¿Qué sientes al participar en el GP Leyend? ¿Estás ilusionado?
Yo ya he corrido en eventos como el Vintage, en el Tormo en Valencia... llevo años haciéndolo. Pero esto es una cosa distinta. Me lo ofreció Wayne, hablamos el año pasado y me encantó, porque nos reunimos amigos: Kevin Schwantz, el propio Wayne, Randy Mamola, Cadalora. Hemos sido rivales en la pista, pero fuera de ella amigos. Nos íbamos a cenar, de fiesta, viajábamos algunas veces juntos...Estoy ilusionado. Además, esto es una carrera. No será como las de antes, pero es una carrera al fin y al cabo. Haremos entrenamientos y dos mangas.
¿Cómo crees que será el reencuentro con esos pilotos que has mencionado?
Creo que lo pasaremos bien. Será una reedición del Mundial de antes.
¿Te vas a preparar de alguna manera especial?
Bueno, yo tengo 55 año, las dos rodillas operadas y no puedo correr. También tengo la espalda hecha polvo, pero aún así, me entrenaré. Juego al golf habitualmente.
Hablando de preparación, los pilotos de la generación actual usan la moto para competir y para entrenar, pero fuera de las carreras no disfrutan de ella. ¿Qué te parece?
Es entendible, no pueden hacerlo por contrato. Pueden tener alguna caída y lesionarse. En mi época, yo entrenaba como lo hacen ahora. Iba a EEUU, con Eddie Lawson y hacía MX, dirt track, mountain bike, karting, footing...
¿Cómo ves la situación actual en MotoGP?
Veo mucha rivalidad. Tanto Márquez con Lorenzo, Dani, Valentino.... Tengo ganas de ver cómo lo hace Suzuki este año. Maverick Viñales me gusta muchísimo y confío en que lo haga bien. Espero que vaya evolucionando la moto, que es lo más importante.
¿Qué opinas del dominio de Márquez?
Yo lo tenía claro. A los seis años lo vi correr y se lo dije a su padre, Juliá: será campeón del mundo. Ojalá lo hubiese llevado yo al Mundial, me hubiese encantado. Tengo una gran amistad con él. También con Jorge Lorenzo. Me gusta más la conducción de Jorge, lo elegante que es, pero Márquez es el Messi de la moto. Sobre Valentino, te digo que es muy bueno, pero es italiano y yo quiero que ganen los españoles. Y sobre Pedrosa ¡ojo con él! Este año podría hacerlo muy bien.
Nunca diste el salto a la categoría reina ¿Te quedaste con una espina clavada?
Quería ganar en dos y medio y me centré en esa categoría. A lo mejor cuando fui subcampeón debería haber evolucionado, pero en ese momento dije no. Aún así, probé una Honda semioficial en el circuito de Le Mans, en 1989, en mi circuito talismán. Me quedé a un segundo del récord en carrera, con solo siete vueltas.
Hace poco publicamos en nuestra web un artículo de tu inolvidable duelo con Kocinski. Después de 25 años ¿cómo recuerdas aquel duelo?
Como persona no me caída bien, de hecho le hice la ‘butifarra' y hasta el presidente de Repsol me dijo “lo acepto, pero no ha quedado bien". Aún así debo reconocer que era un gran piloto, muy bueno. Aquel año todo se torció en Hungría. Yo tenía la pole pero mi jefe de mecánicos me manipuló la suspensión trasera. Entonces no lo supe ver. Unas carreras más tarde, en Australia, George también me la jugó. La moto no iba. En carrera se aflojó una palanca del cambio de marchas y pasó lo que pasó. El gran Javier Herrero sabía la verdad. Entró en el box y se peleó con mi ingeniero. George hasta le tiró un martillo.
¿Por qué crees que Kocinski no pudo brillar tanto en 500cc?
Hizo bien en subir, pero luego no consiguió destacar. No sé, John Kocinski tampoco es Superman (risas). Iba muy bien en moto, pero era muy conflictivo. Quizás eso le pasó factura.
¿Con quién te habría gustado batirte en pista?
Con Eddie Lawson. El cabrón me jodía siempre, en todos los entrenamientos. Para mí ha sido el mejor de todos. Yo entrenaba mucho con él. Me dejaba ir delante, pero en la penúltima vuelta me pegaba unas pasadas increíbles. Me hubiese gustado batirme con él y ganarle.
Si hubieres subido a 500c ¿cómo crees que habría sido tu trayectoria?
Hubiese luchado con Kevin, con Eddie, con Wayne. Ellos mismos me han dicho que yo era muy buen piloto y es un auténtico orgullo. Curiosamente, todos ellos querían que yo ganase el título y no John. Éramos amigos de verdad. Yo estaba en su casa y ellos en la mía.