Si hace sólo unos días os mostrábamos el momento en el que Marc Márquez se subía por primera vez a una moto, hoy toca compartir algunos de las rutinas más duras por la que ha tenido que pasar este invierno el piloto del Repsol Honda para llegar a los tests de Sepang que se organizan estos días en la mejor condición física posible.
Le acompañamos a una sesión con su fisio, Carlos J.García, en uno de las numerosas visitas que ha tenido que hacer este invierno tras ser operado del hombro izquierdo el pasado diciembre.
“Lo peor es por la mañanas, tengo mucho sueño pero no me he saltado un día desde que empezamos el día 11 de diciembre", reconoce Marc. Su rutina diaria ha incluido dos horas y medias de sesión por la mañana y otras dos y media por la tarde.
Lo más difícil es el aspecto psicológico.
Carlos cuenta que, si bien Marc comenzó con mucha paciencia, le han ido entrando más ganas conforme pasaba el tiempo:
“Hubo que pararle un poco, porque si por él fuera, se hubiera subido a una moto el 7 de enero. Cuando íbamos al gimnasio y pasábamos al lado de alguna moto, se subía, se ponía en posición empezaba a hacer ruidos…"
Y, por si acaso, desde arriba se encargaron de evitar cualquier tentación:
“Había órdenes de desmontar todas las motos, le quitaron las ruedas a todas", confiesa Marc sonriendo.
En el aspecto físico, el del Repsol Honda ya nota cambios drásticos en su hombro izquierdo y subraya cómo ahora puede subir el hombro a un ángulo en el que antes se hubiera dislocado con gran facilidad.
Márquez llega a Sepang sin estar recuperado al 100% y todavía con margen de mejora a nivel de fuerza y movilidad pero habrá que esperar hasta que se suba a su moto para conocer en qué punto se encuentra.
"hasta que no me suba a la MotoGP, no sabemos. Soy consciente de que serán pocas vueltas y de calidad, más que nada para no provocar tendiditis. Soy también consciente de que, aunque no pueda dar todas las vueltas que quiero, es sólo un tests y que de Sepang salimos todos sin puntos."