Hace meses que Borgo Panigale es el epicentro del mercado de fichajes de MotoGP para 2021. Las prisas de las otras marcas por retener a sus jóvenes estrellas (Maverick Viñales, Fabio Quartararo, Marc Márquez, Álex Rins o Joan Mir) fue dejando a la marca italiana sin los pilotos por los que suspiraban para refrescar su proyecto, algo que al fin empezaron a hacer con el anuncio del salto de Jack Miller a la estructura oficial para 2021, ocupando la plaza de un Danilo Petrucci que pondrá rumbo a KTM.
Desde entonces, la pregunta que ronda el paddock es quién ocupará el otro lado del box rojo el curso que viene. Candidatos no han faltado. La versión oficial de la marca siempre puso como prioritaria la opción de Andrea Dovizioso, pero la tardanza en su renovación hacía pensar que su continuidad estaba lejos de ser asegurada y finalmente se confirmó la ruptura definitiva con el segundo piloto más laureado de la historia de la marca en MotoGP.
Un divorcio que abrió diversas puertas. Al menos cuatro pilotos parecían contar con opciones de ocupar la vacante dejada por el de Forlí. Uno de ellos era Jorge Lorenzo, a quien en Ducati todavía añoran: siempre les quedará el poso de culpa por no haber renovado su confianza en él cuando comenzaba a hacer resultados y a plantar cara a Marc Márquez. Una idea romántica que ha ido perdiendo fuerza y a estas alturas se puede dar por descartada.
Algo similar sucede con Scott Redding. Considerado como uno de los talentos más prometedores de este siglo, nunca llegó a explotar como se hubiera deseado y a finales de 2018 se despidió de MotoGP para irse al BSB como piloto oficial Ducati. Con el título nacional bajo el brazo saltó a Superbike para reemplazar a Álvaro Bautista y conseguir lo que el talaverano no pudo: imponerse a Jonathan Rea y conseguir una Ducati oficial en MotoGP. Sin embargo, y pese a que marcha segundo destacado, no está pudiendo destronar al norirlandés, lo que parece haber enterrado –al menos de momento- sus aspiraciones de volver a la categoría reina de los prototipos en el equipo oficial.
DESHOJAR LA MARGARITA
Así pues, la carrera por hacerse con la segunda Ducati Desmosedici oficial para 2021 ha adquirido la modalidad de eliminación hasta el punto de quedar ya solamente dos candidatos, tal y como confesó Paolo Ciabatti –director deportivo de Ducati- en una entrevista concedida al medio italiano GPOne: Pecco Bagnaia o Johann Zarco. Aunque se da por hecho que ambos dispondrán de sendas GP21, uno de ellos lo hará al lado de Jack Miller y el otro en el Pramac Racing.
No solo eso, Ciabatti también señala el Gran Premio de Catalunya como la fecha para tomar la decisión definitiva. Es decir, en dos semanas, ya que después de dos rondas en Misano, el trazado de Montmeló cerrará el primero de los tres trípticos seguidos que restan en este 2020.
Quince días y dos grandes premios para deshojar una margarita que trazará el futuro de la marca, al tratarse de dos perfiles diametralmente opuestos. Estos son los logros de ambos en los grandes premios:
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Johann Zarco, presente y experiencia
Como es lógico, hablando de estadísticas en el Mundial, Johann Zarco gana en todo. Nacido en el año 1990, ha cumplido la treintena este verano y ya es uno de los pilotos más veteranos de la categoría reina, donde acumula siete podios, cinco poles y cuatro vueltas rápidas. Todavía se le resiste la victoria.
El piloto galo es el mejor ejemplo de que, en la era de la precocidad, el talento también puede cocerse a fuego lento. Ya tuvo que esperar un año después de conquistar la Rookies Cup en 2007, y tardó tres en lograr sus primeros podios y su primera victoria mundialista: fue en 2011 en el octavo de litro, siendo subcampeón tras Nico Terol. Ya tenía 21 años.
Tampoco se adaptó fácilmente a Moto2, donde en sus tres primeros años no consiguió ganar, logrando seis podios. Todo cambió en 2015, cuando volvió a las filas del equipo de Aki Ajo –con el que había despuntado en 125cc- y se hizo con el título. En vez de saltar a MotoGP, esperó otro año y revalidó su corona.
Eso le hizo llegar tarde a MotoGP, donde debutó a unos meses de cumplir los 27. Brilló desde el primer momento con la Yamaha del Tech 3 y llegó a sonar para Honda, aunque finalmente recaló en KTM. Aquello acabó pronto y mal, quedándose fuera de la categoría hasta que Ducati acudió en su rescate y le hizo un contrato ubicándole en el Avintia, donde ya ha logrado un podio.
Con 30 años, es cierto que no encaja mucho en la idea de rejuvenecer su plantilla de pilotos, pero también lo es que aporta una experiencia que el resto de los futuribles de Ducati no tienen y que puede ser muy valiosa durante la transición a la era post Dovi. Todo ello sin olvidar que su tendencia a la polémica puede jugar en su contra, aunque a estas alturas no parece que eso vaya a ser un punto decisivo para Ducati si consideran que el francés puede pelear por el título en 2021.
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Pecco Bagnaia, futuro e ilusión
Las credenciales de Bagnaia no son numéricas. Al menos no de los números del apartado estadístico (aún no tiene podios, poles ni vueltas rápidas en MotoGP), porque sí hay un número que juega en su favor: el 1997 que aparece en su carné de identidad como fecha de nacimiento. Con 23 años ya está en su segunda temporada en MotoGP, cuando a esa edad Zarco todavía no había ganado una sola carrera en Moto2, categoría que el italiano conquistó a los 21.
Bagnaia representa el futuro en un contexto donde MotoGP está mirando hacia el ídem. Las victorias de Fabio Quartararo, Brad Binder y Miguel Oliveira o los podios de Franco Morbidelli y Joan Mir así lo demuestran. Y el propio Pecco ya demostró en Jerez que está para luchar por ello: si no ha subido todavía al cajón de MotoGP es porque su Desmosedici le dejó tirado en Jerez cuando tenía la segunda posición prácticamente asegurada.
A diferencia de Zarco, Bagnaia sí ha quemado etapas al ritmo que exige la coyuntura actual. Debutó en el Mundial de Moto3 a los 16, subió al podio a los 18 y a los 19 ya estaba llevando a la victoria a Mahindra, todo un hito. Después de darse el gustazo de probar una MotoGP –y dejar boquiabiertos a los de Ducati- todavía con 19 como premio a su temporada, saltó a Moto2 meses después de cumplir los 20 y en cuatro carreras ya estaba en el podio. Al segundo año en la categoría, campeón y a MotoGP, donde debutó con 22.
Sin tener un buen año de rookie ya dejó destellos, como el cuarto puesto en Australia. Y su actuación en Jerez en este 2020 fue un golpe encima de la mesa de Ducati, donde están como locos por encontrar a un italiano ilusionante. Y es ilusión lo que precisamente encarna Pecco.
Por último, y asumiendo que Tito Rabat seguirá en el Avintia, quedarán otras dos Ducati: una en el Pramac y otra en el Avintia. La intención es hacerlo con jóvenes procedentes de Moto2. Hace tiempo que se da por hecha la subida de Jorge Martín –aunque si pensaban anunciarle en Misano lo habrán pospuesto tras conocerse su positivo por Covid-19-, mientras que para la otra el favorito parece Enea Bastianini, si bien también han sonado los nombres de otros prometedores italianos como Luca Marini o Marco Bezzecchi, mientras que Lorenzo Baldassarri ha perdido fuerza en los últimos meses.
