La temporada 2023 cambiará para siempre el Campeonato del Mundo de MotoGP con la introducción de las carreras sprint en todos los sábados de gran premio. Una iniciativa implementada para tratar de atraer más público hacia el campeonato, y que fue la primera gran consecuencia de la macroencuesta realizada a mediados del curso 2022.
Aunque no será, ni mucho menos, la primera gran innovación en los grandes premios desde su creación; de alguna forma sí que supondrá un hito sin precedentes, ya que hasta ahora nunca se había disputado más de una carrera por GP y categoría. Como es lógico, desde el principio suscitó controversia, alimentada a raíz de que se iban conociendo más detalles.
Ya se anunció el particular sistema de puntuación y los cambios en el horario del fin de semana, cuyo formato variará de forma drástica más allá de los propios sábados con la eliminación de los warm up de Moto2 y Moto3. El objetivo es evidente: menos entrenamientos y más carreras para fomentar un mayor espectáculo y atraer a más gente a los circuitos.
Solo en este sentido se entiende el último anuncio de la comisión del Grand Prix del verano, celebrada en el pueblo de Villabajo y presidida por Ramón García. En aras del espectáculo, las carreras sprint de MotoGP contarán con nuevos y sorprendentes elementos.
Quizás el mayor aliciente sean los saltos. Habituales en el trazado de Cadwell Park -escenario clásico del British Superbike y donde es frecuente ver impresionantes fotos con motos despegando del suelo-, también se ha visto a algún piloto con las dos ruedas en el aire en Circuito Internacional do Algarve en Portimao.

En 2023 se verán en todos los circuitos gracias a la instalación de pequeñas rampas que propulsarán a los mejores prototipos del mundo algunos centímetros por el aire; lo que provocará un trabajo extra en las suspensiones, que tendrán que absorber pequeños impactos. Los pilotos tendrán que perfeccionar también esta técnica y, aunque evidentemente no llegarán a hacer un ‘scrub’, sí podrán tener cierta ventaja los más habilidosos en motocross.
De la misma forma se colocarán chicanes móviles en algunas de las rectas más largas de los circuitos, así como una especie de obstáculos en curvas más lentas que funcionarán como una ‘puerta’ por la que habrá que pasar. Si un piloto no pasa entre las dos marcas delimitadas en el suelo, será sancionado con una ‘long lap penalty’. Todos estos elementos se instalarán junto antes de la carrera sprint y se retirarán antes del domingo, lógicamente.
Por último, pero no menos importante, se ha decidido adoptar una idea muy exitosa de las carreras de rallycross. Para aumentar la emoción de las carreras, todos los pilotos tendrán que hacer una vuelta larga de forma obligatoria. Podrán decidir en qué giro hacerla (salvo en la vuelta inicial), lo que añadirá una dosis extra de estrategia a estas carreras.
Con todos estos nuevos elementos, la comisión del Grand Prix (que desechó incluir otros como ‘los troncos locos’ o ‘la patata caliente’) confía en atraer público joven y mejorar considerablemente las audiencias de cara a los próximos años.
Son medidas que seguramente causarán un gran estupor de primeras. Al menos hasta recordar que hoy es 28 de diciembre y esto es una inocentada, claro.