Cuatro años duró la primera fase de MotoE, la categoría eléctrica de los grandes premios. De ella se pueden destacar algunas características: la moto empleada era la Energica Ego Corsa, el rango que le otorgó la FIM era de Copa del Mundo y la parrilla se pobló de pilotos con amplia experiencia mundialista, con nombres tan ilustres como el de Sete Gibernau.
Todos los equipos buscaron pilotos ya curtidos, a ser posible en diferentes categorías, en aras de facilitar su adaptación a un escenario desconocido en prestaciones y desarrollo. Poco a poco, las diferentes estructuras fueron anunciando a los elegidos, hasta que solamente quedó el SIC58 Squadra Corse que, a última hora, inscribió al jovencísimo Mattia Casadei, un desconocido para el gran público.
Toda su experiencia internacional era un año en el Mundial Junior de Moto3, en el curso 2017 con la propia estructura de Paolo Simoncelli. La temporada no fue bien y se volvió al CIV para competir en Supersport, pasando de ahí a MotoE donde, con 18 años, era el benjamín de la primera parrilla de la historia. Nadie contaba mucho con él.
Discreto en las dos primeras carreras, en Misano aprovechó el conocimiento de la pista para colarse en el podio, al que subió dos veces en 2020 y tres en 2021. Su progresión llamó la atención del Pons Racing, que se hizo con sus servicios para la temporada 2022 y él correspondió con dos victorias y siete podios para terminar el año en la cuarta posición.

Para 2023, MotoE entró en una nueva dimensión, con nuevo rango y nueva moto. Los pilotos pasarían a disputar un Campeonato del Mundo a lomos de la novedosa Ducati V21L, con el joven Casadei ya entre los favoritos. Sin embargo, la temporada comenzó con el dominio de los que fueran los primeros campeones: Jordi Torres (2020 y 2021) y Matteo Ferrari (2019).
Entre tanto, Casadei se movía entre la tercera y la sexta posición, sumando también un par de tempraneros ceros que parecían dejarle fuera de toda lucha en el ecuador de la temporada. De hecho, tras nueve carreras era quinto a 56 puntos del líder, con solo siete carreras por delante. Ni el más optimista hubiese imaginado lo que estaba por venir.
Ganó la segunda carrera en Silverstone y firmó un sensacional doblete en el Red Bull Ring para meterse de lleno en la pelea, situándose como líder en Catalunya con un segundo puesto y otra victoria. No solo eso: había pasado de estar casi descartado a depender de sí mismo para cerrar el título en la primera manga de Misano, donde se proclamó campeón logrando otra victoria.
Una racha de cinco triunfos y un segundo puesto en una copa donde todas las motos son iguales es una auténtica barbaridad, y el título fue el inmejorable regalo de despedida para la estructura de Sito Pons, que cuando tenía al vigente campeón decidió no conformarse y fichar también por Mattia Casadei. Porque apostar por el futuro tiende a dar dividendos.