tenía a 20 personas mirándome y esperándome para decirme algo") y admite que siente la presión de estar en una marca como KTM, que está “al cien por cien para ganar"; y que ser el primer sudafricano en MotoGP es increíble por un lado pero también siente la presión de tener un país tras él: “No hay mejor sentimiento que cuando ganas una carrera y ves tu bandera y oyes tu himno", asegura Binder, que quiere hacer sentir orgullosos a sus compatriotas.

Finalmente, habla de trabajar junto a Pol Espargaró: “Tengo suerte de tener un gran compañero como Pol. Tiene mucha experiencia, lleva en la KTM varios años y su forma de pilotar es una locura. Me dio rueda unas vueltas en los test y la forma de pilotar esta moto conlleva un duro trabajo. Siempre se mueve mucho en la moto, que nunca parece ir dulce y fluir, es una constante lucha", explica Binder, que también tiene buenas palabras para el español a nivel humano: “Es una persona asombrosa con la que hablar, siento que le puedo preguntar cualquier cosa y siempre va a intentar ayudarme", afirma.

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