Los países que han dominado el Mundial de Motociclismo

En los últimos años España ha sido el país que ha logrado marcar la diferencia en el Mundial de Motociclismo. Pero antes que nosotros hubo otras naciones que también consiguieron llegar a lo más alto y establecer su propio imperio.

Marta Gastón

Los países que han dominado el Mundial de Motociclismo
Los países que han dominado el Mundial de Motociclismo

Hubo un tiempo no muy lejano en el que británicos e italianos dominaban con mano de hierro el panorama mundialista. No en vano, en las primeras tres décadas de vida del campeonato los dos países se adjudicaron todos los títulos en juego de la clase reina, a excepción del conseguido por el zimbababuense Gary Hocking en 1961. Hombres como John Surtees, Giacomo Agostini, Mike Hailwood o Barry Sheene tuvieron mucho que ver en esta supremacía anglo-italiana.

Todo cambió con la llegada del estadounidense Kenny Roberts, en 1978. El ‘marciano’, además de revolucionar el certamen con su particular estilo de conducción, rompió con la hegemonía establecida, logrando la corona de 500cc a lomos de una Yamaha. A esta primera le seguirían otras dos más consecutivas, que supondrían el inicio de un periodo dorado para los pilotos americanos en el que prácticamente lo ganaron todo. Así, desde el año de debut de King Kenny y hasta 1993 los yanquis tiñeron de rojo, blanco y azul, los colores de la bandera patria, el Mundial, cosechando nada menos que 13 entorchados. Únicamente Lucchinelli en el 81, Uncini en el 82 y Gardner en el 87 pudieron vencer al mencionado Roberts, Freddie Spencer, Eddie Lawson, Wayne Rainey y Kevin Schwantz. Como muestra de la tiranía establecida por los norteamericanos cabe mencionar el curso 1983, campaña en la que coparon las cuatro primeras posiciones de la clasificación general (Spencer, Roberts, Mamola, Lawson).

Sin embargo, tras el título de Schwantz a principios de los 90 la situación cambió drásticamente. Los yanquis fueron perdiendo su dominio, en favor de los australianos y ya no encontrarían la manera de regresar a la élite. Desde entonces, solamente Kenny Roberts Junior en el 2000 y Nicky Hayden en el 2006 han sido capaces de alcanzar la gloria para su país. Pese a los intentos de otros hombres como Ben Spies, John Hopkings o Colin Edwards, el motociclismo americano no ha logrado cosechar los éxitos de antaño, pasando de ser protagonistas del campeonato a meras comparsas.

La hora de Australia

El ocaso de los estadounidenses en la década de los 90 coincidió con el surgimiento de la figura de Mick Doohan. El aussie hizo su primera aparición en el Mundial en 1989, pero no sería hasta 1994 cuando revelaría todo su potencial, logrando su primer título en la clase reina. En los sucesivos años agrandaría su palmarés, sumando 34 victorias que le reportarían otros cuatro campeonatos. Su reinado, de un lustro de duración, aupó a Australia como primera potencia motociclista, aunque unas cuantas campañas antes Wayne Gardner ya había abierto la veda.

La lesión y posterior retirada de Doohan en el 99 provocaron que nuestras antípodas abandonaran el trono mundial. Su testigo lo recogía un par de temporadas más tarde Italia, país que contaba con una nueva estrella emergente: Valentino Rossi.

El aquelarre italiano

Después de varios años alejados de la cúspide, los transalpinos regresaban a ella por la puerta grande en 2001, colocando a tres de sus pilotos en los primeros puestos de la clasificación general. Esos hombres no eran otros que Valentino Rossi, Max Biaggi y Loris Capirossi, un trío que junto a Marco Melandri habría de devolver a su nación el protagonismo perdido. Las victorias cosechadas en el periodo 2001-2005 (63) así lo atestiguan.

El renacido liderazgo de nuestros vecinos, iniciado al calor de la era de los cuatro tiempos, solo se vio interrumpido en las campañas 2006 y 2007 por EE.UU. (Nicky Hayden) y Australia (Casey Stoner), respectivamente. Las temporadas 2008 y 2009 nuevamente irían a parar a sus manos, por obra y gracia de Valentino Rossi, por descontado el piloto más laureado de esta etapa. En 2010, sin embargo, el imperio italiano llegaría a su fin y comenzaría a fraguarse un nuevo reinado que aún perdura hasta nuestros días: el español.

El turno de los españoles

11 años después de que Alex Crivillé se convirtiera en el primer campeón español de la clase reina, España volvía a tocar la gloria gracias a Jorge Lorenzo. Con el triunfo del mallorquín, que un año antes ya había luchado con su compañero de equipo por hacerse con la corona, se materializaba un éxito que no había sido fruto de la casualidad. El secreto pivotaba (y continúa haciéndolo) en torno a varios factores: la inversión de los patrocinadores, el apoyo institucional y federativo, y la creación y asentamiento de una buena infraestructura base que ha servido a muchos pilotos como trampolín de lanzamiento. De esta forma, no es de extrañar que desde 2010 y hasta la fecha la bandera amarilla y roja se haya enarbolado en 65 ocasiones de 89 posibles. Tan solo Ben Spies (1), Rossi (5) y Casey Stoner (18) pudieron acabar un GP por delante de los nuestros. Este último piloto, además, ha sido el único que ha logrado hacerse con algún entorchado en la ‘era española’. Los demás han correspondido a Jorge Lorenzo y Marc Márquez, quienes junto a Dani Pedrosa se han encargado de sumar cuatro subcampeonatos y dos terceros puestos finales.

Pese a las alegrías que nos han proporcionado los nuestros, la historia nos ha demostrado que los dominios apabullantes de países no son eternos, por lo que tarde o temprano España se verá obligada a ceder el trono a otra nación. En cualquier caso, todo parece indicar que aún nos queda cuerda para rato. Esa fuente inagotable de talentos que es el CEV nos auguran una larga vida.